Resurrección {secuestrada por un vampiro #2}

20.

Denna se miró una vez más en el espejo asegurándose de que la capa que llevaba sobre sus hombros cubría lo suficiente para protegerla de la noche. Se recogió el pelo en una coleta alta y tomó lo más rápido posible la bolsa que había dejado encima de la cama con todo lo necesario para su camino incierto.

Después de aquél extraño sueño, ella no podía seguir quedándose en casa de gente que no había dudado en ofrecerle ayuda, ella era peligrosa y no quería hacerles daño. Jamás se lo perdonaría. No sabía qué tenía que buscar, ni hacia dónde ir, lo único de lo que estaba segura, es que debía buscar al chico rubio de sus recuerdos. El mismo que no abandonaba sus pensamientos y que producía una serie de emociones desequilibradas en su interior.
No recordaba a la perfección sus rasgos, pero si sus ojos tan únicos y maravillosos.

Denna bajaba las escaleras con cuidado de no hacer ruido. A lo lejos podía escuchar el piar mañanero de los pájaros y como una suave brisa golpeaba contra las ventanas. Al asegurarse que no había nadie deambulando por la casa, agarró el pomo de la puerta sin mirar hacia atrás y se marchó antes de que se arrepintiese de su decisión.

Sabía que quedaba mal el no despedirse o por lo menos dejarles una nota de agradecimiento, pero quería evitar que su presencia en esa casa quedara grabada. Sonrió observando el amanecer, el sol brillante iluminaba el bosque entero y chocaba contra las ventanas de la casa produciendo un esplendor que dañaba la vista, pero que al mismo tiempo producía una sensación placentera y de tranquilidad profunda.

Denna miró el bosque que se abría a su paso, el estómago se le revolvió al darse cuenta de que ni siquiera sabía por dónde empezar, estaba perdida, como siempre.  Cerró los ojos para calmarse y dejó que sus pasos la guiaran, a pesar de no recordar nada, tenía corazonadas que le decían que iba por buen camino. En el fono tenía las esperanzas de encontrar la cabaña en la que estaba durmiendo antes de salir pitando de ahí, quizás la gente que la acompañaba sabían quién era ella realmente y qué le sucedió para tener pérdidas de memoria.

Quizás se encontraría con aquél joven que no abandonaba sus pensamientos. ¿Por qué tenía tantas ganas de encontrarse con él?¿Quién era él para ella?

El bosque se cerraba sobre ella, las ramas de los árboles se hacían cada vez más imposibles de esquivar. El frío se disipaba a medida que el sol se alzaba sobre el cielo y la vida en el bosque despertaba para dejar paso al sonido de la naturaleza. Se escuchaba a lo lejos el sonido del agua corriendo, un río. Lo más extraño para Denna es que no había ningún lago en el perímetro, solo veía árboles y más árboles. ¿Por qué no podía ver el río?

-¿Pero hacia dónde voy?-preguntó hipotéticamente a la nada. Giró en redondo sintiéndose atrapada en el bosque. Los lugares tan cerrados y similares miraras por donde mirases, le producían una sensación de malestar. Tenía el vago presentimiento de que algo malo le ocurrió en un bosque para sentirse de aquella manera. -Leonard.- susurró un nombre que se le escapó inconscientemente de entre sus labios.- Leonard.- volvió a decir saboreando cada una de las letras. Se dejó caer de rodillas sobre el suelo áspero.

Se sintió mareada y su cuerpo comenzó a temblar exageradamente. El bosque daba vueltas y los sonidos eran confusos, estaba teniendo un ataque de pánico.

Cuando pensó que sus emociones no podían empeorar, un extraño apretón en el pecho hizo que se desequilibraran hasta el punto de no poder aguantar las lágrimas. Se sentía estúpida por estar llorando sin razón, pero algo le estaba quitando el aire, era como si se estuviese ahogando sin agua. Le dolía tanto el pecho que lo único que podía hacer era llorar.

Te tengo.

Esas dos palabras hicieron eco entre sus pensamientos. No eran suyas, sabía que no eran suyas y que tampoco formaban parte de ningún otro recuerdo. Hasta el momento solo recordaba lo que el sueño le demostró de su vida pasada y en ningún momento escuchó aquello.