Entropía

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Capítulo III

Entropía

{O de cómo el universo tiende al desorden.}

—Mire, he estado pensando con ahínco en el hecho de que la profesora McGonagall puede transformarse en gato puesto que eso viola todas las leyes físicas y químicas establecidas. Lo he meditado tanto que incluso tuve una pesadilla en donde mi pobre maestra terminaba siendo presa de unos científicos locos que la obligaban a ser sujeto de horribles experimentos. Pero dejando de lado mis extraños sueños, debo de decir que debido a que la transformación desafía todo lo que conozco me encuentro fascinado con ella. ¿Cree que sea buena idea que vaya con la profesora, le expresé muchas de mis dudas y le pida que me recomiende algunos libros? También tengo otro dilema que no me deja en paz, ¿nuestra amada McGonagall gustara de la comida para gatos cuanto está en su forma de animago? Además...

Snape comenzaba a pensar que quizá hubiera sido mejor idea enfrentarse a Hermione Granger, los problemas adolescentes de Harry Potter eran una rareza en todo el sentido de la palabra.

—... tengo la sensación de que entre Draco y Ron hay tensión del tipo indecente, si usted entiende. He leído sobre ella en libros de educación sexual. No me alarma, pero no estoy seguro de cómo lidiar con el hecho. ¿Y qué dirá la sociedad mágica si los hijos de familias rivales terminan en una relación "inmoral"? Hace unos días los llamé Draco Montesco y Ron Capuleto en broma, sin embargo, ahora me doy cuenta de que puedo tener voz de profeta. ¿O acaso este mundo es más tolerante? A mí no me afecta que mis amigos terminen amándose porque estoy a favor de la lucha que sostienen las minorías, la Señora Katherine dijo que era importante ser respetuoso o tolerante.

Severus en definitiva no tenía por qué haberse enterado de eso, él podía seguir viviendo sin saber que Harry pensaba que la rivalidad de Draco y Ron era tensión sexual.

—Y luego recogí una serpiente que estaba a las afueras del Bosque Prohibido, sé que no está permitido ir a él, duh, el nombre lo dice todo, pero tiene mi palabra de pequeño caballero que no pretendía adentrarme. Estaba paseando por los alrededores y escuché un llamado de auxilio, ¡debería de haber visto mi sorpresa cuando me di cuenta de que el ruego que captaban mis oídos provenía de una víbora! No tuve el corazón para dejarla ahí así que la llevé a los dormitorios, la alimente con ratas que invoqué con un accio y la tape. La nombré Veratrum en honor a un género de flores venenosas porque me dijo que podía producir toxinas, ¡pero no es peligrosa! También me platicó que sólo muerde si se siente amenazada, es una Vipera berus, una serpiente común europea, la identifique con ayuda de las claves taxonómicas que están en la biblioteca —siguió charlando Harry sin cesar.

—Señor Potter.

—La dejaré ir cuando esté sana y controlaré que no dañe a nadie, no me regañe...

—Señor Potter...

—... lo hice porque no podía dejar que muriera, entienda. Todos merecen ser auxiliados en los momentos complicados.

—¡Señor Potter!

—¿Sí? —preguntó Harry precavido. Lo iban a regañar. ¡No tenía que haber contado lo de la serpiente! Pero no tenía opción, la había mantenido lejos de sus demás compañeros de habitación, sin embargo, la posibilidad de que alguien provocara a Veratrum era enorme, los accidentes ocurrían cuando uno menos se lo esperaba.

—¿Platicó con una serpiente?

—Oh sí. —Harry alzó ambas cejas, no estaba seguro de cómo sentirse respecto al hecho de que su profesor estaba más interesado en la parte en la que él conversó con Vera—. Ella es tan parlanchina, siento que tenemos eso en común. Le gusta llamarme bebé humano o bebé esmeralda, al principio probó con cría, pero le dije que los de mi especie son nombrados bebés o niños por lo general.

Encantador de serpientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora