Capítulo 16

1.7K 166 3
                                    

Christian se alzó de mala gana de la cama y se dirigió hacia afuera.

Anastasia resopló. Estaba muy, demasiado, mareada. Y desnuda. Abrió la puerta del baño, dejando uno de los grandes jersey's de Christian, unas bragas y una toalla grande encima de la encimera del lavamanos y la llave de la ducha comenzó a expulsar el agua. Un entremedio. Espero a que estaba tibia.

-¿Que pasa? -dijo Christian medio enojado.

-Los sensores de movimiento han detectado alguna cosa ... -miro a Christian. -Exactamente dos cosas. -Christian arqueó una ceja.

-¿Crees que pueden ser lo secuaces de Hyde? -dijo tomando las llaves del armario de cargamento. Eliott lo siguió. Christian no tardó mucho en abrir el armario. Los dos se adentraron dentro del gran almacén.

-Esto es una mina -sonrió Eliott. -Tienes de todo aquí, Gray.

-Por algo soy uno de los más -levanto un par de cajas. - destacados ...- sonrió y le paso algo. -Toma creo que es tu favorita -Eliott miró admirado la Goncz Hi Tec.

-Como me conoces.

-Ten cuidado, no te quemes.

-¿Estás imbécil, o qué? -farfulló Eliott. -Sé usar una de estas perfectamente. -Apuntó al vacío, probando la hermosa escopeta de fuego. Christian tomó una de sus Uzi cargada a tope y se la aseguró bien. Cerró la puerta del almacén atrás de Eliott y él.

-¿Quieres alguna arma blanca, por si acaso?

-Dame-sonrió su compañero. - Sabes que puedo ser cínico, y no tengo escrúpulos si tengo que acuchillar a alguien -Christian negó con la cabeza, riendo.

-¿Puño americano o corvo?

-Ya lo sabes -Christian le lanzo el cuchillo y Eliott lo tomó al vuelo. Mientras él se colocaba en cuchillo americano perfecta mente en los nudillos de la mano derecha.

Anastasia se metió a la ducha. Cerró sus ojos acariciando su pelo y desenredándolo con los dedos. No estaba ebria, solo se le había subido un poco. Sonrió. Supuso que el jodido mareo se le pasaría con la ducha. Empezó a enjabonarse el cuerpo. De repente sentí como una mano le agarraba su muñeca y otra le tapaba su boca. Vio a un hombre vestido de negro y con un pasamontañas a través del espejo. Puso sus ojos en blanco, otra vez Christian y sus bromas. El hombre se inclinó hacia ella. Intentó oponerse, aunque se le escapo una risa floja pensando en la realidad ... Le gustaban esos juegos. Pero se puso pálida al escuchar aquella voz ... Tan diferente al confortable tono de Christian.

-Para de moverte -dijo con un acento algo extraño. Quizá ruso.
-No querrás que te haga daño, preciosa -Se levantó algo del pasamontañas. Anastasia pudo distinguir algún corto rizo y unos ojos azules como el cielo, a través de los agujeros que tenía para los ojos. Le lamió la cara. Ella sintió ganas de vomitar. Algo se clavó en su trasero. Y no quiso saber para nada que era. Le mordió la mano. Él la apartó.

-Serás puta -masculló agarrándola con más fuerza.

-¡Déjame! -grito ella antes de que el secuaz de Hyde pudiera taparle la boca, de nuevo.
-¡Christian! -grito desesperada.

-A estas alturas tu Christian ya estará muerto -se río él, golpeando a Anastasia para que se callara.

Pero ella hizo caso omiso a sus palabras.

-No puede haber muerto.

-No vuelvas a abrir la boca, zorra -Anastasia sintió como aquel hombre se bajaba los pantalones. Dios, no. -Vas a lamentarte. Voy a aprovechar este cuerpo antes de matarte como a una cualquiera. -los ojos de Anastasia se humedecieron. Aparece Christian, por favor. Entonces la puerta del baño cayó al suelo.

-¡Anastasia! -grito Christian acercándose al inquilino que tenía agarrada a su ... a su chica. Joder, si, Anastasia era su chica, solo suya.

-Apártate de ella, hijo de puta. -ni la misma Anastasia reconocía a ese Christian...ese Christian lleno de ira. Hasta ella misma tuvo miedo. Cogió al tipo del pasamontañas, arrancándoselo de golpe, lo tomó del pelo e hizo que saliera de la ducha deprisa. Anastasia cayó, sentada en las baldosas. Las piernas no le respondían. Las lágrimas se camuflaban con el agua que seguía cayendo de la alcachofa de la ducha. La mirada de Christian se cruzó una vez con la de Anastasia. Esa mirada limpia, segura...la calmó. Sabia que con él, no le pasaría nada. Que estaba a salvo, que la protegería... Pero no solo eso. Esa mirada le decía mucho más que aquello. Esa mirada, encerraba tantas cosas que Anastasia podía confundir con...amor. Si Christian, no paraba, mataría al hombre a golpes. Obviamente había perdido la erección que, asquerosamente, antes le había hecho notar a Anastasia. Y Christian se había percatado de lo que aquel hombre había estado apunto de hacer. Por eso lo había pagado... Y también, torturado.

-Jodido hijo de perra, con que le hubieras hecho algo ... -dijo Christian encima de aquel hombre, sin dejar de golpearlo. -Te juro que te mato ¡te mato!

El corazón de Anastasia se aceleró. Las cortinas de la ducha cubrían la horrible imagen de aquella pelea, en la que por supuesto Christian iba por delante. Hasta se había manchado de sangre, y Anastasia no quería ver ninguna de aquellas sádicas escenas. Pero esas palabras ... a Christian le daban rabia. Él no estaba golpeando a aquel tipo porque fuera un cómplice de Hyde, lo estaba golpeando porque había estado a punto de violar a Anastasia. Y eso era lo que causaba ira en él. Y Anastasia aún se seguía preguntando el ¿Por qué? Si ellos dos no eran nada, ¿no? Un tiroteo seguido hizo que sobre saltara. Dobló las piernas y apoyó sus brazos en las rodillas, su torso y los muslos. Tenía miedo ... miedo a que Christian le pasara algo. Si a él le pasaba algo, todo lo demás le daría igual. Empezó a llorar, rezando porque toda esa mierda terminara lo antes posible. Admitiendo ... que por primera vez estaba completamente enamorada del hombre que la había secuestrado ... para protegerla.

ProtégemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora