Capítulo catorce-S

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Zee y Saint subieron en el ascensor del edificio del más joven, sin parar de besarse pues incluso cuando estuvieron frente a la puerta, la cual este abrió a tropezones, ya que el veterano no lo había soltado.

Finalmente consiguieron llegar a la habitación pues habían ido tropezandose con todo a su paso, mientras tenían una particular guerra de besos y caricias.

-Oye, esta será mi primera vez con un hombre-dijo Zee muy nervioso y excitado-...te-tendrás que guiarme, no qui-quiero decepcionarte.

Saint sonrió.

-Tra-Tranquilo lo harás b-bien... no te preocupes.... Re-Relájate y disfruta.

El más joven tomó la iniciativa y lo agarró de la ropa y tiró de él mientras el mayor le besaba el cuello y en las clavículas, mandando corrientes a sus más que abultadas pollas.

Llegaron por fin a la cama y este empujó levemente a su compañero, el cual cayó sobre ella riéndose sorprendido rápidamente.

-¡Wow, Suppapong!...Eres muy dominante, me gusta eso.

El mas joven se quitó entonces la chaqueta, a continuación la camiseta, los zapatos y por último los pantalones, quedándose tan solo con los boxes los cuales marcaban su pronunciado bulto.

-¡Oh joder!... ¡eres tan jodidamente sexy!-Exclamó Zee cuando este le arrancó los pantalones de un solo tirón y se subió a la cama gateando sobre su cuerpo.

-Estás temblando Pruk, eso me pone aún más-le susurró Saint al oído.

De repente el veterano gruñó, lo sujetó de los brazos y rodaron por la cama, colocando encima.

De repente el veterano gruñó, lo sujetó de los brazos y rodaron por la cama, colocando encima

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-Joder, eres tan increíblemente guapo.... No puedo esperar más, quiero verte gozar mientras te hago el amor.

-Oh joder si... follame Pruk- le susurró este nuevamente mientras gemía con ansia.

El mayor no necesitó más, empezó a besar y morder las tetillas y el torso de su ardiente compañero provocándole excitantes y dulces sensaciones

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El mayor no necesitó más, empezó a besar y morder las tetillas y el torso de su ardiente compañero provocándole excitantes y dulces sensaciones.

Saint jadeaba y suspiraba enloquecido por el tacto y con sus dedos acariciaba la cabeza de Zee, mientras sus abultados y deseosos miembros se frotaban causando estragos en sus sentidos y humedecidos boxer

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Saint jadeaba y suspiraba enloquecido por el tacto y con sus dedos acariciaba la cabeza de Zee, mientras sus abultados y deseosos miembros se frotaban causando estragos en sus sentidos y humedecidos boxer.

El mayor bajó por el torso de su hermoso y entregado compañero, besando y mordiendo cada centímetro de su suave y delicada piel.

Rápidamente le quitó la única prenda que le quedaba, desvelando así el maravilloso jardín de locura que éste tenía entre sus piernas.

-Pruebame-le suplicó el más joven abriendo sus extremidades inferiores.

Zee lo miró nervioso pero dudar comenzó a besar el interior de sus muslos y a continuación le agarró la polla, luego se la metió en la boca y comenzó a chuparla y lamerla, mientras que Saint se retorcía de placer agarrándose a las sábanas.

-¡Oh joder!... ¡si!, ¡si!.

Una sonrisa de satisfacción salió de los labios del mayor, el cual intensificó el ritmo.

Tras unos intensos minutos.

-¡Oh Zee!, ¡Oh joder!...¡me voy a corr...¡Oh mierd...!-gritó el menor tras un soltando su semilla en la boca de su compañero.

El veterano agente se incorporó y sonrió viendo el destrago que había causado en su agitado compañero, el cual respiraba con dificultad con sus preciosa boca entreabierta y sus mejillas sonrojadas.

Volvió a tumbarse sobre el este y siguió besando y mordiendo sus tetillas.

-Mé-Métete los dedos uno a uno y si-simula penetraciones Zee, así di-dilatarás mi entrada y se-será más placentero para los d-dos- balbuceó el mas joven cuando recuperó el aliento.

Este asintió y dejó que Saint se diese la vuelta, relamiéndose al ver su rosadita y deseosa entrada, entonces chupó uno de sus dedos y lo introdujo poco a poco en el interior de este entre chillidos y jadeos.

-¡Oh joder!...

Pronto estos se convirtieron en suspiros de placer pues el veterano comenzó a meter y sacar el dedo de su interior, hasta que introdujo un segundo dedo, obedeciendo la orden del ojiverde y metiéndolos y sacándolos en forma de tijera.

-¡Zee, oh jo-joder!... ¡te ne-necesito!... ¡métemela ya, por fa-vor!- gritó este desesperado cuando sintió tocar su próstata.

Rápidamente el mayor volvió a besarlo y a dejar pequeños mordistos por todo la espalda de su compañero.

-Ahora voy cariño... no te desesperes.... Déjame disfrutarte al máximo- dijo con una voz lasciva.

Después de unos besos más y roces por todos sus cuerpos, Zee se quitó el boxer y tras bombear un poco su necesitada polla, se puso un condón y la alineó con la entrada de su compañero introduciéndose poco a poco.

-A-Avísame si te duele...pa-pararé-dijo jadeante por la sensación tan nueva y placentera de adentrarse en este.

Finalmente lo penetró totalmente y esperó a que Saint se adaptase a su grosor y cuando este le dijo, comenzó un vaivén de estocada, sumiéndoles a los dos en un inmenso y erótico placer.

-E-Esto es increíble aaah... e-estás tan apretado- suspiró el veterano entregado totalmente a su primera experiencia homosexual.

El más joven por su parte rasguñaba la espalda las sabanas, producto del éxtasis que sentía.

-¡Oh joder!, ¡Aaaah!, ¡ooh joder!-gemía este enloquecido y sin poder creerlo.

Esas palabras provocaron una sonrisa en Zee, el cual realmente estaba disfrutando con verle gozar de esa manera y le parecía increíble que su compañero pudiera llegar a verse aún más sexy de lo que ya era.

Follarse a Saint era maravillosamente placentero y tras unas duras y furiosas estocadas más, el novato volvió a correrse.

-¡Oh mierda!...¡Oh joder...e-eres i-increíble!.

Las contracciones del esfínter este comprimieron la polla de Zee, haciendo que estremecerse y llegara al clímax repentinamente.

-¡Oooh joderrr...!, ¡Woooow...!- exclamó eufórico desplomándose sobre el cuerpo de su compañero.

-¿T-Te gustó o te ha ho-horrorizado?.-preguntó entonces temeroso el mas joven tras recuperar el aliento.

-¿Ho-Horrorizarme?...ha sido maravilloso.... Ja-Jamás había sentido tanto placer...Eres increíble Saint-balbuceó este recuperándose.

Tras unos minutos de jadeos, suspiros y risas postcoitales, el mayor salió del interior de su joven compañero, se quitó el condón, lo cerró y lo puso en la mesa, al lado de la cama, sin darse cuenta de que éste tenía una pequeña rasgadura.

Saint se giró y buscó su boca dejándole un tierno beso en los labios.

-Eres genial Pruk y me encanta ser tu compañero.

Este sonrió respondiendo al beso gustosamente.

-Si, a mi también me gusta mucho, Suppapong.

5. Policías -Zaintsee-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora