Capítulo #69

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Decidió dejar a Blaise con la palabra en la boca para no provocarlo en ningún sentido, aunque era un poco obvio el piercing de su nariz, pero no el de su lengua, el cual no se veía si no la enseñaba.

Le dio la espalda y se quitó la blusa. Antes de hacer lo mismo con los pantalones, por encima de su hombro vio que él se había dado la vuelta para dejarle privacidad y se lo agradeció.

Era tan amable que ella pensaba en cómo podía ser real. El ángel parecía ser él no ella como le solía llamar con ese apodo y ese acento tan sensual, pero adorable.

Cuando estuvo en su traje de baño, corrió hasta el lago y se lanzó de una vez. El agua estaba helada, pero en el bosque el sol relucía y quemaba. Parecía mentira que hacía unos días estuvieran con tormentas.

Al salir a la superficie, unas olas le cubrieron de nuevo y se dio cuenta de que Blaise también se había lanzado al agua sin siquiera mirar dónde había caído ella.

– ¡Casi me ahogas! –Exclamó cuando él salió a respirar.

–No seas exagerada. –Él sonrió abiertamente.

–No lo soy, pero ni siquiera miraste dónde estaba. –Blaise hizo un gesto inocente.

–En realidad sí. –Confesó con una adorable cara que Fara vio imposible no derretirse.

–Lo hiciste a propósito. Me quisiste matar. –Ella se hizo la indignada y frunció el ceño entre risas.

Ce n'est pas comme ça que je veux te tuer. Les baisers sont bien meilleurs. (Así no es como quiero matarte. Los besos son mucho mejores) –Le dijo con una sonrisa pícara, de esas que solo él sabía poner.

– ¡Lo estás haciendo otra vez! –Le dijo indignada. – ¡Sabes que no te entiendo! –Blaise rió a carcajadas acercándose a ella y agarrándola de la cintura.

–Lo sé, mon ange, por eso lo hago. –Fara decidió hacer lo mismo también mientras se cruzaba de brazos.

¿Ah, sí? Pues yo también sé jugar a eso. –Le dijo en su idioma natal esperando una reacción similar a la que ella tuvo de parte de él.

–Me encanta. –Pero obtuvo la contraria.

–Se supone que tiene que molestarte que hable en español porque no me entiendes. –Ella, cohibida, mordió su labio al no recibir lo que esperaba.

–Lo que "me molesta" es que hagas esto. –Él le sacó el labio de entre los dientes con el dedo pulgar de una forma que Fara catálogo como "muy sensual". –En su momento sabrás porqué, ahora no preguntes. –Su voz sonó más ronco de lo normal hablando antes que ella pudiera hacerlo.

Fara creyó que no debía hacer más preguntas, así que intentó ocultar su nerviosismo y rubor tirándole agua encima, así fue cómo comenzaron una guerra de salpicaduras entre risas y juegos.

Destino o casualidad [Colaboración]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora