Min Yoongi se ha dedicado al arte de los tatuajes desde los quince años, cuándo él y su mejor amigo se hicieron su primer tatuaje juntos- de manera ilegal, por supuesto- descubrió su enorme gusto por ellos, así que decidió hacer de ese gusto, un neg...
—No crean que no los escuché— Jungkook comienza a reclamar una vez estamos en el auto— tuvieron una maratón de Harry Potter sin mi.
Me río, con fuerza y Jungkook solo me mira indignado, acuesto mi cabeza en su regazo.
—Prometo que la próxima vez, te invito— concluyo— pero primero dime a qué casa perteneces.
—Gryffindor.
—No podemos ser amigos, lo siento.
Yoongi no se muestra interesado en nuestra charla, solo se dedica a conducir y ya puedo imaginar la clase de pensamientos que atormentan su cabeza en este momento, me lo esperaba, cuando desperté, él no estaba conmigo.
Pero como dije, era de esperarse, alguien tan indeciso y confuso respecto a sus sentimientos, siempre actúa así.
—Noona se peinó otra vez, que increíble— comenta el menor, toqueteando mis trenzas—mamá me habló en la noche, dice que los invita a ambos a comer mañana.
—Acepto, seguro tu madre cocina delicioso.
—Claro que si, es la mejor del mundo— mira al frente— hyung vendrá, supongo.
—Por supuesto, Kook.
Se detiene en una gasolinera, no entiendo porque, no llevamos mucho de recorrido.
—¿Puedo ir a comprar snacks?
—Claro, ten— le extiende la tarjeta, así como si nada— no te demores mucho.
Jungkook no objeta nada aún cuando su impresión es mucha, simplemente acepta la tarjeta y sale corriendo a comprar sus cosas antes de que Yoongi se arrepienta.
Nisiquiera me invita, niño desagradecido, solo me deja aquí con don confusión.
—Ten— me habla, milagrosamente, solo para entregarme dos tarjetas arrugadas—no pensaba entregartelas, pero no es asunto mío, de todas formas.
No puede ser.
Es el número de Félix, quiero reírme este año y los siguientes, la otra si es de un tipo que desconozco totalmente, guardo ambas tarjetas en el bolsillo de mi pantalón y agradezco su amabilidad al guardarlas para mi, veo como mordisquea su pulgar y suspira con hastío.
—Pude conocer todos tus tatuajes— susurra, sonrío— nada mal, pero puedo hacerlos mejor.
—No lo dudo, fuiste bendecido con manos grandiosas.
Se ríe entre dientes, observo por la ventana, dando con Jungkook muy concentrado eligiendo meticulosamente lo que se va a comer, se tardará un poco más.
Me impulso, inclinándome a su asiento, me da una mirada de soslayo y suspira, imito eso último.
—¿Te arrepientes de lo que sucedió anoche?— pregunto en susurros, voltea el rostro, al fin dándome la cara, su ceño fruncido me saluda y sus pequeños ojos vuelven a detallar mi rostro— Si es así...
—Soy idiota, pero no a ese extremo— niega— no me arrepiento, Harie, simplemente estoy... pensando.
Eso no es tan malo, creo.
Acuno su mejilla en mi mano y con esfuerzo pego mis labios a los suyos, un beso pequeño, nada muy intenso, solo suave y embelesador que logra desaparecer el disgusto en su rostro.
—Vale— sonrío, volviendo a mi lugar.
Jungkook por fin regresa luego de unos minutos, con toda la tienda encima, lo peor es que la mayoría son frituras que alega son deliciosas, Yoongi dice que lo está malcriando y se culpa un rato por ello mientras Jungkook y yo solo nos dedicamos a comer, porque que más da.
Ignoro las miradas que me brinda a través del retrovisor interior.
V●ᴥ●V
Me dejo caer sobre mi cama y suspiro, observo mis notas finales de la academia, al menos puedo estar contenta, me graduaré con excelente promedio.
Vieja arrugada
Me dijeron en coordinación que no asistirás a la entrega de diplomas
¿Porqué no?
Harie No me apetece
Iré por el a la oficina
Vieja arrugada Está bien
Te lo entregaré yo misma, así conversamos un momento.
Esos eventos de graduación son algo demasiado importante para quiénes tienen con quién asistir, mis padres no querrán ir, no me encanta la idea de ir sola y a decir verdad... es muy tedioso, me sentiría fuera de lugar.
Si mi hermano estuviese vivo, lo más seguro es que iría y gritaría sus porras, parecidas a las que hacía cuándo me creía modelo y él era el único en mi público, junto a mis juguetes, claro.
Él era mi mejor amigo y el único, lo extraño aveces, por eso trato de no pensar en él, al menos no muy seguido, pero estas fechas... pronto sería su cumpleaños número veintiséis.
Sería, porque no podrá ser, nunca más.
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