treinta y séis

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slut     capítulo treinta y séis

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slut     capítulo treinta y séis






          —¿Q-QUÉ? —NamJoon tartamudeó, sin creer lo que sus oídos habían escuchado.

          YoonGi y HoSeok lo miraron con lástima, ambos desviando la mirada al ver la expresión de dolor que había puesto el moreno.

          NamJoon sintió que algo se había roto dentro de él en cuanto escuchó esas malditas palabras salir de las bocas de HoSeok y YoonGi. Era una sensación en su pecho, como una opresión que lo obligaba a dejar de respirar, bastante mala y que lo dejaba con un mal sabor en su boca.

          Había roto su promesa, la promesa de proteger a sus hijos cueste lo que cueste, y no podía sentirse peor al respecto.

          La culpabilidad era evidente en sus rasgos, como una marca que dejaría una cicatriz en su piel para el resto de su vida y que nunca lograría borrar hiciera lo que hiciera.

          «Se llevaron a los mellizos... Y a SunHye también», esas palabras resonaban en su mente como un disco rayado, un bucle sin fin y principio... Como si quisieran hacerle saber a él que todo había sido su culpa.

          Y lo era, porque si él no se hubiera encaprichado con SunHye al punto de enamorarse de ella y hacerla su amante y luego su esposa, nada de lo que estaba sucediendo en ese momento se estaría llevando a cabo.

          Sus hijos no hubieran nacido y tampoco hubieran sido secuestrados por JunMyeon.

          —Hey, NamJoon, mírame. —YoonGi pidió, acercándose al moreno cuando notó que este hacía una mueca de dolor ante el dolor en su pecho—. Respira. Vamos a recuperarlos, ¿sí? Pero te necesitamos cuerdo con nosotros para lograrlo, ¿de acuerdo? —Los ojos de YoonGi brillaban en preocupación al notar el esfuerzo del moreno por lograr respirar.

          —No está respirando. —HoSeok se acercó preocupado a NamJoon, colocándose al otro lado de donde estaba YoonGi.

          —Está teniendo un ataque de pánico, es obvio que no puede respirar. —YoonGi dijo hacia HoSeok con sarcasmo, rodando los ojos.

          —D-Duele... —NamJoon balbuceó apenas, inhalando profundamente varias veces para tratar de respirar.

          —Sé que duele, pero tienes que tratar de inhalar y exhalar con cuidado, ¿sí? Sigue mi voz NamJoon: inhala, exhala, inhala, exhala. ¿Ves? Lo estás logrando. Ahora, sigue así y lograrás que el dolor se vaya. —YoonGi instruyó.

          Pronto, el dolor desapareció del pecho de NamJoon y su respiración se volvió regular, haciendo que HoSeok y YoonGi suspiraran aliviados.

          —¿Qué acaba de pasar? —NamJoon estaba confundido y su ceño fruncido lo demostraba.

          Era primera vez que le pasaba algo así en su vida.

          —Tuviste un ataque de pánico. —YoonGi respondió con voz calmada, dejando caer su trasero en el suelo mientras soltaba un suspiro cansado.

          —¿Qué? ¿En serio? —NamJoon sabía lo que era un ataque de pánico, había visto a YoonGi tener muchos a lo largo de los años que llevaba de amistad con el pálido.

          —Al parecer la noticia de que los mellizos y SunHye fueron... secuestrados desencadenó el ataque de pánico. —HoSeok explicó, removiéndose nervioso en su lugar.

          —¿Y ahora qué? —YoonGi preguntó, mirando a NamJoon.

          —Ahora voy a recuperar a mi esposa y a mis hijos.






          SUNHYE NUNCA LE dirigió la palabra a JunMyeon, simplemente se quedó escuchando como el pelinegro despotricaba sobre cómo estaría esperando a que NamJoon llegara a salvarla a ella y sus hijos para matarlo y acabar con la mafia Kim de una vez por todas.

          SunHye supo que JunMyeon había estado planeando todo desde hace muchísimo tiempo, años si tomábamos en cuenta la incorporación de SunHye a la vida de NamJoon y el nacimiento de los mellizos.

          JunMyeon en serio odiaba a NamJoon con todas sus fuerzas y SunHye podía asegurar que el odio era mutuo en ese momento. Antes, NamJoon sólo veía a JunMyeon como alguien inestable, un grano en el trasero, alguien incapaz de hacer algo tan inteligente y estúpido como secuestrar a su familia. Pero, ahora, veía a JunMyeon como una amenaza para su vida y la de su familia, alguien que debía ser eliminado y que se había ganado su completo y absoluto odio.

          Y SunHye podía asegurar compartir el sentimiento de odio con NamJoon hacia JunMyeon.

          El hijo de perra no había dejado de alardear lo asustados que estaban sus hijos ante su presencia, despotricando sobre cómo los tenía encerrados en una habitación pasando hambre y sed, llorando.

          SunHye sentía su corazón partirse en miles de pedazos al imaginar todo lo que JunMyeon decía sobre sus bebés. Las lágrimas se formaban en sus las esquinas de sus ojos y SunHye quería llorar de la impotencia por no poder hacer nada para que sus hijos estuvieran bien.

          Se preguntaba cómo estaba NamJoon, si estaba haciendo algo para poder encontrarlos, si movía cielo y tierra para encontrarlos a ellos... si estaba vivo.

          SunHye sabía que NamJoon haría hasta lo imposible por sus hijos y ella, pero ella no podía esperar. Tenía que comenzar a idear un plan para escapar de allí, encontrar a sus hijos y por lo menos lograr que estos salieran de donde sea que estuvieran y se pusieran a salvo.

          Era lo único en lo que lograba pensar mientras el imbécil de JunMyeon seguía alardeando sobre su victoria segura en la pelea con NamJoon.

          Imbécil.

          Si supiera que NamJoon no sólo sabía disparar un arma como él, estaría retractándose de todas sus acciones.

          —¿No piensas hablar, cariño? —JunMyeon sonrió con burla hacia SunHye, acercándose hacia la silla donde tenía a la pelinegra atada de brazos y piernas—. ¿Te comió la lengua el ratón? —JunMyeon la miró con falsa inocencia, acariciando la mejilla derecha de SunHye con falsa delicadeza—. Creí que las putas eran más vocales... —JunMyeon susurró para él mismo, pero SunHye lo pudo escuchar perfectamente.

          —Y yo creí que los secuestradores eran mucho más inteligentes. —SunHye habló por primera vez, sorprendiendo a JunMyeon.

          —Así que sí hablas. —JunMyeon sonrió satisfecho—. ¿Sabes? Podría conservarte después de que mate a NamJoon. Tal vez te convierta en mi esposa y tengamos nuestros propios hijos. —JunMyeon sonrió perversamente y SunHye lo miró con asco—. Aunque los mellizos no están nada mal.

          —Púdrete.


SLUT ━━ kim namjoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora