15

82 9 0
                                    

—Tranquilo, muchacho, tranquilo —Cameron Gallagher trató de apaciguar al enorme semental acariciándole el cuello.

—Tranquilo, muchacho, tranquilo —Cameron Gallagher trató de apaciguar al enorme semental acariciándole el cuello

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El gran caballo negro estaba encerrado en un corral. Harry y Trent estaban junto a la valla, observando cómo trabajaba Cameron con el animal.

—Es precioso, ¿verdad? —dijo Trent.

—Desde luego —asintió Harry.

—Cam lo atrapó hace un par de semanas en un cañón por el que suelen deambular varias manadas de caballos salvajes —explicó Trent—. Hacía varios meses que le había echado el ojo.

—Se nota que sabe manejar a los caballos —dijo Harry, observando las maniobras de aquel vaquero alto y moreno con el animal.

—Lo único que le interesa a Cameron son los caballos, su esposa y su hija... no necesariamente por ese orden.

Trent hizo un saludo con la cabeza mientras Cameron se acercaba a donde estaban.

—Hola, Cam.

—Hola, Trent —saludó Cameron.

—Este es Harry Styles, de Great Falls. Le estaba contando lo bien que se te da atrapar y domar caballos.

—¿Es usted ranchero, señor Styles? —preguntó Cameron mientras estrechaba la mano de Harry.

—De momento no, pero puede que en el futuro. En algún momento me gustaría tener un pequeño rancho con algunos caballos —contestó Harry, sorprendiéndose al comprobar que lo que acababa de decir era cierto.

—Hay mucha tierra sin explotar en Mustang.

—Probablemente buscaré por la zona de Great Falls —contestó Harry. Tomó nota mental para tan-tear la posibilidad de comprar alguna propiedad cuando regresara a Great Falls.

—Espero que tenga suerte —dijo Cameron, que apenas podía disimular sus ganas de volver con el caballo.

Trent miró su reloj.

—Supongo que ya va siendo hora de que volvamos. Elena y yo tenemos nuestra sesión con Barbara después de la cena.

—¿Qué te decidió a hacer el cursillo? —preguntó Harry mientras regresaban al todo terreno de Trent. Trent se encogió de hombros. —Elena pensó que nos vendría bien —dedicó a Harry un guiño cómplice—. Ya conoces a las muje¬res, les encantan este tipo de cosas.

—¿Y a ti no te importó? —preguntó Harry. Trent sonrió como si fuera poseedor del secreto más fantástico del mundo.

—¡Claro que no! Me hace feliz lo que le haga feliz a ella, y esto tampoco requiere tanto esfuerzo.

Harry volvió a sentir una envidia atípica en él. Mientras regresaban al rancho pensó en la sonrisa de Trent. Había sido algo más que el simple gesto de un hombre feliz. Había sido la sonrisa de un hombre que hnbía encontrado el secreto de una profunda dicha, y lo había encontrado en la felicidad de su esposa.

Harry nunca había pensado demasiado en el matrimonio y la familia. Nunca le habían interesado esos temas. Pero de pronto empezaba a pensar en la idea, tratando de imaginar lo que sería amar a una mujer todos los días y noches de su vida. ¿Qué sen¬tiría sosteniendo entre sus brazos a un Harry Júnior o a una Summer recién nacida? Por primera vez en su vida, la idea no lo asustó.

Tal vez había llegado el momento de empezar a buscar una esposa. Tenía treinta  años. Si iba a tener familia, no quería empezar cuando ya fuera demasiado mayor como para disfrutar de los niños.

—¿Te gusta ser padre? —preguntó a Trent.

Trent asintió.

—Aunque no haga otra cosa en la vida aparte de criar a mi hijo, ya habré hecho algo importante —replicó. Tras una pausa, sonrió y preguntó—: ¿Te pone un poco nervioso el embarazo de tu mujer?

—El embarazo... Oh, sí... un poco —por un instante, Harry sintió el impulso de sincerarse con Trent diciéndole que su matrimonio y el embarazo de Joss no eran más que mentiras.

—No te preocupes —dijo Trent—. Tener hijos es casi tan divertido como hacerlos.

Harry le dedicó una débil sonrisa. El impulso de sincerarse pasó. No tendría sentido decir la verdad y arriesgarse a perder a Brody como cliente por un momentáneo ataque de mala conciencia.

Cuando llegaron al rancho, Trent fue a reunirse con su esposa y Barbara en la biblioteca, y Harry subió a su habitación, donde encontró a Joss caminando de un lado a otro.

—¿Intentas hacer un agujero en la alfombra? —pre¬guntó.

—No, solo estaba pensando —contestó ella, y se sentó en el sofá con expresión preocupada—. ¿Has visto los caballos del cuñado de Trent?

—Algunos —Harry se sentó en el borde de la cama.

Sabía que se había ido bruscamente, dejando allí sola a Joss. Pero, de algún modo, sentía que todos aquellos inquietantes pensamientos sobre el matrimonio y la familia giraban en torno a la mujer que estaba sentada frente a él. Y eso lo asustaba.

Desde que Joss empezó a trabajar para él, dos años antes, no solo sus negocios, sino también su vida personal, habían fluido con gran suavidad.

El año anterior a encontrarla había tenido cinco secretarias. Intuía que encontrar una esposa adecuada sería mucho más fácil que encontrar una buena secretaria. Y no estaba dispuesto a arriesgar lo que tenía siguiendo un impulso de locura o cediendo al absurdo deseo que sentía por ella en algunos momentos.

—¿Qué quieres hacer antes de comer? —preguntó Joss—. ¿O tienes ya algún plan? —miró su reloj—. Aún tenemos una hora y media libre.

—Tú haz lo que quieras —Harry se tumbó en la cama—. Yo creo que voy a echar una pequeña siesta —era hora de recuperar y mantener las distancias con ella. Cerró los ojos, demasiado consciente de su presencia en el dormitorio.

 Cerró los ojos, demasiado consciente de su presencia en el dormitorio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—De acuerdo. Entonces nos vemos en el comedor.

Harry gruñó una ambigua respuesta. Oyó que Joss se levantaba y sintió que lo miraba, dubitativa. Luego oyó sus pasos mientras salía del dormitorio.

Suspiró, aliviado, esperando que el aroma de su perfume se fuera con ella.

Cuatro días más y aquella loca semana habría acabado. Cuatro días más y estarían de vuelta en Great Falls.

Perfect (Harry Styles & Joss  Samuels) FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora