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—Nuestro primer dolor de cabeza —dijo, tratando de recuperar el humor de los días pasados.

—Supongo que sí —respondió Joss, aunque sin sonreír. Sin decir nada más, se volvió y salió de la biblioteca.

Harry se sentó en un sillón, preguntándose porqué se sentía tan deprimido. Habían superado la se¬mana sin despertar las sospechas de nadie. Brody aún seguía siendo su cliente y, cuando volvieran a Great Falls, todo seguiría igual que antes. Entonces, ¿por qué se sentía tan mal?

Joss se puso el pijama, agradeciendo que aquella fuera la última noche que iba a compartir la cama con Harry Styles. Aquella era la última no¬che que iban a simular una relación que no existía, que nunca existiría.

Comprobó que tenía abrochado el último botón del pijama y se apartó del espejo del baño. Llevaba allí tiempo suficiente como para que Harry se hu¬biera quedado dormido.

Salió silenciosamente y se acercó a la cama. Apagó la lámpara de la mesilla de noche y se acostó de espaldas a Harry, quien, efectivamente, parecía profundamente dormido.

Todas las noches se aferraba a su lado de la cama como si estuviera al borde de un precipicio, y todas, cuando se quedaba dormida, acababa en medio de la cama y en brazos de Harry.

La habitación estaba en silencio, excepto por el sonido de sus respiraciones. Joss cerró los ojos y trató de relajar su mente para que el sueño se apoderara de ella, pero su mente se negó a colaborar.

Solo podía pensar en el ejercicio que habían practicado con Barbara esa tarde. Tocar el rostro de Harry, explorar sus atractivos rasgos con las yemas de los dedos había despertado una intensa oleada de deseo en su interior... un deseo que nunca había sentido hasta entonces.

El resto del día se había sentido sofocada y no había sido capaz de pensar en otra cosa que en Harry.

—¿Joss?

La voz profunda de Harry la sobresaltó. Por un instante pensó en no responder, en simular que dormía.

—¿Estás dormida?

—No —contestó finalmente, y se tumbó de espal¬das sobre la cama.

Harry, que estaba de costado, se apoyó sobre un codo y la miró.

—Estoy pensando en comprar algo de tierra cuando volvamos a Great Falls —dijo—. Nada demasiado grande. Lo suficiente para una casa y un esta¬blo con un par de caballos.

 Lo suficiente para una casa y un esta¬blo con un par de caballos

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Joss lo miró sin ocultar su sorpresa.

—¿Y tu negocio?

—Oh, eso no cambiará, aunque puede que em¬piece a trabajar menos para tener más tiempo libre —Harry se tumbó de espaldas y miró el techo—. Estos últimos días he estado pensando bastante.

—¿Sobre qué? —preguntó Joss.

—El día que nos arrebataron el rancho y todas nuestras posesiones juré que trabajaría lo que hiciera falta para hacerme lo suficientemente rico como para que nadie pudiera volver a quitarme nada —Harry volvió a ponerse de costado para mirar a Joss—. Ahora comprendo que aunque hubiera per¬dido a Brody como cliente el negocio habría seguido marchando bien.

—¿Me estás diciendo que lo sucedido esta semana no era realmente necesario?

—Al menos, no por los motivos que te dije originalmente —Harry permaneció unos momentos en silencio—. Pero puede que fuera necesario por otros. Sin esta semana, no habría llegado a darme cuenta de que había perdido el camino de mi meta original.

—¿Y cuál era tu meta original? —preguntó Joss. Ambos estaban hablando con gran suavidad. Resul¬taba extraño estar tumbada junto a Harry, susurrando en la oscuridad.

—La felicidad —Harry respiró profundamente—. Cuando puse en marcha la agencia de publicidad, mi plan era ganar suficiente dinero para comprar algo de tierra y conseguir un caballo como el que me quitaron. Sí, en cuanto vuelva me voy a comprar un rancho con un par de acres de terreno —sus ojos brillaron con ilusión.

—Debería ser una casa con un gran porche delantero —dijo Joss, imaginando con facilidad el lugar.

—Sí... Un porche en el que pueda sentarme por la tarde a contemplar la puesta de sol.

—O disfrutar de tu primer café viendo amanecer —añadió Joss.

Harry asintió y sus labios esbozaron una suave sonrisa.

—El establo será del tradicional color rojo, y la casa tendrá alrededor una valla blanca de madera.

—Con flores plantadas por todas partes, floreciendo en diversas épocas del año.

—Va a ser fantástico.

—Perfecto —asintió Joss, con un toque de añoranza, deseando que aquel fuera un sueño compartido entre ambos. Pero no debía olvidar que Harry no contaba con ella en sus planes.

—Eso es lo que siempre he querido... de lo que me había despistado. Pensaba que algún día me casaría, que tendría hijos, y que mi negocio iría tan bien que ellos nunca tendrían que sufrir la pérdida de su hogar.

Pensar en Harry casándose con alguna mujer y te¬niendo familia en un pequeño rancho hizo que Joss sintiera una anhelante añoranza.

—Es un sueño muy bonito, Harry, y espero que lo¬gres que se cumpla —también esperaba que no notara que su voz se había vuelto más grave de lo habitual.

—Si lo logro, será gracias a ti. Si no hubieras aceptado venir conmigo esta semana, no me habría dado cuenta de hasta qué punto me había desviado de mi meta original. Esta semana y tú me habéis re¬cordado todas las cosas que quiero de la vida. Y te estoy muy agradecido por ello —antes de que Joss se diera cuenta de cuál era su intención, Harry se inclinó sobre ella y la besó.

Perfect (Harry Styles & Joss  Samuels) FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora