slut capítulo treinta y siete
JUNMYEON HABÍA ABOFETEADO a SunHye, haciendo que el rostro de la pelinegra se volteara hacia un lado, su cabello moviéndose con el acto también.
—¿Sabes? Ahora creo que te prefiero con la boca cerrada. —JunMyeon escupió hacia ella, mientras veía a SunHye voltear su rostro de nuevo hacia el frente.
—¿Sabes? Creo que incluso un adolescente hormonal podría golpearme mucho mejor que eso. —SunHye se rió sin humor y gracia alguna, retando a JunMyeon con la mirada.
Tal vez SunHye estaba tentando mucho su suerte, pero ella siempre fue una retadora por naturaleza, y haber encontrado un punto débil en JunMyeon sólo hacía que sus ganas de poner en su lugar al imbécil se hicieran más grandes.
JunMyeon se acercó a SunHye amenazante, agarrando el rostro de la pelinegra con su mano de manera brusca y fuerte, logrando que SunHye mordiera su labio inferior fuertemente para no soltar y reprimir el gemido de dolor que quería soltar.
—¿Te crees muy valiente, cierto? Sólo porque luces un par de tacones y un gran escote crees que eres una mujer poderosa y que tienes poder sobre todo, ¿no? —JunMyeon apretó su agarre en el rostro de SunHye, asegurándose de dejar marcas.
—No. Sólo porque visto un par de tacones y un gran escote sé que soy una mujer poderosa que tiene dos hermosos hijos mellizos y un gran hombre como esposo. No me retes o voy a sacar las garras, JunMyeon. —SunHye le sostuvo la mirada al hombre frente a ella, asombrándolo por su coraje.
—Yo diría más bien colmillos. Luces más como una serpiente. —JunMyeon se burló con una sonrisa estúpida en su cara y SunHye no pudo evitar pensar que el pelinegro hizo una comparación perfecta.
Casi como si lo hubiera escuchado, SunHye sintió su brazalete cobrar vida lentamente, comenzando a deslizarse por su muñeca hasta el suelo y esconderse entre las patas de la sillas tomando el color de estas para camuflarse.
Reconocía que su brazalete no era un simple brazalete, pero tampoco podía asegurar qué diablos era porque era algo que ni siquiera su propia familia sabía. Simplemente era una reliquia familiar que había pasado de generación a generación
JunMyeon por fin se dignó a soltar el rostro de la pelinegra y alejarse de ella cuando ambos escucharon como la puerta de la habitación en donde mantenían a SunHye retenida era abierta, entrando un hombre con apariencia nerviosa.
—Señor, lamento interrumpir. —El hombre se disculpó entre balbuceos, tartamudeos y vacilamiento, mientras dirigía su mirada de vez en cuando a SunHye y la regresaba a JunMyeon—. Tenemos un problema.
—¿Qué problema? —JunMyeon preguntó con brusquedad, acercándose al hombre de manera intimidante y colocándolo más nervioso.
—La mafia Kim ya llegó y están invadiendo la entrada, señor. Muchos de nuestros hombres están muriendo. —El hombre respondió nervioso, sin siquiera atreverse a dirigirle la mirada a JunMyeon.
—Maldita sea. —JunMyeon maldijo por lo bajo, pasando una mano por su cabello con molestia y frustración, soltando un gruñido enojado—. Iré a ver qué sucede. Vigílala. —JunMyeon ordenó con dureza mientras sacaba un arma y le quitaba el seguro.
El hombre asintió rápidamente y JunMyeon se fue, dejando al hombre a solas con SunHye.
La pelinegra se dió cuenta que el hombre era joven, tal vez estaba en sus veinte. Parecía bastante nervioso con el ambiente en general y bastante inexperto sobre qué hacer.
Así que SunHye decidió jugar con él.
—Oye, sé que eres un chico bueno... —La aterciopelada y melosa voz de SunHye llamó la atención del hombre, haciendo que esta mirara a la pelinegra con el ceño fruncido—. ¿Podrías aflojar un poco las cuerdas? La sangre no está circulando bien en mis muñecas y podría obtener graves consecuencias. ¿Tú no quieres eso o sí? —La falsa mirada de dolor en los ojos de SunHye y su inevitablemente dulce puchero hizo que el hombre se volviera débil ante ella.
—Lo siento, señorita, pero...
—Señora, estoy casada, cariño. —SunHye le guiñó un ojo al hombre, haciendo que este se sonrojara fuertemente. SunHye no pudo evitar pensar que el pobre chico era un bebé—. ¿Podrías aflojarlas? En serio duele. —SunHye hizo un puchero falso y festejó internamente cuando el chico asintió.
—Está bien...
Pero, cuando el hombre estuvo frente a ella, la serpiente que estaba en las patas de la silla saltó hacia arriba, mostrando sus colmillos y atacando al hombre, mordiéndolo justo en el cuello mientras dejaba salir su veneno que no tardó en matar al pobre chico en menos de un segundo.
SunHye tomó esa oportunidad y se echó hacia atrás, golpeando el respaldar de la silla y su espalda con el suelo fuertemente, logrando romper la silla y a su vez aflojar las cuerdas lo suficiente como para desatarse.
SunHye se levantó del suelo y se quitó los restos de madera rota perteneciente a la silla de ella, a la vez que se quitaba las cuerdas flojas. SunHye extendió su mano al suelo y la hermosa serpiente de plata y ojos azules eléctricos brincó a su brazo, deslizándose por este hasta tomar la forma del brazalete en su muñeca.
SunHye escuchó la puerta de la habitación en donde estaba ser abierta, y se preparó para activar su brazalete y convertirlo en su preciado látigo, pero la pelinegra soltó un suspiro de alivio al darse cuenta de que era NamJoon.
Rápidamente corrió hacia los brazos de su esposo, escondiendo su rostro en el cuello del moreno mientras mordía su labio inferior para evitar comenzar a sollozar de la alegría.
—¿Estás bien? ¿No te hicieron nada? —NamJoon preguntó preocupado, tomando el rostro de SunHye entre sus manos para examinarlo cuidadosamente.
—Yo creo que no. —YoonGi murmuró al ver el cuerpo de un hombre en la habitación.
NamJoon miró a SunHye interrogante.
—Una mujer hace lo que tiene que hacer para sobrevivir.
NamJoon se rió levemente, apresurándose a besar los labios de su esposa castamente.
—Ven, tenemos que salir de aquí.
NamJoon tomó la mano de SunHye y pronto todos salieron de la habitación, con YoonGi y HoSeok cubriendo a la pareja.
Era hora de rescatar a los mellizos Kim.
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SLUT ━━ kim namjoon
Fiksi Penggemar❛ SLUT ❜ ❝a veces, el cuerpo de una mujer es su mejor arma.❞ Kim NamJoon es un famoso mafioso de Corea del Sur, líder de la mafia más poderosa... y se enamora de una mujer que se cree prostituta, Lee SunHye, y la convierte en su mujer. i. k...