Capítulo veintitrés

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Casi ya estaban por cumplirse los dos meses de su retiro en aquella desquiciante clínica psiquiátrica.

Ya podría volver al trabajo y la verdad era que lo había echado mucho de menos y ansiaba sentirse de nuevo útil, también quería ver y estar cerca de Saint, aunque solo fuese desde la distancia.

Necesitaba saber que este estaba bien, contento y a pesar de que lo había alejado por el bien de su carrera y por la tranquilidad de su vida familiar, no podía negar que el chico le encantaba.

Durante el último mes había pensado mucho más en él, había mirado la foto millones de veces y hasta la había doblado de tal forma que solo lo miraba a él y todos los días le hablaba diciéndole lo hermoso que era.

Cuando el día señalado llegó, su novia vino a buscarlo a la salida de la clínica, aunque él le había​ insistido en que no era necesario, que se cogería un taxi pero ella fue tan testaruda que no pudo llevarle la contraria.

Al llegar a casa de su novia, Zee cogió su móvil pues en la clínica no le dejaron tenerlo, lo encendió y rápidamente una tras otra, cientos de notificaciones fueron llegando y el teléfono parecía echar humo.

Cuando terminó, este lo cogió y vio que había llamadas y mensajes de su madre y de su hermana preguntando como estaba y es que este no los había permitido visitarle en esos dos meses, ya que no quería que lo viesen a ese lugar tan triste y deprimente.

También había llamadas y mensajes de sus compañero en particular le llamó la atención pues también había mensajes de Saint.

No sabía si leerlos o borrarlos directamente, ya que tenía que ser fuerte y esconder ese amor pues si no podía olvidar aquella noche que pasaron juntos, él tenía que hacerlo por los dos.

Borró las llamadas y dudosamente y contra su voluntad borró también los mensajes sin haberlos leído, ya que a pesar de todo, el joven era pasado y su futuro era Janis aunque ya no sintiese lo mismo por ella.

Tras llamar al capitán, el cual le dijo que podía reincorporarse al cuerpo cuando quisiese, que su placa y su pistola lo estaban esperando y que había mucho trabajo, Zee habló al fin con su familia para tranquilizarla.

A la mañana siguiente y tras escuchar los quejidos, lamentos y reproches de su novia por reincorporarse tan rápido y no quedarse con ella por más tiempo, el veterano agente salió de su casa aliviado.

Quería sentir la adrenalina de nuevo en su cuerpo, la emoción de resolver un caso, buscar al culpable y detener a los malhechores, interrogar sospechosos y mandar delincuentes a la cárcel, esa era su vida, eso era lo que amaba hacer y no iba a cambiar.

-Bienvenido Pruk, se le ha extrañado mucho, aunque no lo crea-habló el capitán-.... Espero que esos meses de retiro le hayan servido de ayuda para superar el pasado y centrarse en el presente, ¿Está dispuesto a hacer su trabajo sin causar más problemas con los compañeros?-preguntó finalmente.

-Si señor, estoy más que dispuesto.

-Bien... aquí tienes su placa y su arma.... Ahora largarse y haga su trabajo...Vaya con Karn he investiguen el puerto, ese caso nos trae de cabeza aún.

Zee le extrañó pues pensaba que ya estaría resuelto, que Saint lo había hecho como con la mayoría de ellos, desde que había llegado a esa comisaría.

Pensó que quizás era porque este era muy complicado y se le resistía encontrar al culpable.

-¿Cómo es qué ese caso aún está sin cerrar, señor?.

-Si ese y muchos más... Estamos hasta arriba de casos sin resolver... Esto es una locura desde que Suppapong no está aquí.

Al escuchar eso, el veterano agente sintió morirse.

-No e-está, ¿a do-dónde ha ido?.-preguntó nervioso.

-¿No lo sabe?.

-¿Qué cosa no sé?-volvió a preguntar.

-Oh pues es que ha sido destinado a las oficinas, este no hace trabajo de campo por el momento.

-Pero si él es el mejor... Ese chico es el agente más inteligente y capacitado que hay para resolver cualquier caso. ¿cómo ha podido enclaustrarlo en una jodida oficina?.

El capitán suspiró con pesar.

-Yo no he lo he decidido Pruk, ha sido una orden de arriba...Era lo mejor debido a su situación, sería eso o la suspensión.

-¿Situación?, ¿qué le pasó?-preguntó este muy asustado.

-El inspector Suppapong está embarazado.

Zee se quedó atónito.

-¡¿Qué!?, ¿¡Co-Cómo que embarazado!?...

-¡¿Qué!?, ¿¡Co-Cómo que embarazado!?

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5. Policías -Zaintsee-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora