Maldito

Capítulo 26

"Mierda, mierda, mierda, mierda!
Eso era toda su vida, cada segundo, cada vez que respira era una mierda para el y para todo el mundo también! Todos quieren que muera y es lo que el más desea también pero no puede hacerlo, no hasta que acabe con esta estúpida tradición que beneficia a un montón de ancianos vírgenes que me lo usan como títere"

//Todo el día y noche escucho sus susurros en mi cabeza que me causan dolor en todo el cuerpo, me insitan a asesinar para calmar el odio en mi alma y darme paz y ellos obtienen la sangre inocente para sus dioses pero yo que gano?//

Desde esa noche que se fué no volví a verlo más, tampoco quería hacerlo, me dedique a asimilar todo lo ocurrido, le conté todo (casi todo) al Dr. Loomis y le advertí que jamás vuelva con Jamie y se la lleve lejos. Trate de simplemente cerrar ese capítulo de mi vida, llegó diciembre y pase la navidad con mis padres y mis tíos y aunque me pidieron quedarme con ellos les dije que debía seguir estudiando.
Mis padres se fueron a un viaje de placer sin saber absolutamente nada de lo que pasaba en el pueblo ni conmigo.

Desde hace unos días tenía planeado ir a la tumba de Jay y de Rachel pero no he estado de ánimos, por las tardes me asomo a la ventana y contemplo el cielo y los niños correr por ahí, los chicos divirtiéndose como si nada pasó. Aveces por la esquina de mi ojo me parece verlo, escondido tras los árboles pero al voltear no hay nadie. Creo que es mi imaginación.

Las noches no son nada diferente, aveces la paso en vela pensando en lo sucedido, en cómo extraño la vida con mis padres, con Rachel, Danny y Sam a quien no volví a ver. Incluso extraño a Mike y a Max, ahora estoy sola, ni siquiera tengo a Jay ni a nadie más y todo por su culpa.
El está bien, libre de preocupaciones, de cargos, sin sentirse como yo me siento. El está bien mientras yo me estoy hundiendo poco a poco por su culpa, lo peor de todo es que no lo odio por eso, de hecho aveces lo extraño.

Las clases empiezan en unos días y aún no sé si regresar o qué pero creo que será lo mejor para mí, no puedo seguir así y en realidad no quiero.

A la mañana siguiente fui sin nada de ganas de a la escuela, yo estaba ahí pero mi mente estaba en otro lado, saliendo de ahí fui a buscar un trabajo de medio tiempo en una tienda así empezaré a distraerme un poco más y tal vez recuperarme para empezar una nueva historia. El pueblo ha vuelto a la normalidad, sin asesinatos ni accidentes, una chica desaparecida nada más hace un par de meses pero nada fuera de lo normal.

Los días avanzan como siempre, es una rutina sin fin aunque esté haciendo cosas nuevas me sigo sintiendo igual y no sé por qué, pero sigo adelante apesar de todo. El trabajo y la escuela van bien, cerca del lugar encontré un perro callejero al que decidí adoptar y es mi única compañía y mi amigo, la vida ha sido así para mi durante varios meses.

Pero como decía mi abuela, lo bueno de caer lo más bajo es que solo nos queda una cosa por hacer; subir y es lo que he tratado de hacer estos últimos 5 meses más o menos, incluso voy a fiestas con unos compañeros de la escuela y del trabajo.
Esa noche regresamos tarde cada uno a casa, ellos tenían miedo de estar afuera tan tarde pero a mí no me asusta porque algo peor no puede pasarme. Nos despedimos y yo llegue a casa con la ilusión de ver a mi perrito meneando la cola frente a la puerta y llevarlo a la cama para que me haga compañía y eso fue lo que hice cuando entre a casa pero al ir a mi habitación me di cuenta que no estaba sola, al ver a Michael lo único que pude hacer fue sonreírle.

Pero no estaba exactamente feliz de verlo. ¿ Por qué estaría feliz de ver a alguien como él? Más aún así sentía la necesidad de alegrarme por él, acercándose sigilosamente a mí me tomo de las manos mientras me miraba, apreté sus manos como si fuese la primera vez que lo veía, como de verdad lo extrañase.

- Ah que has venido? Acaso quieres que te diga de una vez dónde está Jamie? Será mejor que te vayas porque no te lo diré.

Sabía que Jamie estaba totalmente recuperada e incluso iba a la escuela, parecía que nada había pasado para ella y eso me hacía felíz.

- Acaso no me escuchaste? Supongo que solo has venido a eso.

Mirándome por un momento más simplemente soltó mis manos y se quitó la máscara, se veía más tranquilo de lo normal y sus ojos estaban cansados parecía muy diferente, dejo su vieja máscara en la mesa y se sentó en mi cama sin dejar de mirarme.