Luego del intento fallido del psicópata enmascarado conocido como Michael Myers por librarse de la maldición que lo ha convertido en un monstruo, emprende su búsqueda nuevamente por su pequeña sobrina y obtener lo que necesitaba de ella y tal vez se...
Una vez el doctor se despidió de mi termine de lavar toda mi ropa y limpiar todo lo que tenía que limpiar decidí recostarme en la cama, tenía muchas dudas ahora respecto a lo que iba a hacer; quiero mucho a Jamie y voy a protegerla pero no se cómo! Es aún una niña y podrá olvidar todo esto en unos años pero que pasará con su despiadado tío? Que hacemos para que se olvide de ella?
Por alguna razón yo no quería que el muera o le pase algo malo, se que es un tipo sin corazón y ha hecho mucho mal a todos incluso a mí pero, no lo se, todo es muy confuso para mí. Tal vez si el se libra de esa maldición podría ser un hombre libre y vivir su vida en paz lejos de aquí pero como? El está buscando a Jamie para hacerle mal y luego? Asesinar a un bebé!
Mil preguntas daban vuelta en mi cabeza sin saber que hacer o por dónde empezar, apenas puedo creer lo que pasó anoche! Fue fantástico, no puedo evitar sonreír al pensar en eso, en sus brazos y su cuerpo sobre el mío, en él. Su respiración sobre mi cara y sus labios en mi cuello, sus ojos, sobre todo sus ojos tan intensos y vacíos. Quisiera saber que pensaba mientras estaba conmigo porque yo no pensaba en nada, solo sentía y me gustaba pensar en él, creo que el hecho de estar en una situación así, con alguien tan peligroso y masculino como el haría que cualquier mujer se dejará llevar supongo.
Pasada la tarde, como a las 6pm pensaba que hacerme para cenar, pensaba en pedir una pizza y chocolates pero cuando iba a tomar el teléfono tocaron a mi puerta, fui corriendo a abrir y Jay me ofrecía unas flores.
J- Buenas tardes! puedo pasar?
T- Jay! Que gusto verte, por supuesto pasa por favor y gracias por las flores.
Los dos nos dirigimos hasta la sala y nos sentamos, platicamos por un rato hasta que no puede ocultar más que moría de hambre.
J- Te parece si pedimos una pizza?
T- Creo que me has leído la mente! -Sonriente y me levanté a tomar el teléfono y hacer el pedido- listo, vendran en un rato.
J- Bien! Amm oye te puedo preguntar algo?
T- Por supuesto, dime.
J- Estás bien? Es que te noto cansada, extraña no lo sé.
T- Ah sí que si, no sé por qué dices eso jaja
J- Bueno discúlpame, solo me pareció que estás como decaída.
Trate de convencerlo por un buen rato de que todo está bien, este chico es muy amable y me agrada tanto, el tiempo pasa volando a su lado. Se levantó a abrir la puerta cuando tocaron y tomo la pizza, nos sentamos en el suelo a comerla mientras reíamos y hacíamos bromas de todo, nos reíamos mucho mientras estábamos juntos y siempre tenía algo que decir, era lo mejor de él. Cuando terminamos se sentó a mi lado y aún riendo se me quedó viendo, los dos nos quedamos en silencio un momento para tomar el aire que nos faltaba por reír tanto, sus chistes eran realmente buenos, no como esos chistes de los que te ríes porque son tontos si no que de verdad eran graciosos.
Sabía lo que iba a pasar pero no estaba segura ni lista de hacerlo, se acercó un poco a mi de forma lenta, sin dejar de mirar mis labios en ningún momento, me sentía muy nerviosa por eso pero no sabía que hacer así que me quedé quieta y trate de calmar mi respiración, cuando Jay estaba más cerca de mi, casi a punto de besarme escuché un golpecito en la ventana y pude ver a Michael desaparecer en la oscuridad de la noche, en ese instante sentí mucho miedo y me aleje de él.
J- Que sucede?
T- Nada! no, no es nada es que... yo, amm creo que es muy pronto.
No sabía que más decirle pero espero que haya funcionado.
J- Entiendo, discúlpame y tienes razón! Pero me gustas mucho.
Me sonrió y solo pude sonreírle de nuevo, en el cielo unos relámpagos y truenos se dejaron ver y me levanté en ese mismo momento.
T- Oye creo que será mejor que te vayas rápido y sin llamar la atención
Tomándole la mano y lo levanté a fuerza de ahí llevándolo casi a la puerta.
J- Espera espera! Que pasa? Me estás asustando oye.
T- No pasa nada! Solo estoy cansada y y, es tarde y va a llover!
Casi a rastras saque a Jay de mi casa y lo obligue a subir a su auto, quería hablar conmigo, quería explicaciones pero no había tiempo para hablar, le dije que se fuera y lo hizo, encendió el auto y emprendió camino hasta su casa, yo estaba muy asustada porque no se si ví una visión o que demonios hacía afuera pero era lo mejor que podía hacer y así Jay tampoco terminaría mal. Más sin embargo no era una visión, de entre las sombras Michael apareció, cargando su enorme cuchillo y apretandolo con fuerza, caminaba a pasos apresurados tras el auto de Jay, me gustaría saber cómo demonios hace para alcanzarlos siempre. No podía dejar que nada le pase y mucho menos por mi culpa.
T- Detente!
Le grite como último recurso y más bien el único.
- No lo lastimes! No te ha hecho nada!
Rogué al cruel hombre del cuchillo de carnicero, este se volteo a mirarme por un par de segundos y empezó a caminar hacia mi, se que no me ha hecho daño en todo este tiempo y si quisiese ya lo habría hecho, pero por alguna razón algo me decía que eso estaba apunto de cambiar, su forma de caminar hacia mi y la forma en que tomaba el cuchillo hizo que me diera cuenta de eso pero tenía esperanza en que se fuera; cuando estuvo lo suficiente cerca de mi me abofeteo tirándole al piso, me dolió tanto y mi mejilla ardía por el golpe, sentí que se acercaba nuevamente hacía mi y justo cuando bajaba su cuchillo con fuerza hacia mí me levanté evitando que me apuñalase en ese momento, me asuste tanto que decidí correr por toda la calle hasta refugiarme entre los árboles que están atrás de las casas, cuando lo pedí de vista busque un lugar lo suficiente oscuro para protegerme y no hice ningún ruido, me calme y trate de mirar por si venía en algún lado pero no veía nada.
Un par de minutos después su cuchillo atravesó los arbustos que cubrían mi rostro en repetidas ocasiones, gritando lo más fuerte que pude salí corriendo de ahí pero el me sujetó del cabello y atrayendome hasta su cuerpo me sujetó con más fuerza, cubriendo mi cuello con su antebrazo apretó tan fuerte que solamente escuchaba un sonido agudo en mis oídos, veía unas especies de luces nada más en medio de la oscuridad pero en un momento de forcejeo logré darle un buen golpe en el estómago y logré huir, no se de donde saque fuerzas para hacerlo ya que ni siquiera tenía aire, creo que a eso se refería el doctor Loomis cuando dijo que en momentos extremos nos volvemos más fuertes.
Corrí hasta la casa aún tosiendo y con la mano en mi garganta, cerré bien las puertas y corrí hasta donde había dejado el arma la última vez, el bat de baseball también estaba ahí.
✌🏻
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.