CAPÍTULO 26 - LA DOBLE CITA.-

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Camino se sentía diferente, tras ese fin de semana se encontraba más relajada. Habían escogido el destino ideal para evadirse. Ahora, de vuelta a la realidad, a su vida en la ciudad, su mente recuperaba ese sobreesfuerzo que la mantenía estresada. No iba a tolerar que llevara la voz cantante, solo ella tenía el poder de decidir, o al menos, de intentarlo. Lo único que tenía claro es que Maite y ella tenían una conversación pendiente que no debía aplazarse más. No podía permitir más desconfianza. Pero antes... tenían la sesión de fotos por delante, quizás era el momento idóneo, o quizás no, ya se vería.

La semana se presentaba bastante ocupada y tan solo acababa de empezar. Tenía unas inmensas ganas de iniciar las vacaciones de Navidad. Una semana más y sería libre hasta principios de Enero. Podría retomar la pintura, que se había obligado a abandonar, pues los exámenes y el restaurante le robaban la mayor parte del tiempo. Y por supuesto, recobrar sus visitas a la oficina de Maite. Su móvil comenzó a sonar. Sabía que era ella, le había asignado una canción de John Legend, "All of me".


- Hola Maite.

- Hola Camino. ¿Cómo estás?

- Bien, volviendo a la rutina. ¿Y tú?

- Echándote de menos. ¿Te pasas por el estudio al salir del trabajo, y trabajamos en la sesión de fotos?

- Sí. Me parece genial.

- ¿Todo bien?

- Sí, sí, cansada, como siempre.

- Vale. Te veo luego, te quiero.

- Y yo. Adiós.

Vaya conversación tan insípida <<No, no, no. No voy a consentir que la mente dirija mi vida. Se acabó darle vueltas a todo, no voy a sufrir por algo que aún no ha ocurrido>>. Esta vez sería diferente, esta vez iba a combatir e iba a ganar la batalla. El día transcurrió deprisa, como si el universo se alineara a su favor para que pusiera en orden su vida. Nada más abrir la puerta del estudio se tropezó con Maite, llevaba un picardías negro con encaje. Sus ojos y su boca se abrieron como platos ante tan inesperada situación. Le daba un toque sensual y sugerente provocando que su deseo sexual se encendiera en cuestión de segundos.

- Maite, esta no es la solución - dijo mientras se dejaba besar.

- Shhh, calla. Lo sé, sé que tenemos que hablar, pero ahora necesito esto. Necesito tu boca, necesito tu cuerpo, necesito hacerte mía - antes de que contestara introdujo la lengua en su boca, impidiendo cualquier intento de réplica. Le desabrochó el pantalón mientras la empujaba contra la pared. Desde que empezó ese distanciamiento, cuanto más se alejaba... más crecía su miedo a perderla. No era la respuesta, lo sabía, formaba parte de un deseo sexual que mitigaba el dolor de su ausencia, pero que no ponía solución al problema.

- No Maite, no - se alejó - Así no, ¿vale?. Te deseo, pero no podemos seguir así - se abotonó el pantalón. Maite se había quedado paralizada, sin saber cómo reaccionar - Entiéndelo, por favor - se acercó a ella y la abrazó con fuerza. Era esa clase de abrazo que no se puede medir, pero que es tan grande, que no cabe en el pecho. Abarca tanto espacio cómo amor des. Pues es el resultado de la suma de dos cuerpos, de dos corazones que terminan siendo uno. Cuando lo recibes, te sientes protegida de todo mal, es como un guardián protector frente a cualquier adversidad. Es ese amor correspondido que todo lo puede. Que te da esa energía infinita para combatir cualquier mal. Como una superheroína, sientes que eres capaz de volar, y tú fuerza aumenta con cada abrazo. Todo eso era lo que Camino quería transmitir.

MAITINO: UN AMOR MÁS ALLÁ DEL TIEMPO.-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora