𝐆𝐨𝐬𝐬𝐢𝐩 𝐆𝐢𝐫𝐥 || 𝐎𝐥𝐢𝐯𝐢𝐚 𝐁𝐞𝐧𝐬𝐨𝐧

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Olivia Benson ~ Acto 1 - Parte 7

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¿Os habéis enterado ya? El cabaret está de moda otra vez y a veces subir la temperatura es lo que hace falta. Y como siempre Chuck es el primero en apuntarse a una juerga.

La reina cotilla, XOXO.

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Os preguntaréis que pasó con Chuck, pues me desperté y estaba desnuda junto a él, así que me levante de la cama y me vestí, y me fui a mi casa.

Al llegar a mi casa subí a mí habitación y me puse el uniforme para ir a clase.

- ¿Dónde estuviste anoche? - pregunto mi madre que estaba desayunando en el salón.

- Eh, fui con Chuck a tomar algo después de la fiesta y me quedé dormida en su habitación - dije sentándome a su lado.

Esta solo asintió.

- ¿Papá hoy no desayuna con nosotras?

- No, hoy ha salido más pronto - dijo bebiendo su café.

Mire la hora en el móvil y ya era hora de que fuera al instituto, comi lo más rápido posible y salí de casa, no sin antes despedirme de mi madre, para montarme en la limusina e ir al instituto.

Sentí que me vibro el móvil y era un mensaje de Nate.

- Necesito tu ayuda - ponía su mensaje.

- ¿Para que? - le contesté.

- Para espiarlo con lo de la droga.

- Vale, después de clase vamos - dije y apague el teléfono.

A los pocos minutos ya estaba delante del instituto, baje de la limusina y entre en el edificio para coger mis cosas en la taquilla.

- Pensaba que era yo el que no tenía corazón, ¿pero ni siquiera te quedas a un mañanero? - dijo Chuck detrás de mí.

- ¿Te has quedado pillado, Bass? - le dije cerrando la taquilla y empezando a caminar.

- Si tengo que decir que si para que se repita la ocasión, pues si. Pero para la próxima no me hagas tantos chupetones, tienes suerte de que use bufanda.

- Tengo clases, hasta luego, Chuck - dije riendo.

Había quedado con Nate en la esquina del instituto.

- Llegas tarde - dijo Nate al verme.

- Lo sé, pero la de matemáticas se puso muy pesada.

- Vamos - dijo cogiéndome del brazo y me hizo caminar rápido.

- ¿Qué vamos a hacer?

- Seguir a mí padre.

- ¿Qué? Estas loco - Nate suspiro - Vale, pero no quiero que nos metan presos por acoso.

Fuimos hasta su trabajo y subimos hasta su oficina. El padre de Nate hablaba con mi padre, Nate y yo nos miramos.

El padre de Nate se levantó y Nate y yo nos escondimos detrás de una pared, bajo por las escaleras y en un hueco de estas un hombre se le acercó y el padre de Nate le dio una bolsita. Nosotros volvimos a mirarnos, por lo menos no era mi padre el que se la vendía.

Llame a mi chófer y paso a buscarnos a mí y a Nate, en el trayecto no sabía que decir, su padre se estaba comportando como un adolescente.

- Si quieres yo te puedo acompañar - le dije a Nate cuando llegamos a su destino.

- Es algo que debo de hablar yo solo con mi madre, pero gracias.

- Si necesitas algo llámame - dije sonriendo y este me devolvió la sonrisa para bajar de la limusina.

El chófer arrancó y volvimos a casa.

Entre en casa y ahí estaban mis padres en el salón, los saludé y subí a mí habitación para darme un baño relajante.

Cuando salí me puse ropa cómoda y baje a la cocina para hacer yo la cena, ya que hoy Camila no se encontraba en casa.

Acabe de cocinar y fui hacia el salón donde estaban mis padres en la mesa, así que les serví la cena.

- ¿A que se debe todo esto? - dijo mi padre cuando me senté en la mesa.

- Como Camila hoy no está he decido cocinar yo, y bueno así practicar un poco.

- Está muy rico mi amor - dijo mi madre.

Seguimos cenando entre risas, hasta que llamaron a mi padre.

Se fue de la sala y volvió con cara de preocupación.

- Han detenido a Howard - dijo mi padre refiriéndose al padre de Nate.

Yo solo subí a mí habitación y los dejé a ellos ahí.

Me tire en mi cama, mañana por la mañana iría a ver Nate y darle mi apoyo.

Llamaron a la puerta de casa y baje a abrir.

Al abrir la puerta vi a un Nate que estaba llorando.

- Nate - dije y dejé que pasara - Ven siéntate - dije acompañándolo al sofá - ¿Qué ha pasado?

- Mi madre se fue a la policía, creo que tú padre y tu madre también están allí, tu padre lo ayudaba, lo ayudaba con lo de los fraudes y la malversación. Y yo no lo sabía, no lo sabía y ahora él tiene una fianza de un millón de dólares y no podemos pagarlo, yo pensaba que solo tenía problemas con la cocaína.

- No pasa nada Nate, ya verás como tu padre sale de esta - le dije acariciándole la espalda - ¿Quieres quedarte a dormir aquí?

- Gracias - dijo una vez subimos a mí habitación.

- No es nada, entiendo que no te apetezca estar ahora en tu casa.

- Yo dormiré en el suelo - dijo cogiendo una almohada.

- No, la cama es bastante grande para los dos - dije con una sonrisa y este asintió.

Se echó en la cama y yo a su lado.