MAITINO: UN AMOR MÁS ALLÁ DEL TIEMPO.-

CAPÍTULO 11 - MI PROFESORA.-

Camino estaba ansiosa por llegar a casa para agregar a Maite a sus contactos y darle la noticia. No quería parecer desesperada, pero ¿para qué perder el tiempo?, si de algo estaba segura era que ambas sentían esa necesidad de estar juntas, y por una vez, no iba a esperar a que ella diera el paso. Los miedos no llevan a ningún lado, todo lo contrario, te hacen perder oportunidades, y a pesar de su timidez, solo la mera idea de alargar más esa situación, la armaba de un coraje y valor que jamás había pensado poseer. Quizás siempre lo había tenido, aunque en un estado latente, esperando por salir. Y vaya si lo iba a hacer, esa era la Camino que quería ser, bastaba ya de esconderse tras esa coraza, detrás de su familia y de su pasado. Era el momento de empezar de cero, crear una nueva versión, más valiente y más libre.

En cuanto terminó su trabajo en el restaurante, se fue como alma que lleva el diablo sin casi despedirse de nadie. Se encerró en su habitación, y tumbada en la cama, comenzó a escribirle un mensaje. <<¿Cómo empiezo?...>> - Hola, soy Camino, ¿te acuerdas de mí? -  << Menuda tontería, ¿cómo no se va a acordar?>> - Hello, how are you? - <<No, demasiado informal...>> - borraba una y otra vez sin quedar conforme. Ya habían pasado unos minutos, así que decidió no darle más vueltas y escribir sin más.

- Maite -

en línea

Buenas, soy Camino,

mi madre ha aceptado  las clases de pintura.

Podemos empezar cuando quieras

😊

17.30 pm

Esperaba recibir respuesta casi al instante, pero no fue así, y comenzó a impacientarse. <<¿Le escribo otra vez?, quizás sí le añado un emoticono.... La espera se me hace eterna>> . Al final optó por aguantar hasta que ella decidiese responder. Miraba el teléfono cada cinco segundos, y cuanto más tiempo pasaba, más nerviosa se encontraba y las dudas comenzaban a emerger sin previo aviso. <<Venga Camino, desconecta. No puedes estar así>> intentaba tranquilizarse a sí misma. <<Será mejor que aproveche el tiempo>>. Hacía tiempo que no salía con la cámara de fotos, tanto que ni se acordaba del último retrato que había sacado. Se pasó media hora rebuscando por la habitación hasta que por fin dio con ella, oculta en lo más profundo del armario, revuelta entre su ropa. ¿Qué mejor manera de sobrellevar la espera? y se fue a recorrer los lugares más emblemáticos para su siguiente álbum de recuerdos, empezando por ese puente.

En cuanto a Maite, su mente era por común olvidadiza, y también era reacia al uso de las nuevas tecnologías, no quería que su vida dependiese de un objeto inanimado. El estar continuamente accesible para todos era sumamente agotador, además de causar ansiedad, depresión, estrés, y un largo etcétera…No solo afecta en primera persona, también es usado para infligir daño, qué fácil es criticar a través de una pantalla, aprovechando el anonimato, o simplemente por placer. Para ella se había convertido en un retroceso en cuanto a las relaciones interpersonales se refería. Era de la opinión de volver atrás en el tiempo y retomar viejas costumbres, olvidar los mensajes instantáneos y quedar más en persona, alejarnos de las pantallas y mirar más a la cara, visitar a alguien sin avisar, quedar, pero quedar de verdad y quedar bien, sin aparatos electrónicos de por medio. Vaya utopía, ¿verdad?, prácticamente imposible. El mundo había normalizado su uso, y resultaba inviable ese tan necesario cambio. Al menos, ella iba a ser fiel a sus principios, no se iba a dejar llevar, sobre todo, porque su salud mental se lo agradecía. Claro que tenía sus ventajas, como si no iba a poder comunicarse con su querida amiga Sophie, más ahora con la pandemia mundial. Las video llamadas se habían convertido en un salvavidas y en la única manera de poder hablar con nuestros seres queridos.