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Algo le cosquilleó en la nariz. Liam con una pluma, pensó. Su hermano siempre estaba de broma.

Frunció el ceño. Algo no encajaba. Mustang, Montana. Estaba en Mustang, Montana. ¿Qué hacía allí Liam?

Cuando el último vestigio de sueño se esfumó, abrió los ojos. Piel. Eso fue lo primero que vio. Piel morena con vello oscuro... vello que le estaba cosquilleando en la nariz.

El pecho de Harry. ¿Qué diablos hacía con la cara sobre el pecho de Harry? No se movió, asustada. Su respiración era muy regular, de manera que debía de estar dormido.

La tenía rodeada con uno de sus brazos y apoyaba la mano sobre la parte baja de su espalda. Las piernas de los dos estaban enlazadas, aunque Joss no tenía idea de cómo habían llegado a adoptar aquella posición.

A pesar de todo, permaneció muy quieta, disfrutando de la naturalidad con que sus cuerpos se habían encontrado durante la noche. Podía sentir en latido del corazón de Harry bajo la mejilla, un delicado ritmo que resultaba provocadoramente íntimo.

Los primeros rayos de la mañana asomaban por la ventana, iluminando la habitación con una luz dorada e irreal. Irreal. La experiencia de estar entre los brazos de Harry resultaba irreal.

—Buenos días —el pecho de Harry vibró mientras hablaba.

Joss estuvo a punto de caerse de la cama al apartarse de él.

—Creía que estabas dormido —dijo, sofocada.

—Llevo un rato despierto, pero parecías tan dormida que no he querido molestarte.

—Llevo un rato despierto, pero parecías tan dormida que no he querido molestarte

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—Lo estaba. Muy dormida... total y profundamente — Joss quería que supiera que no se había arrimado a él conscientemente. Qué situación tan embarazosa.

Harry sonrió y estiró los brazos por encima de la cabeza.

—He dormido de maravilla. ¿Y tú?

Joss asintió, deseando salir de la cama, pero también cautivada por la situación. Estaba totalmente loca, decidió.

—Yo también, gracias a que decidí dejar el sofá.

Harry giró hasta ponerse de costado y se apoyó en un codo. Su mandíbula estaba ligeramente ensombrecida por la barba de la mañana. Tenía el pelo revuelto, con unos mechones asomando por aquí y por allá, y, sin embargo, Joss no lo había visto nunca con un aspecto tan atractivo y masculino.

Permaneció sentada en la cama, sabiendo que tenía el pelo hecho un desastre y que no llevaba ni una gota de maquillaje tras el que ocultarse.

Se ruborizó bajo la intensidad de la mirada de Harry.

—Me estás mirando —dijo, insegura.

—Así es —asintió él. Alargó una mano y le acarició un mechón de pelo rizado—. ¿Por qué lo llevas siempre sujeto atrás?

Perfect (Harry Styles & Joss  Samuels) FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora