El detective Zee Pruk pierde a su compañero en una terrible explosión y en la que él también resulta herido.
Mild Suttinut era el único que aguantaba trabajar con él pues tiene un fuerte temperamento, por lo que este se niega a tener otro compañero...
Un mes entero pasó, en el que Zee y Saint cerraron varios casos y cada día el joven sorprendió más y más al veterano, el cual estaba completamente seguro que con lo increíble que era este, nada le impediría ascender a inspector en tiempo récord.
El noviazgo con Janis seguía y eso mataba bastante compañero, el cual sufría terriblemente cuando este la nombraba o los veía juntos.
Tras haberse fijado desde un primer momento en sus varoniles facciones, luego le siguió su desconcertante personalidad y mutuo trato estrecho y continuado.
Además, descubrió que Zee era muy amoroso y atento y esto fue a causa de la desaparición de su hermana pequeña.
El veterano agente no podía de los nervios y lloró como un niño cuando al fin la encontraron, la cual la abrazó fuertemente casi sin dejarla respirar, llenándola de besos por toda su pequeña cara.
Al llevarla de nuevo a casa de sus padres, Saint pudo ver que su compañero era encantador con su familia, nada que ver cuando este estaba de servicio.
Todos eran muy cariñosos y amables, se abrazaron en grupo y lloraron de felicidad por haber encontrado a la pequeña de la familia.
La madre del Zee los invitó a un chocolate y galletas caseras, a lo que Saint aceptó encantado pues amaba el chocolate, así que pasaron una hermosa velada en familia, en la que este se sintió muy a gusto.
La pequeña incluso se sentaron en las rodillas de Saint, como si lo conociese de toda la vida.
-Qué guapo eres, ¿tienes novia? - le preguntó esta muy interesada.
El joven agente enrrojeció de vergüenza.
-No... no tengo novia-contestó finalmente.
-Bueno yo todavía soy pequeña pero puedes esperarme...Seré tu novia Saint-volvió a hablar esta muy sonriente.
Todos rieron, bueno todos menos Zee, que extrañamente eso no le había hecho ninguna gracia, por lo que hizo notar su enojo.
-Tendrás que buscarte otro novio Kayna porque él es gay.
Rápidamente todos lo miraron con el ceño fruncido, ¿A qué había venido eso? pues era parte de la vida privada de su compañero y una información innecesaria de revelar a su pequeña hermana.
Tras ese raro momento, llegó el tiempo de irse.
-Bueno familia, nos vamos....Tenemos que seguir trabajando- dijo este levantándose de la mesa al notar el ambiente algo tenso.
-Si...emm, será mejor irse... Gracias a todos por la compañía y el chocolate... Estaba delicioso señora, de verdad muchas gracias-se despidió Saint haciendo una amable reverencia.
-Encantados de conocerte muchacho... Gracias a ti por traer a mi niña sana y salva-dijo la madre de Zee-...Visítanos más a menudo, ¿De acuerdo?
El veterano entró en el coche algo molesto y entonces su compañero lo miró sin entender nada pues hacía unos minutos se había reído feliz.
-¿Te ocurre algo?.
-No, no ocurre nada-gruñó este mirándolo.
saint entonces pensó en que incluso así, este lucía jodidamente sexy y amaba esforzarse por ser alucinante, ya que le encantaba sorprenderlo con sus descubrimientos.
Ya sabía que ese era un amor imposible pues Zee tenía novia pero ya era demasiado tarde, ya que estaba, terrible, jodida e irremediablemente enamorado de su gruñón compañero.
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