Dueles

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El no queria lastimarla, sabia que se enfrentaba al mayor reto de su vida.

-¡Gaara...! Yo te...
-¡No digas nada!-Grito el, estaba deseperado por detenerla, sabia que esas palabras lo harian caer a sus pies y no estaba dispuesto a pasara tiempo con ella, tarde o temprano podria lastimarla.
-No tengas miedo...Dame tu mano, te mostrare que la vida no es como te la han hecho ver.

La chica extendio su mano hasta el, pero el solo agacho la cabeza.

-¿No te rindes verdad?.
-Sabes que no lo hare, tus ojos no mientes, tu sientes lo mismo que yo, ahora ven...-La chica lo tomo de la mano y lo jalo hasta ella.

Pero ese momento se vio interrumpido por la lluvia, la chica miro hacia arriba el cielo se oscurecia más, pero ella lo  necesitaba tanto que no le importo que estuvise lloviendo, estaban de frente el uno del otro, y la chica se acerco más a el, se levanto un poco, le sonrio tiernamente y lo beso.
Entonces sobre sus cabezas se formo una barrera de arena, habia sido el para protegerlos de la lluvia, la chica lo tomo como señal de que el tambien deseaba besarla.

Se separaron un poco y ella noto una leve sonrisa en el rostro del chico, eso causo en ella un gran revuelo de mariposas en su estomago, se sentia en las nuves, amaba a ese pelirojo.

-¡Te amo Gaara!
-Debo regresar ya...
-Me quedare contigo hasta que la lluvia pase.
-¿Pero?
-¡Shh sin peros!

La chica sonreia tanto y el se dio cuenta que amaba más tenerla junto a el que tratar de dejarla, sabia que era ella su felicidad.
Que ironico un demonio enamorado de la más dulce de los humanos.

Ambos chicos entraron en la casa, cuando el chico miro como se encontraba esta se avergonzo, no habia tenido tiempo de limpar, ella lo noto y sonrio tiernamente.

-Tranquilo, yo te ayudo a limpiar.

Los dos chicos limpiaron la casa y cuando terminaron la chica se recosto en el sillón, estaba cansada.

-¿Hace cuanto vives aquí?-Pregunto la chica
-Hace varios meses.
-Dime exactamente que paso con tu madre...Bueno si no te molesta
-Prefiero...No hablar de eso
-Esta bien sera en otro momento, no te preocupes.

Del rostro del chico comenzaron a caer lagrimas.

-¡Perdon!, no quise decir eso, ¡de verdad que soy una tonta!
-Creo que es hora, debo hablarlo con alguien
-No te veas obligado a hacerlo...
-No me siento obligado, te contare.
-Esta bien.

El chico se sento a un lado de t/n, y comenzo con su relato.

-Tenia 16 años cuando eso sucedio...habia tenido varias noches sin poder dormir bien, mis hermanos habian estado estudiando en otra ciudad y mi madre estaba enferma, viviamos en el campo, esa noche no se que me paso, solo se que un moustro se habia apoderado de mi, era de arena, esa misma arena que puedo controlar, en fin ese moustro se apodero de mi y la mate, desperte con ella en mis brazos y en un charco de sangre...-El chico lloraba, era comprensible al contar tal historia.
-Ese no eras tu, eso lo puedo asegurar.
-¿Entonces que se supone que era?, ¡yo me vi al espejo era un moustro!
-Eso era algo que no podias controlar.
-Deja de justificarme, soy ese asecino del que todos hablan.
-Mirame, tu no eres un asecino, no hay pruevas de que lo hayas hecho tu, tu madre ya estaba enferma.
-¡YO LA TUVE EN MIS BRAZOS ESTABA SANGRANDO!
-Tranquilo-Decia ella mientras lo abrazaba, el chico estaba tan lastimado por tantas veces que lo miraron y le gritaron asecino, entonces el se convirtio en tal, un hombre sin escruplos que mataba por gusto, pero eso cambio cuando la conocio a ella...

Entre sus brazos se sentia comodo, como si nunca hubiese pasado nada amaba la sensacion que producia en, aún que al principio odiaba sentirse devil ente ella, ahora sabi que estaba destinado a amarla toda su vida.

El chico levanto la cabeza y frente a el estaba esa chica fuerte y dulce a la misma vez que logro cautivarlo, no pudo evitar besarla, aún llovia fuerte afuera, asi que ella no se iria pronto y el tampoco la dejaria irse.

El chico desaba que ella conociera los alcances de su amor, la beso y ella se levantó, tomó su teléfono y comenzó a poner música, la chica extendió su mano y el la tomó, comenzaron a bailar, entre risas ellos se besaban, nunca habían sido tan libres y felices.
Frente a ellos el fuego de la chimenea ardia, el la miró por un instante y suspiro.

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-¿pasa algo pregunto ella?
-Solo quiero mirarte...

El se acercó a ella y le susurro al oído todo lo que quería hacerle, ella tomó un tono carmesí, estaba avergonzada y temerosa, entonces el la tomó de la cintura atrallendola hacia el, el cuerpo de ella temblaba

-Tranquila, lo haré suave para ti-Dijo el susurrandole en el oído

Entonces se acercaron a la cama, el rostro de la chica, estaba ardiendo y su mejillas estaba rojas, el la beso pero pronto bajo a su cuello para besarlo con suavidad, para después arrojarla sobre la cama, el besaba con suavidad su cuello mientra ella no pudo contener un gémido, pero pronto se abergonzo e intento contenerse mientras el le ayuda a quitarse la ropa...

-No te contegas- dijo el bajando por su pecho depositando suves besos sobre ella- Me gusta- decía el mientras llegaba a su parte femenina

Ella estaba avergonzada, pero solo se aferro fuertemente a las sabanas mientras el bajaba con suavidad depositando suaves besos sobre su parte femenina, a lo que ella ya no pudo contener sus gemido por más tiempo, eso le gustaba demasiado, se aferraba fuertemente a las sábanas, ya no se podía contener había llegado a un punto en el que se sentía por las nuves como una sobredosis de adrenalina, entonces el aprovecho aquel momento de placer para introducir un par de dedos, a lo que a ella le lastimo y se movió un poco.

-Tranquila, pronto te acostumbradas y dejara de doler...

Y así paso dejo de doler y el aprobado para introducir otro de sus dedos, así hasta que ella ya no sintió dolor, entonces fue turo de su miembro, ella estaba totalmente exitada y sus gémidos sólo exitaba más y más al chico mientras introducía su miembro en le cuerpo de la chica, sus caderas iban de adelante hacia atrás y así lo hacia con delicadeza hasta que la chica pedía más intensidad, intentaron con varias posiciones que el chico proponía, hasta terminar agotados.

Ella se recostó sobre el pecho del chico quien estaba agotado y trataba de agarrar un poco de aire, ella se recostó y simplemente se quedó dormida, el chico la observaba dormir mientras acariciaba su cabello, era muy hermosa y su piel parecía de terciopelo, 《a los ojos de quien te ama siempre serás hermoso sin importar tus defectos Y yo no veo ninguno en ti pensaba para si mismo el chico》

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Gaara y tu. Se Mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora