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Yoongi

Estoy confundido.

Harie resultó ser más impresionante de lo que esperaba, y es que realmente no esperaba algo en si, no viniendo de ella.

Físicamente es digna de una descripción a detalle, ojos claros que en este momento están cerrados, pequeños, bonitos.

Labios rosados, deliciosos, provoca delinearlos y grabarme aquella forma en los pulgares. Nariz pequeña.

Bonitas caderas y cintura estrecha, delgada, piernas gruesas, huele a naranjas.

La parte confusa; es comprensiva, determinada, segura de sus actos y tengo esta agotadora sensación que me pide que la mantenga cerca siempre.

La deseo, en muchos sentidos. Tengo que deshacerme de todo eso.

Rasco mi cabeza, son las cuatro de la mañana, Harie permanece abrazada a mi cuerpo, sus piernas aprisionan una de las mías y su mano izquierda descansa en mi torso debajo de la camiseta, no estoy incómodo, de hecho me siento muy a gusto, por eso mi deseo más grande es volver a conciliar el sueño y no pensar en lo mucho que mis emociones distorsionan mi lógica, estoy a punto de hacerlo.

Pero Harie abre los ojos inesperadamente y se sienta de golpe, asustándome.

No dice nada durante minutos que se sienten eternos, no me atrevo a pronunciar palabra tampoco, me ha tomado por sorpresa y preguntar lo que parece obvio no es correcto. Voltea a verme, al menos eso puedo divisar en medio de las penumbras, olvidé cerrar la cortina, así que cuento con la luz que entra por la ventana, nada más.

—Te desperté.

—No lo hiciste, llevo una hora despierto.—está asustada, sólo ella sabe porque— Vuelve aquí, hace frío y es temprano.

—Iré al baño, ya regreso.

Se levanta, a pasos perezosos se encierra en el baño y empiezo a creer que se refugia allí más seguido de lo que parece, así que me levanto también, rumbo a la cocina y preparo té de manzanilla, espero unos minutos más.

Su figura aparece tras el umbral y señalo la silla frente a mi, se sienta, extiendo el té y sonríe de boca cerrada antes de comenzar a dar pequeños sorbos para no quemarse.

—¿Está todo bien? y es pregunta por cortesía, ya sé la respuesta, pero no los detalles.

—Tambien disfrutas de escuchar desgracias, eh— me mantengo serio, sé que si le sigo el juego, esta conversación no tomará el rumbo que quiero— son problemas de aquellos que son inevitables— suspira— extraño a mi hermano, no te conté, tenía un hermano mayor, no puedo pronunciar su nombre porque es muy...— difícil— es solo que estamos en esas fechas, el aniversario de su muerte, así que estoy inquieta, tengo pesadillas y es natural, supongo.

—¿Qué es natural?

—Estar triste porque lo extraño— baja la mirada, recoge sus piernas hasta su pecho y descansa el mentón en sus rodillas— era la única persona que me quería, yo quería estar siempre con él, era muy pequeña y le contaba mis problemas que realmente eran estúpidos, pero incluso así, él me escuchaba y abrazaba— resopla una risa—mis padres nunca me han dado un abrazo ¿sabes? y lo necesité mucho en aquel entonces, pero luego simplemente crecí y no esperaba ni quería nada de su parte, soy rencorosa, siento que su egoísmo me quitó a mi hermano, imagínate que tan diferente sería si él aún viviera.

»Habría sido advertida acerca de muchas cosas, sobre los chicos, la malicia de las personas, sobre los fracasos constantes— me duele el pecho, creo que está desahogandose y es doloroso, más para ella que para mí, pero doloroso al fin y al cabo— si él siguiera con vida, creo que podría contarte mi perspectiva de lo que es ser amado.

—¿Porqué no puedes hacerlo?

—Porque nunca he sido amada.—lo dice sin gagueos, sin pausas— creo que él me amó, pero ha pasado tanto tiempo que ya no lo recuerdo, supongo que mi cabeza simplemente se encargó de bloquear muchos de los recuerdos donde él estaba porque era desgarrador solo pensarlo. En casa no hay fotografías suyas, su cuarto está intacto y bajo llave, no dejo a nadie entrar allí, cuando me vaya me encargaré de traer conmigo las cosas importantes, nada más, quizá así logre desprenderme un poco más de su recuerdo.

Sonrío un poco.

—Por supuesto que serás amada.

Harie también sonríe.

—Cuando eso suceda, espero poder contartelo.

—Es un trato.

—¿Tu has sido amado?— asiento— ¿Quién te amó?

Me cruzo de brazos.

—Los padres de Seokjin y él mismo, ellos me amaron y parece que aún lo hacen, soy importante para ellos así como ellos lo son para mi— sonrío un poco más grande— Jungkook me ama y yo lo amo, son los amores más sinceros de los que te puedo contar.

—¿Ninguna chica te ha amado? qué desperdicio— río, aquel tono indignado en su voz es gracioso.

Niego, ciertamente no, las chicas que han pasado por mi corta vida no pueden entrar en una categoría tan importante como esa.

Niego, ciertamente no, las chicas que han pasado por mi corta vida no pueden entrar en una categoría tan importante como esa

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Hice público el prólogo de
Your Heart is the prize
Besitos rojos

Mint and Tattoos»MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora