El detective Zee Pruk pierde a su compañero en una terrible explosión y en la que él también resulta herido.
Mild Suttinut era el único que aguantaba trabajar con él pues tiene un fuerte temperamento, por lo que este se niega a tener otro compañero...
Tras una semana en el hospital a Saint y a su preciosa hija les dieron el alta y pudieron regresar a casa.
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Zee todos los días estuvo yendo a visitarlos, su hija y su precioso ya novio estaban perfectamente y tras el trabajo, salían a pasear como una familia feliz que eran.
En un derroche de espontaneidad, este le había pedido al más joven ser pareja oficialmente y hasta incluso hablaron de matrimonio pero el Saint no quería precipitarse, quería esperar pues todo le parecía que corría muy deprisa.
Las amigas del departamento e incluso los chicos los habían visto, algunos se habían sorprendido al principio tras descubrir que él padre de su bebita no era otro sino el agente Pruk pero después les pareció que hacían muy buena pareja.
Y aunque entre los agentes masculinos no fue lo mismo cuando este volvió por la comisaría, ya que había escuchado de todo pero le importó muy poco, ya que estaba muy feliz y comprendió que Saint tenía razón.
El capitán lo llamó a su oficina y tras echarle una pequeña bronca, lo felicitó por su paternidad y porque al fin se había liberado, ahora estaba pleno, radiante, estaba relajado y su mal humor ya no estaba.
...—Agente Pruk, siento decirle que el inspector Suppapong no podrá ser de nuevo su compañero, ni tampoco pueden trabajar en el mismo departamento... Uno de los dos será trasladado en cuando éste se reincorpore al trabajo.
-Está bien señor, lo entiendo...ya lo sabíamos-dijo Zee bastante triste.
-Ah y otra cosa, no sé si sabrán que a fin del semestre me jubilaré... tanto usted como Suppapong están capacitados para ocupar mi puesto, deberían considerarlo.
-Si señor, gracias por pensar en nosotros-dijo feliz pero sabía que Saint estaba más capacitado para el puesto que él, aunque no tuviese tanta experiencia.
Al encontrarse, este muy contento se lo comentó a su novio pero no quiso ni pensarlo, estaba tan feliz con su pequeña en casa, que no echaba para nada de menos el trabajo.
...—Presentate tú Zee, eres un buen policía y lo harás genial.
Finalmente y con el pasar de los días, el veterano agente terminó mudándose con Saint y su hija, no quería estar lejos de ellos, ni perderse ni un minuto la vida de su hija pues ya se había perdido el embarazo.
Y tras un tiempo de espera, la pareja pudo volver a tener sexo y esa primera noche juntos fue como si fuese su primera vez de nuevo pues estaban muy nerviosos y bastante ansiosos por sentirse uno dentro del otro.
Zee había llegado como cada día del trabajo y el más joven ya había bañado, le dado su toma de leche a su hija, la cual dormía plácidamente.
Este estaba preparando unos ricos spaghetti boloñesa en la cocina mientras bailaba moviendo sus caderas y removía en la olla al son de la música de la radio y al entrar, este lo lo contempló sonriendo desde la puerta.
En un momento, este se giró para coger un cubierto en la cajonera a su espalda y entonces fue cuando le vio.
-Wow cielo, me has asustado-dijo entre risas.
-No quería interrumpir tu baile, me gusta como te mueves-dijo acercándose y poniéndole las manos en la cintura.
-La ce-cena estará li-lista en unos mi-mi-minutos-dijo jadeante este al sentir los suaves labios de Zee sobre su cuello.
-¿Podemos saltarnos la cena?-preguntó el veterano tras dejar un beso sobre él ya ardiente cuerpo de su novio.
-Oh siiii...-dijo entonces Saint desesperado apagando el fuego y desabrochando la camisa de este.
Rápidamente Zee sacó la camiseta de su novio y también le desaprovechó el pantalón, el cual cayó al suelo, luego se desabrocho el suyo y se quitó la camisa.
Ya los dos estaban con solo el boxer y se besaban intensamente, frotando contra sí sus cuerpos calientes, Saint ponía sus manos en el culo del veterano y apretaba sus nalgas fuertemente haciendo que este soltase pequeños gemidos, entonces dio un salto y puso sus piernas a cada lado de la cadera de este.
Rodeó con los brazos el cuello de su novio y este lo sentó en la mesa y empezó a besar el interior de sus muslos haciendo que él se tumbase del todo y se retorciera de placer.
Acto seguido Zee le quitó el boxer y humedeciéndose un dedo se lo introdujo poco a poco en la entrada y empezando a hacerle pequeñas penetraciones que intensificó con los jadeos y peticiones de Saint.
-Si aah... si métemelo más aah... si ooh si.
El mayor sonrió y acto seguido le introdujo un segundo dedo intensificando los jadeos y gritos de su novio, era todo un espectáculo y el disfrutaba viendo gozar a su novio.
Su polla pedía atención al igual que la de Saint, así que se quitó su boxer también y con una mano cogió la polla de este y con la otra la suya bombeándolas al mismo ritmo.
-Ooh Zee... aah joder me voy a corr...
-Correte para mi, cariño...aah si co-correte-dijo mientras seguí bombeando sus pollas al mismo tiempo.
El más joven no pudo más y se corrió en la mano del agitado veterano, el cual se detuvo pero entonces se colocó entre las piernas de este mientras se estaba recuperando del clímax.
Ansioso introdujo su polla en Saint poco a poco y empezó a penetrarlo una y otra vez mientras éste tumbado sobre la mesa recibía con gusto la dura y enorme polla.
-Estás tan estrecho, amor... aah me aprietas...aaaah.
-Si joder si...aaah....sigue...si...
Zee le asestó varias profundas y duras penetraciones hasta que este nuevamente llegó al clímax.
-Aaaah jooderrr.... me corro...oooh me corroooo aaah...
El veterano estaba próximo también, así que tras esperar unos segundos volvió a continuar penetrandolo una y otra vez, hasta que finalmente se corrió, llenando con su blanco, caliente y espeso semen el rosado agujero de su novio.
Tras unos minutos en esa postura, el más joven se incorporó y besó los labios del agotado Zee.
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