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El teléfono sonó poco después de las siete de la mañana. Joss saltó de la mesa en la que estaba tomando café y fue a responder, esperando que el ruido no hubiera despertado a su madre o a su hermano.

—Buenos días — la profunda voz de Harry la envolvió en una capa de calidez.

—¿Qué puedo hacer por ti? —preguntó fríamente, tratando de reprimir la emoción que se agitó en su interior.

—Hace una mañana maravillosa. El cielo está tan brillante y azul... Un fondo perfecto para un mensaje de amor. Nos vemos en la oficina a las nueve.

A continuación colgó, dejando a Joss totalmente confundida. ¿A qué había venido aquello? Colgó el auricular y frunció el ceño, pensativa. ¿Un mensaje de amor? ¿El precioso cielo azul?

Ciñéndose la bata, con el corazón latiéndole aceleradamente, salió al porche delantero.

Harry tenía razón. Hacía una mañana maravillosa. El aire estaba cargado de frescura, aunque el sol ya se hallaba sobre el horizonte y el cielo era un fondo perfecto para el avión que lo atravesaba, soltando humo en forma de letras.

—Oh, no —susurró cuando las primeras se hicieron visibles. Horrorizada, vio cómo su nombre se iba escribiendo en el cielo.

 Horrorizada, vio cómo su nombre se iba escribiendo en el cielo

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—¿Joss? ¿Va todo bien?

Joss se volvió y vio a su madre mirando el cielo. Un momento después, Liam se reunió con ellas.

—¿Qué pasa? —preguntó, siguiendo la mirada de su madre y de su hermana hacia el cielo—. ¡Oh, vaya! ¡Es genial!

Siguieron mirando en silencio mientras el avión terminaba de escribir Joss, TE QUIERO en letras enormes.

Los ojos de Joss se llenaron de lágrimas mientras leía el mensaje de Harry. Aunque aquello no fuera un truco para conservarla como secretaria, aunque de verdad se creyera que estaba enamorado de ella, ¿cuánto tiempo durarían sus sentimientos? La locura que se había apoderado momentáneamente de él pasaría y se daría cuenta de que no estaba enamorado de ella.

No podía ceder. No podía permitirse caer en la fantasía que Harry trataba de crear. No soportaría perder la felicidad que le daría tener su amor.

—¡Ese tipo debe de estar loco por ti, Joss! —exclamó Liam. Pasándose una mano por el pelo revuelto, añadió—: Yo me vuelvo a la cama.

Joss miró a su madre. Esta la miraba con gesto especulativo.

—¿Necesitas hablar?

Las lágrimas que Joss había contenido durante aquellos días se desbordaron. Por unos momentos fue incapaz de hablar, sintiendo que tenía el corazón en la garganta.

Su madre la tomó cariñosamente por un brazo y la llevó de vuelta a la cocina.

—Siéntate —dijo, y a continuación entregó a su hija un pañuelo—. Y ahora, cuéntame lo que pasa —añadió, sentándose junto a ella.

Perfect (Harry Styles & Joss  Samuels) FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora