Capítulo 9

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Capítulo 9

"Cada día esconde una nueva revelación o un nuevo descubrimiento que puedo obtener".

Bruce Lee

Cam abrió la caja con un simple invisible. El reloj marca las diez de la noche, luego de la cena nos dirigimos las tres a la habitación y nos encerramos, eso fue hace unas dos horas, les conté de mi aventura y ellas me contaron que la gente del pueblo no proporcionó ayuda alguna, ni siquiera el tío de Thomas, Everett, quien ante las preguntas insistentes y la mirada amenazante de Nova se mostró muy nervioso, hasta asustado según me explicaron las chicas. El humor de las personas parecía tornarse oscuro ante la mención del apellido Winston, como si por alguna razón lo encontraran peligroso, maldito.

No mostré mi decepción al escucharlo, pero la sentía dentro de mí.

Luego de eso, les enseñé la caja y antes de que pudiera decir "llave" Cam sostenía el pequeño candado en una mano y el objeto de metal en la otra. La sensación de ser observada volvió a mí. Levanté mi vista e inspeccioné el cuarto pero como siempre, no había nadie aquí aunque yo sabía que no era cierto.

-¿Estás bien?-preguntó Nova sacándome de mi ensoñación- ¿viste algo?- dijo rápidamente mirando hacia todas partes sosteniendo un almohadón como escudo. Cam la siguió y ambas actuaron como gatitos asustados.

-No-aclaré la garganta-no veo nada, terminemos con esto-me apresuré en abrir la caja y no fueron las dos fotos las que me hicieron contener el aliento sino el objeto junto a ellas. Era el relicario de mi sueño. ¿Cómo es posible que soñara con algo que nunca había visto y que ahora está aquí?

Las palmas de mis manos estaban frías y por un segundo realmente pensé que me había vuelto loca. La sensación de hace un instante se intensificó como si alguien estuviera justo a mi lado cuando mis amigas se encontraban frente a mi observando cada una las fotos. Por primera vez desde que estamos aquí en verdad sentí miedo. Mucho.

Tomé el relicario pensando que, tal como pasó en mi sueño, no iba a poder abrirlo pero este cedió con facilidad y ahí lo vi. El chico que apareció en el baño aquella noche estaba ahí. Su foto estaba gastada y parecía tener unos años menos pero estaba segura que era él. Un golpe en la pared provocó que saltáramos en nuestros lugares.

-Que demon...-escuché a Nova mientras se ponía de pie.

-¡¿Qué fue eso?!- gritó la rubia antes de que se volviera a escuchar.

No pude decir nada, de repente sentí como si no pudiera pronunciar las palabras simplemente me limité a caminar hasta la puerta y al salir al corredor las tres personas que se encontraban cerca parecían no haberse percatado de los fuertes golpes.

¿Sólo nosotras tres lo escuchamos?

Cam me empujó y volví dentro del cuarto.

-Eso fue lo más extraño que me pasó y vaya que me pasaron cosas raras- comentó Nova. Caminé hacia ella y tomé la foto que tenía en la mano. Era la foto de un bebé, un niño, podía decirlo por la ropa que llevaba. No era el blanco y negro como la otra parecía más nueva. Cam nos llamó y nos mostró la otra foto.

-¿Ella es Fiona?-preguntó mirando fijamente. La mujer tenía alrededor de unos cuarenta, tal vez menos, pero en efecto era Fiona, podía ver sus rasgos y confirmarlo, la misma sonrisa, los mismos ojos. A su lado un hombre alto, desgarbado y con un fuerte semblante, en el medio de ambos se encontraba un adolescente, su sonrisa era de júbilo, alto como su padre pero sus facciones se parecían un poco más a las de su madre. Al reverso de la foto se encontraba una fecha "14 de julio, 1981".

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