• 𝑴𝒂𝒍 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 •

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(Narra Cole)

Llegamos a casa. Al fin. Aún sentía a Oliver algo nervioso, así que para tranquilizarlo lo tomaba de la mano y le susurraba que todo iría bien. No sabía qué era lo que pensaba, pero no quería que siguiera estresado.

- ¿Oliver, sucede algo? - Dijo Jo.

- No, estoy bien. - Fingió una sonrisa poco convincente.

- Está bien. ¿Por qué no van a desempacar arriba? - Me guiñó el ojo, como seña de que le pregunte qué sucedía.

Subimos a mi habitación con nuestras maletas y las pusimos sobre la cama.

- Hey... - Hice que me mirara. - ¿Qué sucede? - Lo tomé de las manos, mientras bajaba su vista.

- Es que... Tengo otra vez un mal presentimiento. - Se sentó en mi cama, con las lágrimas a punto de salir.

- ¿Sobre qué? - Si algo había aprendido en el tiempo que habiamos estado juntos, era que antes de consolarlo había que saber lo que le pasaba. Además, realmente me interesaba.

- No lo sé aún, pero es más fuerte que la otra vez. Creo que es... Sobre mí. - Rompió en llanto y se abalanzó sobre mí, mojando mí ropa. En ese momento, la ropa era lo que menos me importaba, solo quería que mi Olive estuviera bien.

- Hey, tranquilo. - Le acaricié el pelo. - Todo va a salir bien, ¿Me oyes? - Sentí cómo asentía con la cabeza sobre mi pecho.- Mírame. - Levantó la vista y yo le sonreí. - Te amo. - Le besé la frente y él me abrazó.

- Señor Cole. - Rollings estaba en la puerta de la habitación.

- ¿Si?

- Ya está la cena. ¿Se quedará a cenar, Señor Oliver? - Olive me miró, como preguntando si me parecía bien que se quedara, a lo que yo asentí.

- Claro. - Sonrió, con los ojos un poco rojos de llorar.

Bajamos a cenar con Jo y Rollings.

- Oliver, ¿Estás seguro que estás bien? No quiero ser pesada, pero parece que estuviste llorando. ¿Quieres que te lleve a casa?

- Si, estuve llorando. - Admitió Oliver. - Pero no quiero irme aún, mis padres no han vuelto todavía, y lo último que necesito ahora es estar sólo. Gracias por preocuparte.

- Por nada. Ahora coman que se enfría la comida.

Terminamos de comer y fuimos a la biblioteca. Nos gustaba estar ahí porque era tranquilo y acogedor.

- ¿Puedo quedarme a dormir? Es... Mis padres no han vuelto aún y no quiero estar sólo en casa.

- Por supuesto. Quédate cuanto tiempo quieras.

- Gracias. - Me dijo tímidamente.

- No me lo agradezcas, tontín. Puedes venir siempre que quieras, y lo sabes.

- Lo sé. - Me sonrió, ahora más confiado.- ¿Vamos a dormir? Mañana volvemos a la escuela.

- Claro.

Nos pusimos el pijama, él usaba uno mío que le quedaba algo grande y se veía muy tierno, y nos acostamos en mi cama, donde ambos nos dormimos rápido.

(Narrador omnisciente)

Esa noche, Oliver tuvo un sueño raro que lo perturbó un poco. Trataba de una persona con la que el chico no pensaba hacía tiempo. Al menos no en su manera de pensar, de hablar, de moverse.

No lo llamaría pesadilla, porque no era de esos sueños en los que despiertas con sudor frío en la frente en la frente y la espalda, temblando de pies a cabeza y la respiración agitada. No, nada de eso. Más bien lo había dejado confundido.

En su sueño aparecía Alice, su vieja amiga. En el sueño ella volvía de Nueva York.

No recordaba mucho más del sueño, pero con esa poca información le bastaba para creer que su mal presentimiento tenía algo que ver con la chica.

- Cole... - Susurró. - ¿Estás despierto?

- Ahora sí. ¿Qué pasa? - Dijo algo malhumorado y adormilado, parecía haber olvidado que su novio estaba allí, porque nunca hablaba de esa manera con él presente.

- Lo siento. Olvídalo. - No se había ofendido, ni nada por el estilo, pero no quería preocuparlo. Sentía que ya estaba siendo algo pesado con el tema.

- Hey no, lo siento. Estaba tan dormido que olvidé quién me hablaba. ¿Pasó algo?

- Olvídalo, estabas tranquilo y te desperté. - Se sentía el tono de angustia en su voz.

- Hey. Estoy aquí. Puedes decirme lo que te pasa, ya estoy despierto. - Dijo Cole frotándose los ojos.

Oliver se sentó en el borde de la cama, dándole la espalda con la cabeza gacha.

- Eh... - Cole ya se estaba preocupando, así que se sentó junto al castaño y comenzó a acariciarle la espalda.

- Pensaras que estoy loco. - Susurraba Oliver negando con la cabeza, mirando al suelo alfombrado.

- Nunca pensaría de ti algo que no eres. No estás loco, tienes visiones. Yo sé que te cuesta llevarlo, pero encontraremos la manera de controlarlo. Ahora dime, ¿Quieres contarme qué es lo que ves? Sin presiones, si no quieres hacerlo lo entiendo.

- Es sobre... - Bajo más la voz. - Alice.

- ¿Alice? ¿Tu amiga?

- Sí... - Dijo Oliver con un hilo de voz.

- ¿Recuerdas lo que viste?

- Sólo fragmentos. Pero no es importante. Digo, no me preocupa lo que vi, sino el tener visiones tan frecuentemente. ¿Es normal? ¿Cómo sé realmente si no estoy loco?

- Porque si fueras un loco no preguntarías eso. Escucha, no sé si sea normal, pero te prometo que te ayudaré a buscar la manera de...

- Cole. Para. - Lo interrumpió bruscamente. - Lo siento, pero no quiero que te involucres en esto. No quiero preocuparte. Además, ya busqué maneras de pararlo, no se puede. Simplemente no se puede. Leí cada libro en la biblioteca sobre psicología. Hasta hice meditaciones. No puedo.

- No sabía... Lo lamento. Yo no sé si haya una manera de pararlo, pero quizás... No lo sé. Ya no sé ni lo que quería decir. Sólo... No te preocupes, ¿Si? Mañana veremos si sigues bien. - Cole se dió vuelta para seguir durmiendo.

- Está bien. - Oliver se levantó de la cama.

- ¿A dónde vas?

- A buscar otra manta. Tengo frío. - Cole entendió que su novio se había ofendido un poco con su respuesta, porque de haber sido otra cosa le hubiera pedido que lo abrace. O quizás solo necesitaba espacio.

- Hey, siento hacer sido tan cortante. Es que realmente me preocupo por ti. - Le dijo el rubio.

- Lo sé. - Oliver salió de la habitación y volvió con una manta más gruesa. Cubrió la cama con ella, se metió dentro y abrazó a Cole, dándole a entender que todo estaba bien.

Ambos se quedaron dormidos rápido, pero era tan tarde que al día siguiente les costó trabajo despertarse.

Eres gay? (POV de Cole) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora