Capítulo 13

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Entraron de nuevo al chalet de Christian. Él se quito el jersey de licra, dejando ver sus músculos tensados.

-Son las tres de la mañana, deberíamos estar durmiendo -dijo Christian fastidiado. -como te vuelvas a escapar tendré que castigarte -dijo con un tono más pícaro. Anastasia arqueo las cejas. Preparándose un vaso de leche caliente, porque había perdido el sueño, lo miró descarada. Aunque no estaba excitado, los pantalones de licra negros se apegaban a los fuertes muslos de Christian ... ya su potente masculinidad.

-¿Castigarme, tú a mi? -dijo ella riéndose. -te queda bien ese traje negro. -murmuro sonriente. Christian le devolvió la sonrisa.

-Te pone -le masculló, sin ningún escrúpulo.

-Yo no he dicho eso.

-Lo digo yo -Christian se sentó en el sofá. Anastasia cogió el vaso de leche de dentro del microondas. No quiso seguir discutiendo.

-¡Auch! -se quemó y dejó el vaso en la encimera. Fue a sentarse al lado de Christian, a mirar de nuevo televisión, hasta que se enfriará un poco. Pero él la cogió y la hizo sentarse a horcadas sobre él. Le dio un rápido beso en la boca.

-A mi si me pone esta Anastasia enfadada.

-¿Estás muy necesitado, verdad? -masculló alzando las cejas. Intentó levantarse pero Christian la apegó más a él.

-¿Qué fue lo de antes?

-¿El que?

-Que te fueses de esa manera. -la miro a los ojos. -no me digas que no quieres que te folle, cuando escuché que ante ayer te masturbabas después de que intentará saborear tu dulce co ...

-¿Puedes ser algo más fino? -dijo Anastasia más sonrojada que nunca.

-Eres adorable cuando te sonrojas. -Anastasia bufó. Ese hombre la sacaba de quicio.

-¿Entonces? -reprendió Christian.

-Digamos que mis experiencias anteriores no fueron muy buenas -mintió y fue sincera a la vez.

-Pero conmigo será distinto.

-¿Cómo puedo saberlo?

-Probándolo.

-¿Tantas ganas tienes de acostarte conmigo? -puso los ojos en blanco. -ahora va enserio Christian ... Eres un hombre que podría conseguir aa cualquier mujer ... ¿por qué yo? ¿Por qué te rechazo y eso te molesta?

-No. Por el simple hecho de que eres especial -Christian tumbó a Anastasia en la cama de la habitación de invitados, donde se había instalado ella. La besó con tanta fuerza que se quedó hasta sin aliento. Hambriento, parecía hasta desesperado. Deseaba tanto a Anastasia ... Si, era especial ... diferente. No una cualquiera. Tenía su dulzura, su inocencia, cuando discutía con él. Su carácter lo volvía loco y su manera de ser, le encantaba, por no decir otra cosa. Anastasia arqueó el cuerpo, topando con el abdomen de Christian. Error ... eso era una invitación como una casa.

-Si no quieres que te penetre, al menos ... vayamos paso a paso - le murmuró al oído. -solo pude probarte un escaso minuto, ahora vas a dejar que te lo haga bien, quiero que te corras en mi boca. -Anastasia se excitó tanto con sus palabras que hasta llegó a gemir. Christian le quitó las botas, los vaqueros y el jersey, dejándola en un nuevo conjunto. La destrucción. Le era suficiente con eso. Anastasia se aguantó las ganas de cubrirse, la mirada de Christian la avergonzaba. ¿Que pasa por esa cabeza cuando me miras? Cuanto me gustaría saberlo. Christian se inclinó y le quito el sujetador, desabrochándolo por el encaje de adelante. Gimió al ver los pechos de la joven.

-Eres tan ...- metió uno de sus caramelos en la boca y los succionó con fuerza, haciendo que Anastasia jadeara de placer y de dolor a la vez.

-¿Tan qué? -dijo arqueándose ante él.

-Tan ... perfecta -la miró. -dios, no es bueno tener a una mujer como tú, metida en mi casa ...- la volvió a besar. Y siguió cuerpo bajando y bajando por su. Anastasia estaba nerviosa ... pero la excitación podía con todo. Deseaba tanto a Christian, era un hombre testarudo y odiable cuando quería ... pero le encantaba. Una oleada de aire le vino de repente. Christian le había quitado las bragas. Sintió como él le levantaba y las ponía apoyadas en sus hombros, acariciando su ancha espalda. Anastasia se estremeció.

-Aún no he hecho nada y ya te estás retorciendo de gusto -dijo Christian mirándola entre sus piernas. -Tranquilízate ... yo no voy a tratarte como los cretinos de tus ex-novios ... la primera en disfrutar serás tú -sintió como la boca de Christian besaba su monte de Venus. Dios mio, no iba a poder aguantar nada con ese hombre practicándole sexo oral. Sintió como Christian gemía.

-Hueles tan bien ...- se hundió en ella. Anastasia casi grita de la sorpresa. La lengua de Christian comenzó a juguetear con su clítoris, sus dientes le rozaban la carne más sensible que tenía en el cuerpo. Sus labios; eran una tortura. Su boca; el cielo. -Dios ... y sabes tan bien ...- sentiste como los dedos de Christian se clavaban en su muslos, la apegaba mas contra su cara. Christian la quería devorar.

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