CAPÍTULO 2: LA HISTORIA DE MAITE.-

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Maite Zaldúa es una gran pintora que ha pasado varios años viviendo en Francia, más concretamente en Montmartre, cuna de grandes artistas. Su tío más cercano se pone en contacto con ella y le informa sobre una herencia que debe reclamar, por lo que decide venir a España durante una temporada.  Una vez preparadas las maletas, marcha a su país natal a toda prisa, y es recibida por una pareja muy querida del barrio, grandes amigos de su tío, Liberto y Rosina.

Bienvenida a Acacias Maite, debería habernos avisado con más tiempo de su llegada. Podríamos haberle preparado la habitación de invitados - dijo Liberto.

 - Sí, lo sé, pero es que ha sido todo tan precipitado...yo me apaño en cualquier sitio - contestó Maite.

¿Estás segura de que no necesitas nada más? - preguntó Rosina.

No se preocupe, no quiero incomodarles más. Me quedaré esta noche con ustedes y mañana mismo me pondré a buscar alojamiento en la ciudad - dijo mientras les sonreía a modo de agradecimiento.

Está bien, vamos a sentarnos y nos cuenta que tal ha sido el viaje - le animó Rosina. - ¿Y pretende usted vivir sola? prosiguió la señora.

Claro, con el tema de la pandemia y viniendo de otro país, creo que la mejor opción sería esperar para compartir piso. Aunque me he realizado el test y no he mostrado ningún síntoma - aseveró Maite.

Tiene toda la razón del mundo. En su caso debe evitar las habladurías - comentaba Rosina toda azorada.

 - Señora, las habladurías me han acompañado toda mi vida. A veces sin razón, pero he de confesar que otras veces con ella. Digamos que el ambiente artístico parisino es muy libre. - Rosina no podía creer lo que estaba escuchando, y su reacción fue de total estupefacción.

Sí, he oído decir que la sociedad francesa es muy abierta - comentó Liberto.

No lo sabe usted bien, no hay nada como las callejuelas, las buhardillas de Montmartre. Si supiera usted las fiestas que se hacen allí...Sí, sí señora Rosina, como lo oye, y yo he sido participante entusiasta - y una cara de felicidad iluminaba su rostro mientras lo contaba.

¿No le gusta nuestro país? - preguntó Rosina con cara de espanto.

Uy sí, claro que me gusta, me encanta el clima, la luz, el ambiente, la música, pero no me gustan las personas de mentes cerradas. Que se metan en la vida de las personas me parece horrible - contestó apasionadamente Maite.

Vaya, si que tiene las ideas claras, podría meterse en política- musitó Liberto.

Ni en broma, la política no me interesa. A mí lo que me interesa es la libertad, el arte y la vida. No me gusta planificar nada, prefiero dejar que la vida decida. Y como les decía, me encanta la luz de España y voy a aprovecharla para terminar encargos de París y pasarme el día entero pintando y haciendo mis ilustraciones. Aunque claro, para eso necesitaré un alojamiento que pueda utilizar como estudio.

No se preocupe por eso, que nosotros tenemos algunos inmuebles en alquiler y creo que hay uno que le encantará - mencionó Liberto.

- Estupendo, lo único que necesito es mucha amplitud y luz -

- Tiene ambas cosas. Si quiere mañana mismo podemos ir a verlo -

- Perfecto. De verdad, muchísimas gracias por el recibimiento y su ayuda. Ahora si me disculpan, me gustaría descansar, el viaje ha sido largo.

- Claro, buenas noches - contestaron a la vez Liberto y Rosina.

Maite se sentía perdida, extrañaba su vida en París, pero a la misma vez, vivía con curiosidad esta nueva etapa que le deparaba el futuro.. Tan solo quería empezar de cero, olvidar el pasado, y comenzar una nueva vida. 

Una vez dentro de la habitación, y con su pijama estilo japonés, se tumbó en la cama, cogió una libreta y escribió:

"LISTA DE COSAS QUE HACER"

- LLamar a Sophie.         
- Concretar una cita con mi tío.
- Visitar el museo Reina Sofía.  
- Buscar escuelas de arte para echar el CV.

No hubo tiempo para nada más, pues se quedó dormida abrazada a esa libreta que se iba a convertir en un diario lleno de experiencias, pero sobre todo, de secretos. Y de esos Maite traía muchos. Nadie, en el fondo, conocía su interior, solo en aquellas hojas, se permitía expulsar todo aquello que le causaba temor. Porque a pesar de aparentar ser una mujer fuerte, en realidad era como una niña pequeña que anhelaba protección. Lo que ella no sabía es que su vida iba a cambiar para siempre. Dejarse llevar, eso es lo que iba a hacer. ¿Quién sabe?, a lo mejor hasta encontraba su "camino".

MAITINO: UN AMOR MÁS ALLÁ DEL TIEMPO.-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora