- "¿Dónde está la libreta?, juraría que la dejé en el cajón del escritorio" - dijo en voz alta.
Podía llegar a ser muy despistada, como aquella vez que encontró las llaves en el frigorífico, o el mando del reproductor de música en la caja de galletas y así, miles de casos. Casi siempre lo achacaba a su creatividad, su cabeza trabajaba a mil por hora durante los 365 días del año, buscando nuevas ideas, nuevos retos. Es por eso que necesitaba el uso de las libretas, ahí expulsaba esos pensamientos que le causaban malestar y necesitaba sacar de alguna manera, o plasmaba todo aquello que no quería olvidar, como un recordatorio de su vida.
-"Aquí estabas escondida" - se dijo así misma mientras recogía la dichosa libreta encajada en un hueco del sofá.
Se sentó con su taza de café en la mano, mientras con la otra hojeaba las páginas. Páginas llenas de momentos felices, pero también tristes, sin embargo, no sería ella sin la suma de ambos. Muy de vez en cuando, se permitía releer sus escritos, los cuales acompañaba de dibujos. Constantemente pensaba que todas esas experiencias serían una buena manera de ayudar a su memoria a recordar toda su vida cuando fuese viejita. -
"Vayamos al principio, a ver qué escribiste Maite" -
"Dicen que una mirada lo dice todo, yo llevo tiempo sin saber que quiere decir la mía.
Antes veía muchas cosas, era como una amalgama multicolor que me llevaba por diferentes caminos; ahora solo ven tonos grisáceos y muy de vez en cuando, el color arcoíris vuelve por un momento.
Dicen que ella tenía tristeza en su mirada" .
Madre mía, que melodramática había sido siempre, pero esa intensidad con la que vivía todo, eran su seña de identidad. No podría vivir la vida de otra manera. Era uno de esos días melancólicos, echaba de menos París, pero sobre todo a su querida amiga Sophie. El teléfono comenzó a sonar, haciéndola desconectar de sus pensamientos.
- "Eres una bruja, estaba pensando en ti y justo me llamas" -
- "Oui, ma chère, pero una bruja buena" - y comenzó a reír, con esas sonrisas que, aunque no se ven, se notan en la voz.
- "Ay amiga, cuanto te echo de menos" - la cara de Maite cambió completamente.
- "Lo sé, Mon amie, París no es lo mismo sans toi. No tengo a nadie que me acompañe a tomar champagne" - su risa contagió a Maite de forma automática e inconsciente.
- "Ay para, me va a doler el estómago de tanto reír..." - intentaba recuperar el aliento. - "¿Y qué pasa con Nicolás. ¿Quién mejor que tu marido?" -
- "Ma meilleure amie Maite, por supuesto. Además, necesito alguien con quien compartir mis ideas sobre escultura. Solo dos mentes apasionadas como las nuestras son capaces de ver más allá" -
- "Tienes toda la razón amiga mía" -
- "En fin, dejemos de hablar de mí. Dis-moi, ¿te has adaptado?" -
- "Digamos que estoy en ello. París es totalmente diferente, aquí las personas son de otra manera, pero intentaré seguir tu consejo y aprovechar el tiempo como me dijiste" -
- "Bien sûr que oui, hay que disfrutar la vida, deja el pasado atrás. Ahora debes escribir un nuevo capítulo en tu vida. ¿Quién sabe?, a lo mejor hasta encuentras l'amour otra vez?" - dijo recalcando las últimas palabras.
- "Sophie, no empieces, he venido aquí por el tema de la herencia, y en cuanto esté todo arreglado, regreso. Si el virus me lo permite. No tengo nada que me retenga aquí" -
- "Bon, bon, tú solo déjate llevar, no te cierres a nada, vis le moment" -
- "Eso haré, lo prometo" -
- "Ma chère, debemos hacer videollamada para que me enseñes tu nuevo estudio. D'accord?, ahora me temo que tengo que dejarte, tengo que ir a L' ÉCOLE des Beaux-Arts a mis clases de escultura" -
- "Te mando un whatsapp y concretamos día, ¿te parece?" -
- "Parfait, tu me manques, te echo de menos. Cuídate" -
- "También te echo de menos. Un abrazo virtual" -
Su humor cambió tras esa llamada, gracias a esas risas su estado de ánimo se tornó más positivo, dando paso a una sensación de relajación. La risa es la cura para el alma, y Sophie siempre encontraba la manera de reconectar con ella. Se levantó del sofá, dio los últimos sorbos al café, se sentó en el escritorio y comenzó a escribir aquel encuentro con esa chica que iba a cambiar su vida para siempre.
" Todo fue muy rápido, acababa de llegar al museo después de haber perdido el metro, y contaba con encontrar una gran cola de espera. Me llevé una sorpresa al encontrarlo cerrado. Andaba divagando que hacer a continuación, cuando de repente, esa chica se tiró encima de mí y caímos al suelo. El golpe fue un poco aparatoso, quedando encima de mí. Nos quedamos mirándonos a los ojos por un periodo de tiempo que se me hizo eterno, fue verlos y sentir como un flechazo imposible de esquivar. Me resultaban familiares aunque estaba segura que no había visto a esa chica en mi vida.
Se levantó algo incómoda, pero no pude evitarlo, esos ojos como almendras se habían quedado grabados en mi retina. Deseaba más que nada inmortalizar esa mirada en forma de dibujo. Era preciosa. Su piel de color marfil, sus insinuantes labios, parecía sacada de un cuadro de Botticelli.
Me ofreció ayuda para levantarme, y ese tacto provocó una pequeña descarga eléctrica. - "¿Podía sonar más romántico?" - pensé en ese instante. No se me ocurrió otra manera de romper el hielo que gastar una broma, sin percatarme de que mi sonrisa no podía ser vista a través de la mascarilla. Solo quería aliviar su malestar, pero sobre todo, volver a admirar la belleza de sus ojos. No pude evitar levantar su cabeza para contemplar de nuevo esos hermosos ojos. Otra vez esa mirada embarazosa, que tierna me resultaba.
Solo iba a conseguir espantarla si seguía por ese camino, así que decidí presentarme con la esperanza de tranquilizarla. Surtió efecto. Me despedí de ella con la seguridad de volver a encontrarnos. Era lo que más deseaba en el mundo.
Al final Sophie iba a tener razón, como siempre, y es que el amor aparece cuando menos lo esperas. Pero, ¿tan segura estoy de que esto es amor?, mejor no darle más vueltas, dejarse llevar, amar y dejarse amar, eso es lo que voy a hacer. Total, ¿qué puedo perder por intentarlo?".
Maite cerró la libreta, la guardó en el cajón, y se dispuso a contactar con Liberto y Rosina para averiguar algo sobre aquella chica que le había causado esa impresión tan fuerte. No sin antes mandar un audio de whatsapp a Sophie explicándole todo. Sabía que lo iba a disfrutar más que ella misma. Ahora sí que sí, iba a estar día y noche acribillándola a preguntas. Así mejor, pues sería una manera de tenerla cerca desde la distancia. Mi querida brujita.
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MAITINO: UN AMOR MÁS ALLÁ DEL TIEMPO.-
FanficEsta es la historia de un amor que traspasa el tiempo y el espacio, un amor entre dos mujeres, Camino y Maite, que están destinadas a encontrarse en todas y cada una de sus vidas pasadas, presentes y futuras. ~ Los personajes no me pertenecen, la hi...