Capítulo cinco

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Zee aparcó su coche delante de la joyería y estos se bajaron, entonces entraron en el local, encontrándose a  dos civiles comprando, los  cuales echaron fuera para poder proceder a la detención del hijo del joyero.

-Señor, tiene que acompañarnos a la comisaria-dijo el más veterano de los policías, enseñando su placa al igual que su compañero.

- Me llamo Off y ¿Por qué debería?... Mi padre y yo ya les hemos dicho todo lo sucedido y ustedes aún no han encontrado a los culpables.

 Mi padre y yo ya les hemos dicho todo lo sucedido y ustedes aún no han encontrado a los culpables

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Zee resopló con molestia.

-Acompañemos, por favor.

El joven se echó para atrás pues quería coger algo que estaba debajo del mostrador y entonces  rápidamente el Saint reaccionó y sacó su arma.

-Ponga las manos en la cabeza y salga de ahí o no dudaré en disparar.

-¡Guarda el arma joder!, ¡Acaso estás loco!-le gritó su compañero con las esposas en la mano.

Casi sin darle tiempo a reaccionar Off  sacó un arma y le apuntó.

-¡No iré a la cárcel!, ¡antes me llevaré a este conmigo!-gritó este también mientras agarraba a Zee del cuello.

—¡Suelta el arma no sea estúpido!—le gritó el joven agente nuevamente.

—¡De eso nada!, ¡Este hijo de puta se irá conmigo!—Off apretó el agarre y nervioso le daba golpes en la sien a Zee con el cañón de su pistola.

Saint no se lo pensó y tras detectar un buen ángulo donde poder detenerlo sin que su compañero sufriese daño alguno, este disparó su arma hiriendo al joven joyero en el brazo y haciendo que este soltase el arma y a Zee.

-¡Joder, me has dado!, ¡Eres un maldito psicópata!, ¡Te demandaré!-gritó Off sujetándose el brazo de rodillas en el suelo.

-¡Cállete!, tan solo es un rasguño,  ¡Sobrevivirás!- le gritó entonces el joven agente guardando su arma y agachándose para levantar al detenido.

El veterano policía aún conmocionado por lo ocurrido, miraba asombrado a su compañero mientras que éste le hacía un torniquete con el cinto a Adulkittiporn hijo y le decía sus  derechos.

Luego de llamar a una ambulancia y esposarle, estos salieron de la joyería y metieron al sospechoso en esta, donde el joven agente subió también.

En urgencias, la bala le fue extraída y acto seguido lo pasaron a una habitación custodiado por agentes, los cuales había mandado el capitán, por lo que Saint y Zee regreraron a comisaría de nuevo.

Todos los presentes le felicitaron entre aplausos y abrazos, entonces el capitán los llamó a su despacho.

-Suppapong, sin duda es usted un gran agente.... Acaba de llegar y no solo ha resuelto un caso, sino que además ha salvado a su compañero de sufrir un disparo.... Felicidades hijo- lo felicitó este estrechándole la mano.

-Novat....Suppapong, emm... muchas gracias por lo de hoy.... La verdad me equivoqué contigo, eres un gran policía-dijo Zee extendiéndole su mano también.

Saint sonrió.

-No ha sido nada, no es para tanto.

-No sea modesto muchacho -habló de nuevo el capitán-... Bueno y dígame porque hay una cosa que no me queda claro. ¿Cómo es que supo tan rápidamente que los ladrones eran el anciano y su hijo?.

El joven suspiró.

-Bieno, la verdad fue bastante fácil....Cuando fuimos a la casa, vi que en una mesita al lado del teléfono había una caja de medicamento para tratar el cáncer y por la dosis y el  aspecto del anciano, deduje que no le quedaba mucho tiempo.... Además en la estantería vi muchas fotos de su hijo y en todas ellas, este estaba practicando hobbies caros; Renting, puenting, también conduciendo coches de carreras y manipulando helicópteros...pude darme cuenta que había allí muchos objetos procedentes de otros países.

-¿Y solo con ver eso ya....

-Tras saber que las joyas eran falsas—prosiguió este—… deduje que las joyas aseguradas eran un buen resguardo para pagar el caro tren de vida de su hijo...lo demás fue solo atar los cabos y bueno, salió bien.

-Es increíble-dijo el capitán asombrado.

Zee que también lo estaba, asintió pensativo pues a parte de fuerte y con carácter, su nuevo compañero era muy inteligente y poseedor de un maravilloso don.

Este había mirado hipnotizado los increíbles labios de su increíble compañero mientras este había explicado todo y entonces con extrañeza se descubrió a sí mismo, deseando sucumbir al deseo de besarlo hasta quedarse sin aliento.

Este había mirado hipnotizado los increíbles labios de su increíble compañero mientras este había explicado todo y entonces con extrañeza se descubrió a sí mismo, deseando sucumbir al deseo de besarlo hasta quedarse sin aliento

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5. Policías -Zaintsee-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora