doce

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slut     capítulo doce

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slut     capítulo doce






          SUNAH MIRÓ A su hija fijamente y SunHye evitó la mirada de su madre.

          —Entonces... —SunAh se inclinó hacia adelante en su asiento, haciendo que el cuero del asiento en donde estaba sentada hiciera pequeños sonidos—. ¿Cómo va tu relación con ese tal NamJoon? —SunAh trató de parecer lo menos interesada posible, fallando miserablemente.

          SunHye se rió.

          —Sabes que no es una relación, mamá. —SunHye había perdido la cuenta de cuántas veces le había dicho esa misma frase y oración a su madre—. Soy más su prostituta personal. —SunHye se rió de su propio chiste, haciendo que su madre arrugara la nariz con disgusto.

          —Bueno... Pues para que te esté regalando joyas carísimas y propiedades en todo el mundo, debe ser más que una relación de cliente con prostituta, ¿no? —SunAh sonrió victoriosa cuando vió como su hija se quedaba en silencio, meditando las palabras de su madre.

          —Igual no creo que sea una relación seria. NamJoon sabe que me encanta que me regalen joyas. Además, debe pagar el precio de mis servicios, ¿no? —Ahora era SunHye quien sonreía victoriosa al dejar con la boca cerrada a su madre.

          Esas dos eran tan competitivas.

          Madre e hija tenían que ser.

          Sumando que eran tercas como el mismísimo demonio, eso hacía que ellas nunca se rindieran ante la opción de perder algo, sobre todo si era una disputa.

          —Como digas.

          SunAh bufó hacia su hija y se echó hacia atrás, recargando su espalda en el respaldar del asiento de cuero en donde estaba sentada y cruzando sus brazos sobre su pecho, mientras SunHye la miraba triunfante, agrandando su sonrisa de victoria.

          —Además, está buscando una esposa, así que eso hace que nuestra «relación» sea más inexistente que nunca. —SunHye no supo por qué, pero la amargura era clara en su tono de voz y el disgusto en su expresión.

          SunAh sonrió maliciosa ante eso.

          —¿Una esposa? —La mayor preguntó confundida, pero interesada.

          —Sí, una vieja tradición en su familia: si quiere convertirse en el líder de la mafia Kim, debe tener una esposa para sentar cabeza y demostrar responsabilidad y madurez. —SunHye explicó vagamente, jugando con el brazalete de plata en forma de serpiente que estaba enroscado en su muñeca derecha—. Aunque ya no lo hacen en los últimos años, él quiere seguir la tradición.

          SunAh pudo asegurar escuchar a SunHye soltar un bufido al decir lo último.

          La mayor se burló de la menor.

          —Una lástima. Me hubiera encantado tenerlo como yerno.






          —ASÍ QUE... ¿NamJoon, eh? —SooJin y DoYeon sonrieron coquetas hacia SunHye, quien bufó y rodó los ojos hacia sus mejores amigas.

          Ahora sabía lo que sentía SooJin cuando DoYeon y ella molestaban a la rubia por su personalidad.

          Era una mierda.

          —¿NamJoon y yo qué? —SunHye preguntó bruscamente, mirando mal a DoYeon y SooJin, quienes se rieron de la pelinegra ante su evidente mal humor con el tema.

          —¿NamJoon y tú están en una relación o sólo eres su prostituta personal? —SooJin preguntó finalmente, yendo directamente al grano y sin rodeos.

          —¿Por qué lo dices? —SunHye se hizo la loca, fingiendo demencia mientras abría la puerta de su armario y buscaba un vestido bonito para ponerse esa noche.

          SooJin, DoYeon y la pelinegra se habían tomado el día libre por el cumpleaños de la última mencionada para celebrarlo con unos pequeños tragos en el club esa noche.

          —Bueno, siempre te está trayendo vestidos, joyas, dulces y demás. —DoYeon explicó, mientras tomaba otro vestido del armario de SunHye y ayudaba a la pelinegra a decidir qué ponerse.

          SooJin simplemente se acostó en la cama de SunHye y comenzó a jugar con un peluche de oso que había allí.

          —¿Y? —SunHye no le encontró lo relevante al tema o al hecho de que NamJoon parecía siempre estar encantado con llevarle regalos y parecer una pareja—. Son los precios de mis servicios. —Les dijo a sus amigas lo mismo que le dijo a su madre.

          —Mmm... —SooJin vaciló—. Pues esos precios parecen ser demasiados significativos como para que sólo sean el costo de tus «servicios». —SooJin hizo comillas en la última palabra, tirando el oso de peluche a un lado y levantándose de la cama para acercarse hacia donde estaban las chicas.

          —NamJoon es un mafioso, seamos claras. Está forrado de dinero y sabe cómo tratar a una mujer. —SunHye comenzó a hablar, sintiéndose cansada del tema—. Y yo no voy a rechazar nada de lo que él me ofrezca. Al fin y al cabo, yo no tengo nada que perder. —SunHye terminó encogiéndose de hombros, frunciendo sus labios.

          —Mmm, no sé... —DoYeon dudó, mirando a SunHye—. ¿Y qué pasa si te llega a regalar un anillo de compromiso? —preguntó la pelirroja haciendo que la pelinegra se sintiera confundida.

          —Si te soy sincera, no lo rechazaría. En estos dos años he podido descubrir que NamJoon es un hombre serio y responsable, perfecto para cualquier mujer. Pero dudo mucho que sea él quien ponga un anillo de compromiso en mi dedo.


SLUT ━━ kim namjoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora