6.

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-Ya hemos estado en una guerra.- comentó aburrida Graciela. Esta se tomó un breve momento silencioso para observar a Leonard.

Su amigo de la infancia y su gran amor del pasado, era irreconocible. Su semblante relajado había sido sustituido por uno serio y neutral que no dejaba adivinar sus pensamientos más secretos. Sus ojos amarillentos se habían vuelto de un color opaco y su piel antes llena de lucidez, había adquirido una palidez que dejaba adivinar su desnutrición.

-¿Cuánto hace que no has bebido?- preguntó casualmente llamando la atención del chico. Sus ojos oscuros se posaron en ella y una pequeña sonrisa se dibujó sobre su rostro.

-Estoy a dieta.- dijo restándole importancia. La verdad, había perdido la noción del tiempo y no se acordaba cuándo fue la última vez que había probado la sangre. Su debilidad delataba que hacía mucho.- Pero no es lo importante ahora mismo.-volvió a la seriedad.- Lo que hemos vivido no es nada con lo que va a llegar. Eso no ha sido ni la mitad de lo que es una guerra, y la que se avecina, tiene pinta de ser entre los distintos mundos, humanos también.

-Pobrecitos.-comentó Dack recibiendo una mirada perpleja por parte de Graciela y Alejandra.-Son los seres más débiles e inútiles que he visto en mi vida. Esos ya se matan entre ellos.

-Pues como nosotros.- comentó Dack sin una pizca de gracia.-¿Y qué quieres que hagamos nosotros?- preguntó atento a las palabras del rubio, quien se mantenía sereno y tranquilo sobre la silla, sin mirar nada más que la copa que había entre sus manos. Jugó un rato con ella antes de clavar sus ojos sobre los presentes, preguntándose hasta dónde eran capaces de llegar para intentar mantener el orden y la paz en el mundo.

Los cuatro no apartaron los ojos cuando Leonard se tomó el tiempo suficiente para memorizar cada detalle de ellos. Tragó saliva antes de hablar y adquirió una postura mucho más cómoda sobre la silla, como si estuviera aburrido de contar siempre lo mismo.

-Intentar crear un ejército capaz de derrotar a los otros. Un ejército en el que haya alianza tanto entre cazadores y vampiros, una alianza cuyo objetivo sea conseguir la paz y no el poder. - dijo en un tono seguro.- Que quiera cambiar las cosas y no destruirlas.

Todos se mantuvieron en silencio asimilando las palabras del rubio, sin encontrarles sentido alguno.

La primera en decir algo fue Alejandra, cuya carcajada resonó entre las cuatro paredes de la cabaña y que pronto se vieron seguidas por los aplausos absurdos que dio. Lágrimas de risa asomaron entre sus ojos y se vieron pronunciadas al darse cuenta de las miradas desconcertadas de sus amigos. No encontraban la gracia.

-¿Qué te crees? ¿Que estamos en una peli o algo así?.- se calló un rato para recobrar la serenidad.- Esas cosas no funcionan y no acaban bien. Es absurdo,¿crear una alianza?- negó sin poder creerse la idiotez de esas palabras.- Después de la masacre que hubo entre vampiros y cazadores, dudo que haya alianza alguna.

-Siento decir esto, pero tiene razón.- admitió Canelio después de pensar en la idea.- Lo mejor que podemos hacer es mantenernos al margen y esperar a que el orden vuelva por sí solo, algún día esto tiene que parar. Las cosas siempre han funcionado así.

-Por eso todo va como la mierda, por gente como tú.- comentó Leonard sin elevar el tono.- Si esperamos a que todo vuelva a ser igual, las cosas seguirán mal, con guerras y con el control de los más poderos sobre todos. Seguirán habiendo diferencias entre vampiros y cazadores, seguirán matándose y luchando por conseguir el poder. Eso es lo que nos ha llevado a esta situación.¿Lo has olvidado?

-¿Cómo pretendes que lo hagamos?- se encogió de hombros Dack, quien lanzó una mirada cómplice a su mejor amiga. Él tampoco creía en esa idea.- Tanto vampiros como cazadores estamos muy dispersos, intentando huir del castigo de los que tienen el control en este momento.

Resurrección {secuestrada por un vampiro #2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora