Capítulo 14

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Aún sollozando me quede pegada a la pared, no me movía más que mis rodillas al temblar, en mi interior solo podía rezar y rogar porque alguien aparezca y llame su atención así pueda escapar pero no había nadie, no siquiera había viento o algún sonido, solo el de su fuerte respiración frente a mi rostro, ya había pasado como 1 minuto desde que se puso así pero no hacía nada más, solo me miraba.

T- Michael -hable bajo mientras limpiaba mis lagrimas- Si estás molesto porque invadir tu casa perdóname por favor! No lo hice con mala intención.

Le suplicaba pero parecía no prestarme atención, solo se dedicaba a mirarme y mover la cabeza ocasionalmente.

Le suplicaba pero parecía no prestarme atención, solo se dedicaba a mirarme y mover la cabeza ocasionalmente

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T- Por favor te lo suplico! Déjame ir...

Mi voz quebrantada y mis sollozos eran mi única defensa ante el, no era de mucha ayuda como verán.
Bajando su mano derecha aún con el cuchillo en mano lo acerco a mi mejilla nuevamente pero sin rozarlo para no herirme pero luego lo guardo en su bolsillo. Creo que le gustaba jugar conmigo pero no me hacía gracia en lo absoluto. Empezaba a fastidiarme, si me iba a asesinar que lo haga de una buena vez! Ya no tenía tanto miedo y había dejado de llorar, aparentemente lo que dijo ese Doctor era cierto, yo le recordaba a su hermana. Pero el asesino a su hermana!
Moviéndose lentamente acercó más su cuerpo al mío, estaba tan cerca de mi que está vez aparte de oír su respiración la sentía encima de mi cabeza, es un hombre muy alto e intimidante, ahora me tenía atrapada, me miraba mientras yo solo apretaba mis puños y trataba de quedarme quieta. Por alguna razón me acordé de aquel extraño sueño que tuve, casi sentía su cuerpo encima del mío y empezaba a ponerme nerviosa, pensaba que en cualquier momento iba a poner sus manos encima de mi cuerpo o de mi cuello nada más, de cualquier manera era una sensación extraña. 

Trataba de permanecer calmada pero su presencia no era muy acogedora, quería correr sin mirar atrás pero adónde? A mi casa? Él me saco antes de ahí, tal vez lo mejor si era irme ya con mis padres pero tampoco dejaría a Jamie, no sabía que haría si salía viva de este momento. Michael suavemente puso su mano en mi mejilla por un momento, dándome un toque suave, teniendo en cuenta que sus manos son grandes y un tanto ásperas, yo solo miraba su pecho y no me movía para nada.

 Michael suavemente puso su mano en mi mejilla por un momento, dándome un toque suave, teniendo en cuenta que sus manos son grandes y un tanto ásperas, yo solo miraba su pecho y no me movía para nada

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(Por si no alguien no sabe, el es Tony Morán *Michael Myers sin máscara*)

De repente el se aparto de mí como si nada hubiese pasado, se aparto lo suficiente como para que yo me fuese corriendo sin pensarlo y así lo hice, empecé a correr pero a diferencia de lo que pensé antes si voltee a verlo, no sé por qué pero quería hacerlo, el me miraba y sin intenciones de perseguirme, no parecía un loco asesino estando así.
Seguí corriendo con todas mis fuerzas hasta mi casa y cerré con candado todas las puertas y ventanas, fui a la habitación de mi padre y tome su arma, corrí a mi habitación y me acurruque al lado de Max dentro del armario.
Esta noche no iba a dormir.

En la mañana siguiente desperté porque al final si me quedé dormida casi encima de Max y estaba dolorida de mis piernas así que las estire antes de levantarme y frote mis ojos para luego acariciar a Max, me asome por la ventana y veía niños jugar en la calle, las chicas hablaban con sus amigos y las aves cantaban. Parecía un lindo día, todo lo que me estaba pasando hacía que me olvidase de todo lo bueno de esta vida y el suceso de anoche no ayudaba mucho, estaba muy confundida, no entendía que sucedía.
Baje a hacer mi desayuno y alimente a Max, me dí una ducha y cuando estuve lista tome a Max para dar un paseo, al abrir la puerta una pequeña bolsa estaba en mi puerta, una bolsa con el nombre de la hamburguesería que suelo visitar, al abrirla ví una pequeña ardilla muerta dentro. Era desagradable, los chicos suelen hacer está clase de bromas supongo. Tire la ardilla en el basurero y caminé tomando la correa de Max, hoy visitariamos la tumba de Rachel.

Me senté encima y miraba las letras doradas con su nombre, fecha de nacimiento y de su muerte. Fue la mejor amiga que tuve y ahora ya no estaba, acariciaba su cruz por última vez y me levanté, ahora vería la tumba de Danni, hacía lo mismo cuando de repente apareció Jay.

T- Hola Jay! ¿Que haces aquí?

Sentándose a mi lado colocó unas flores encima de la tumba.

J- Vengo todos los días a ver a mi amigo... Realmente lo extraño mucho -suspirando y mirando la tumba sonrió- pero me alegra saber que no soy el único que aún lo quiere.

T- No digas eso Jay, quise mucho a Danni y jamás lo olvidare. El fue un estupendo amigo y lo llevaré siempre en mi corazón.

Mis lágrimas empezaron a salir y Jay me abrazo, los dos sentíamos el mismo dolor de haber perdido a nuestros amigos, pero debíamos seguir adelante.

J- Quieres ir a comer algo? No se, podemos platicar más agusto.

T- Me encantaría pero mejor mañana, no me siento bien, no he tenido una noche tranquila y también quiero ver la tumba de Mike.

J- Está bien, nos vemos mañana -me sonríe y da un beso en mi mejilla para luego irse- cuidate!

Más allá de cuidarme trato de no morir y cuidar a Jamie, tengo que saber cómo está. Al llegar a casa le llamaría.

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