Es el heredero de la familia Kim, un omega pequeño y bonito pero bastante mimado; todo lo que dice se debe de hacer...
Jin lo tiene todo, padres que lo adoran, una casa grande, un perro, un criado que lo mima demasiado, no le hace falta nada, sin em...
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Un día, cuando Jin tenía diez años, un pequeño gato le ataco, el diminuto y adorable animal rasguño sus manos dejando horribles marcas de color rojo sobre ellas.
El dolor le hizo llorar, pero lo que mas le causo llanto fue el que su madre golpeara el animal echándolo de la casa sin piedad y amenazando con matarlo si alguien le traía de vuelta, el niño no comprendió la razón, el niño quería de nuevo al animal, aunque le hacía daño.
El niño estaba exigiendo algo.
Por eso cuando el vino a consolarlo y recibió un brusco golpe a cambio a pesar de siempre recibir algo a si en sus rabietas, de algún modo se sintió molesto.
Si... molesto con su señorito por primera vez, o por lo menor por primera vez se daba cuenta de ello.
El jovencito de mejillas rojas soplo otra vez sobre la taza pequeña de café y la metió sin dudar a boca, el sabor le hizo hacer una mueca de lo amargo que era y entonces tanto la vendedora como el joven amo comenzaron a reír.
Cuatro días, cuatro días en los que ese coqueteo discreto había comenzado a fluir en el ambiente, donde Jin hacia algo y el joven amo se reía de ello, se golpeaban los brazos de manera discreta y tiraban de sus ropas a un lugar oculto de la casa.
Cuatro noches, donde Jin venia a su habitación a dormir con el aroma del alfa y luego a las tres de mañana le escuchaba llorar en el baño de manera discreta.
Cuatro números y mucho rencor, molestia y enojo se guardaban en su interior como nunca lo sintió.
Estaba herido, molesto e irritado, pero como solo el sabia lo oculto en su corazón, tomo la mano de Jin cuando el se lo propuso y corrió a su lado al pequeño huerto para que el señorito pudiese pintar las flores.
―¿Puedo pintarte a ti?―
―Bueno, siempre me pinta ¿No es así?― lo vio asentir.
―Pero quiero intentar hacer mientras estas posando, creo que te verias bien entre el montón de flores―
