─ "Pensé que no tenía nada que ofrecer, no era especial, entonces, ¿que podría querer de mi? Y le creí ciegamente cuando me dijo que era flor mas blanca del jardín, tan puro... Hasta que me contaminó con su sangre..." -Tine Metawin
- "Su sangre tan...
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Fong comenzó lentamente a abrir los ojos, la inusual oscuridad le hizo preguntarse si ya era de noche, se incorporo con cuidado en la cama, sintiendo su cuerpo relativamente mas liviano, sus ojos vagaron por toda la habitación, logrando ver con una claridad asombrosa.
Aquello alarmó al chico, quien se retiro las sabanas y trató de correr hacía el espejo de cuerpo entero en su cuarto, sin embargo, al poner un pie en el suelo y tratar de moverse, en un rápido movimiento ya estaba al otro lado del lugar, deteniéndose apenas antes de estrellarse de lleno contra la pared.
El estudiante quedó sin palabras mientras que su mente no podía procesar lo que estaba ocurriendo, miró sus manos brevemente, temblando ligeramente, elevó su vista y se vio a si mismo, casi cayéndose de espaldas al hacerlo.
─ Pero, ¿Que...?
Sus ojos eran de un color magenta, su piel seguía siendo del mismo color, no obstante, los chupetones y marcas en su piel no estaban, dejando una piel radiante y suave, que cualquier chica moriría por tener.
Se recargo un momento en el escritorio detrás suyo y respiró profundo, cerrando sus ojos y escuchando los sonidos del exterior, llevándose otra sorpresa.
Podía oír como su vecino bebía de su taza de café mientras que sus dedos golpeaban las teclas de una computadora, después, en el otro extremo, escuchó el dulce cantar de su compañero de clases, quejándose en voz baja cuando una nota le salía mal.
También al mismo tiempo que escuchaba eso, podía oír el ajetreo de la ciudad, los carros pasar, algunas bocinas estar sonando y el suave aleteo de algunos pájaros cercanos a su ventana.
─ Esto no puede ser posible ─susurró llevando sus dedos a la marca en su nuca ─ ¿Que me hiciste Ohm?
Abrió sus ojos de golpe cuando escuchó pisadas afuera de su departamento y como el cerrojo de este era abierta, rápidamente se giro, maldiciendo al hacerlo ya que sus movimientos habían sido demasiado rápido y se mareo ligeramente.
Se quedo de pie en el centro de la habitación y espero hasta que la puerta se abrió, dejando ver al mayor sorprendido cuando vio a su chico de pie.
─ Fong ─sonrió el vampiro, aunque no fue correspondido
─ ¡¿Que mierda me hiciste, Ohm?! ─gritó enfurecido el estudiante, apretando sus puños ─ ¡¿Por que mis ojos son de este color?! ¡¿Por que puedo escuchar cualquier sonido del exterior?!
─ Bonito ─el moreno en un segundo ya sostenía a su esencia en brazos ─ Tranquilo, todo esta bien
Fong no supo porque, pero estar entre los firmes brazos del mas alto lo hizo sentirse mas seguro, se aferró a su espalda, como si su estabilidad mental dependiera de eso y es que en realidad lo hacía.
─ No se que es lo que me pasa Ohm, te-tengo miedo ─sollozó el menor contra el pecho del inmortal
─ Hay muchas cosas que tengo que decirte bonito, pero debes de confiar en mi hasta el final ─se separo un poco de su pareja, viendo sus hermosos ojos magenta ─ ¿Puedes hacerlo?
