Capítulo 17

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No se cuánto tiempo había pasado, tal vez 1 o 2 horas, no lo sabia pero el tiempo era eterno estando en ese lugar, no se escuchaba absolutamente ningún ruido y se sentía horrible. Solo quería volver a casa y no salir jamás, empezaba a darme sueño y sin darme cuenta me quedé dormida en la cama con el gato encima.
Dormí por un buen rato hasta que escuche un ruido como el crujir de una puerta, me levanté rápido y me puse atrás de la cama, agachada mirándolo acercarse a mi lentamente pero no trae nada en sus manos; no tiene el cuchillo está vez y de alguna forma me hace sentir más tranquila.

Sentandose en una esquina de la cama, casi mirándome permanece inmóvil al igual que yo, ni siquiera mueve un dedo, se que está vivo porque aún escucho su respiración y nada más as que con cuidado me levanto sin dejar de mirarlo atenta, lentamente me muevo para ir hasta la salida. La última vez que me trajo aquí me dejó ir sin problema, solo era cuestión de moverse sin causarle molestia, supongo.
Llenando mis pulmones de aire y de valentía avanzaba poco a poco hasta la puerta sin embargo volteó a verme y me quedé quieta, ahí parada como una estatua igual a él mientras el se levanta y se acerca a mi como lo hizo la otra vez que me persiguió hasta unas cuadras de mi casa, estoy segura que golpearlo o tratar de lastimarlo y huir no es una opción inteligente.

Sin más pone sus manos sobre mis hombros y me lleva hasta la cama haciendo que me siente, seguido de esto el se sentó a mi lado como si nada pasara, no tenía idea de que es lo que estaba sucediendo y ahí me quedé, de repente puso su fría mano encima de la mía, me quedé muy sorprendida por lo que estaba haciendo, solo puso su mano ahí y ya, no me miró, no se movió, ni siquiera un gruñido.
Yo lo miro tratando de entender lo que hacía y esperando que pasara algo más pero no se movía y yo tampoco hacía nada.

T- Michael? -Dije tímidamente y de forma suave- No vas a lastimarme verdad?

El parecía estar perdido en sus pensamientos sin prestarme la más mínima atención, de repente se volteó y se quitó la máscara dejándola a un lado, de alguna manera cuando hacía eso me daba más miedo, prosiguió a ponerse la máscara que era de Mike y a mirarme como esperando que yo dijese algo, pero no. Esa máscara solo me traía malos recuerdos, recuerdos sobre Mike, Rachel y Danni, aún no había olvidado lo que pasó esa noche. Esa noche, que  también me entregué a él en el auto, como pude haber olvidado eso?
Mi rostro paso de tener un semblante triste y aflijido, a estar sonrojada y apenada.

Sin embargo Michael poniendo su mano en mi mejilla me saco de mis pensamientos, me miraba pero no sabría decir como, sus ojos no reflejan ninguna emoción o sentimiento, es realmente extraño verlo a los ojos y estando tan cerca de él, se acercaba a mi poco a poco quedando a unos centímetros de mi rostro, solo podía recordar aquel extraño sueño que tuve esa noche donde él invadía mi habítacion y mi cuerpo, yo solo baje la mirada por vergüenza y por sentirme intimidada con su presencia, quién no lo estaría después de todo? Su mano aún en mi rostro solo me obligaba a mirarlo a los ojos sosteniendo mi cara con fuerza y con su otra mano iba quitando lentamente su máscara de una buena vez, estaba muy intrigada por ver al fin su cara y cuando la tiró al suelo puede ver su caucásico rostro, su piel clara y con una muy delgada barba del mismo color que su cabello que caía por su rostro, sus rubios mechones de cabello dejaban ver con recelo unos ojos claros como el agua pero intensos y profundos, sentía que si los seguía mirando caería en un profundo pozo oscuro y frío, sus labios un poco fruncidos al igual que su frente como si estuviese molesto por algo pero no molesto conmigo, me miraba directamente a los ojos sin parpadear, yo mire su máscara tirada en el suelo y luego lo mire a él, entendí que usa una máscara para esconder su angelical rostro; rostro que en realidad es solo la forma que usa ese demonio que vive en su interior, en otras palabras, el verdadero rostro del mal en su interior es esa pálida y terrorífica máscara blanca, el lindo chico rubio es solo un recipiente.

El problema aquí es que yo no quería que se alejase de mi, cuando lo tenía cerca había algo en mi interior que me hacía no querer alejarme pero cuando lo veía tras de mi con ese cuchillo mis piernas temblaban por miedo. Yo estaba muy nerviosa por lo que podría suceder ya que el apenas parpadeaba y me miraba nada más, yo también lo miraba y trataba de calmar mi respiración pero era difícil, sentía su respiración más cerca de mi está vez estaba respirando prácticamente encima de mi nariz, sentía sus labios tan cerca a los míos y era un sentimiento que no puedo explicar.
Deslizando su mano con suavidad desde mi mejilla hasta mi boca y luego a mi hombro izquierdo, se acercó lo suficiente como para unir sus labios con los míos, sus besos eran muy apasionados e intensos por alguna razón, yo no podía resistirme a ellos y lo besaba con la misma intensidad, Caba beso y cada vez que me tocaba me hacía sentir más frágil e inútil en sus brazos, mientras que el parecía tomar más poder y autoridad sobre mi como reclamándome ahora de su propiedad y me gustaba.

Deslizando su mano con suavidad desde mi mejilla hasta mi boca y luego a mi hombro izquierdo, se acercó lo suficiente como para unir sus labios con los míos, sus besos eran muy apasionados e intensos por alguna razón, yo no podía resistirme a ello...

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Me gustaba sentir su fuerte presencia sobre mi, me gustaba el hecho de sentirme intimidada por el, me gustaba sentir que era su presa, sentir que era mi dueño por alguna razón, definitivamente habían dos opciones para mí; termine de volverme loca o la lujuria de algún fetiche escondido había salido a la luz. De cualquier manera yo quería ser suya sin importar el futuro ni las consecuencias, nada más me importaba, parecía magia.

De la misma forma, su manos que paseaban y se deslizaban con firmeza por todo mi cuerpo me confirmaban que él sentía lo mismo obviamente al revés, tal vez a él le gustaba sentir que yo era su víctima y que tenía poder sobre mi y estaba en lo correcto, ya entrado ese momento no tenía control de mi propio cuerpo, mis manos se escabulleron por sus brazos hasta su espalda, apretandolo hacía mi con ganas, me gustaba sentir su fuerte espalda y sus brazos mientras lo besaba y acariciaba mi cuerpo, era como un hechizo o simple lujuria.

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