Capítulo 15

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Unas tres copas más tarde y seis cervezas de más, Anastasia no sabía ni donde se encontraban. Se reía a carcajadas de las tonterías que decía Eliott. Christian estaba enojado. No le gustaba ver a Anastasia borracha. Ella estaba demasiado ebria, pero no lo suficiente como para no darse cuenta de algunas cosas.

-¿Chris? -dijo sonriendo y cambiándose de sofá.

-¿What? -dijo él mirándola enfadado.

-¿Por qué te enojas? -se sentó a horcadas encima de sus muslos. A Christian se le paso el enfado. Su vista se centró en las piernas de ella. Las tenía abiertas, expuestas para él, de par en par. Y pudo saber que no llevaba bragas. Tan solo su jersey. Su amigo empezó a despertar, deseando apartar las latas de alcohol de la mesa y follarla ahí mismo. Verla desarreglada, con la piel ruborizada y en esa postura ... Tan jodidamente sexy, lo ponía duro, durísimo. Y Anastasia ni siquiera lo había tocado.

-¿Eh? -remarcó ella besándole el cuello.

-No estoy enojado.

-¿Y por qué no hablas?

-No es eso ... es que no me parece bien que hayas bebido tanto - Eliott se río.

-Dios, la gatita está caliente ... -miró a Christian. -¿Y como estas tu, romanticón? No me jodas que estás ...

-No -. Dijo Christian antes de que Eliott terminará la oración. -Ni te atrevas -lo miró amenazante. Pero al contrario, Eliott lo miró burlón, observando la situación.

-¿Entonces, te la has tirado? Joder, mírate, estas más empalmado que nunca. -Christian bufo, sonrojándose.

-No, no me la he tirado -Eliott hizo una cara, como si no entendiera nada. Y de verdad, no entendía nada.

-No te tengo que dar explicaciones -Christian cogió a Anastasia, que miraba su erección, sonriendo y con los ojos muy abiertos. Eliott silbo, viéndolos desaparecer en la habitación donde se alojaba Anastasia.

Anastasia besó a Christian, en un intento improvisado. Él tuvo que apoyarse de la pared, agarrando con fuerza los muslos descubiertos de Anastasia. Ese besó lo tomó completamente desarmado. Dios, como amaba su boca, su lengua, sus labios. Su erección se clavaba en la feminidad de Anastasia, y ella no hizo mucho para ayudar, al contrario, se frotó contra él, gimiendo, deseándolo ... Pero no podía abusar de una mujer ebria. La tumbó en la cama. El jersey se subió, dejando ver demasiado, mas allá de el ombligo de Anastasia. Ella lo miró tan inocente. Creyó que la cremallera del pantalón se iba a explotar. Gimió al ver la posición de Anastasia. Le bajo el jersey.

-Ven aquí -dijo Anastasia tirando de sus manos. -Quiero que me hagas el amor -susurro en el oído de él.

-No, dios mío, Ana ... -escondió su cara entre su cabello, olía tan bien ... -Pídeme lo mismo mañana, si, quiero hacértelo, quiero hacértelo todo. Pero cuando despiertes quiero que también recuerdes cada uno de los detalles. -Christian besó su frente. Se retiró. Anastasia hizo un puchero gracioso y lo cogió de su jersey, intentando que volviera.

-Pero yo voy a recordarlo ...- viendo que Christian salía de la habitación, puso en práctica otra cosa. Anastasia se quito el jersey, se tumbó en la cama, y ​​hundió dos dedos en su sexo. -¡Ah! ¡Christian! - él se giró, encontrándose con la mejor imagen que sus ojos jamás visto.

-Anastasia -gimió pasándose una mano por el cabello, seguido de frotarse los ojos. Una nube de lujuria volvía a cubrirle la vista. La deseaba, la deseaba con todo su ser. Y nunca había sentido nada tan fuerte. Temía que aquello que Eliott estaba apunto de decir, fuera cierto.

-No ... no me deseas -afirmó Anastasia.

-Claro que sí -Christian se tumbo al lado y le acaricio la cara.-Pero estás ebria y no sabes lo que haces ...

-Sé muy bien lo que hago, lo que digo y lo que quiero ... y en este momento quiero que me hagas el amor, dios, Christian quiero que me folles y me ... -un salvaje beso interrumpió sus palabras. Christian la cogió de los muslos y la apegó contra su cuerpo. Anastasia sintió al sentir la erección. No tardó en meter la mano en el pantalón. Christian la sintió ... tocándolo. Pero eso no lo aliviaba. Las manos de Anastasia sin duda, lo hacían disfrutar. Pero él quería sentir a Anastasia completa. Pero no quería que Anastasia a la mañana siguiente se arrepintiera. Se aguanto las ganas de arrancarse los pantalones y penetrar a Anastasia hasta el fondo y metió un par de dedos el sexo de Anastasia. Ella se arqueó.

-Chris... -jadeo.

-Dime ... -mordió el cuello femenino, impregnado del dulce olor del deseo.

-Yo no quiero ... esto -aunque las manos de Christian eran perfectas, lo que ella quería era otra cosa.

-No puedo darte lo que quieres ...- la mano de Christian se empapó. Hasta a él le sorprendió que Anastasia estaba tan excitada. Lo que llegaba a hacer el alcohol. Un tercer dedo fue a parar en esa obertura. -Pero si mañana ... me pides lo mismo, no dudes en que te daré eso y más-Anastasia arqueó la espalda contra el tórax de Christian.

-Sigue hablando ...- le pidió ella. Christian sonrió.

-¿Que quieres qué te diga?

-¿Que es lo que me vas a dar? -murmuro moviendo las caderas al ritmo de la mano de Christian. Tomo su amigo y lo liberó del bóxer. Christian gimió. -Dímelo ...

-Todo lo que desees ... hasta la ultima imagen de tus fantasías. -Anastasia lo besó. A pesar de estar ebria, sintió muchísimas cosas a la vez. Dios, ese hombre la enloquecía. Christian la alzó con un fuerte brazo, poniendo en bandeja sus pechos. Envolvió uno de los durísimos pezones con su boca. Anastasia gimió, tomando a Christian del cabello, intentando que se acercara más a ella, si eso era posible. Unir sus cuerpos en uno solo, aunque para eso ... aún faltaba romper una barrera.

-Maldita sea ... ¿Que es lo que te hicieron tus ex novios para que tuvieras tanto miedo al sexo? -murmuro al oído. A Christian le vino a la cabeza ... ‹ Los borrachos siempre dicen la verdad›. -Dime, cuéntame tu pasado. -Anastasia no podía hablar en esos momentos. Así que Christian la hizo estallar en ese instante. Los dedos hasta le goteaban. Anastasia se tumbó en la cama, a su lado, satisfecha. Christian se apoyó en su mano, arqueando el brazo y la miró, apartándole los mechones de cabello de la cara.

-Christian, yo ...- suspiró y los ojos se le llenaron de lágrimas. A Christian se le encogió el corazón. -Yo soy vi ...

-¡Christian! -la voz de Eliott los sobresalto a los dos.

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