Min Yoongi se ha dedicado al arte de los tatuajes desde los quince años, cuándo él y su mejor amigo se hicieron su primer tatuaje juntos- de manera ilegal, por supuesto- descubrió su enorme gusto por ellos, así que decidió hacer de ese gusto, un neg...
—¿Cómo es que tienes tantas cosas?— exclama, viendo como termino de llenar la tercer maleta— menos mal vine en el auto de Seokjin...
Si le contara que la mayoría de cosas son producto de mis compras compulsivas... enloquece. Aunque la mitad de una de ellas, lleva algunas cosas que eran de mi hermano, solo las que definitivamente no puedo dejar atrás porque son importantes.
—¿Deberíamos hacer dos viajes?
—No, bebé, saca todo de una buena vez—dice— llevaré esto y vengo por lo demás, dame un momento.
Cuándo se va, me quedo observando la habitación, intentando sentir melancolía o qué algún pensamiento como el que tal vez extrañe este lugar se cruce por mi mente, pero no es así.
Yo no extrañaré este sitio, no tengo recuerdos lindos en este lugar, no hay nada que quiera mantener en mi memoria y la sola idea de desprenderme de esta casa es emocionante, aquí no hay emociones o sentimientos, porque en esta familia, nadie posee tal cosa.
Tomo mis libros de dibujo, en uno de ellos está mi diploma el cuál debo enmarcar porque es mi único logro, amerita tener un marco bonito y obligar a Jungkook que lo cuelgue en la pared de la sala. Ahora solo quedarán los muebles, la cama y los estantes, tomo la última maleta y salgo con mis libros en mano, mi bolso también.
Yoongi me encuentra a mitad de camino y se encarga, definitivamente mis padres no están y ya en la puerta pienso algo.
—Yoongi— le llamo, voltea a verme— ¿crees que debería dejarles una nota o algo?
Descarga la maleta, se acerca y me acaricia el rostro con el dorso de la mano.
—¿Quieres hacerlo? ¿Sientes que debes despedirte de alguna forma?— terminó negando, es que de cierta manera se siente como una obligación— que sean tus padres, no te fuerza a que les des explicaciones sobre lo que decides o no hacer, así que, si consideras que han hecho algo bueno por ti y hay un sentimiento de agradecimiento a ellos, hazlo, despídete, pero si no es así, no mires atrás, no des explicaciones y continúa tu vida sin más, no los necesitas y no les debes nada.
Asiento y sonrío un poco, él sale y yo suspiro hondo, dejando mis llaves sobre la mesita de entrada, no solo la de la casa, también la de mi cuarto y el que era de mi hermano, de nuevo, no siento tristeza.
Siento mucha emoción por lo que sea que me espere de ahora en adelante, siento que puedo tener expectativas altas y soñar un poco más, solo un poco.
Subo al auto, me muerdo las uñas mientras Yoongi parece querer salir de aquí rápido y lo hace, porque acelera de manera monstruosa, arrancándome un grito.
—Contigo no duran los momentos dramáticos.
—Lo siento, pero esa casa y este barrio en general dan muy mal rollo— no lo discuto, la verdad es que si asusta un poco— márcale a Jungkook desde tu teléfono, que esté solo me pone muy nervioso.
Lo hago, dándole la razón en eso también. Suena dos, tres, cuatro veces y contesta al quinto timbre.
—Hola noona— bosteza— ¿Qué me cuentas?
Yoongi frena y me quita el teléfono.
—¿Estabas durmiendo? Joder, voy a colgarte de las putas orejas, son las once de la mañana y te dije que tenías que abrir a las nueve-
Colgó. Abro la boca impresionada por tal insolencia y Yoongi parece que no se la puede creer.
—¿Acaba de colgarme el maldito teléfono?— asiento, eso hizo— lo voy a crucificar.
Y vuelve a pisar el acelerador, me coloco el cinturón y que sea lo que el cosmos quiera.
V●ᴥ●V
—¡Te juro por lo que más quieras que se me descargó el teléfono, hyung!— exclama Jungkook apenas nos ve entrar y Yoongi se le planta en frente— ¡Y no estaba dormido, estaba en estado perezoso! lo juro, no me mates.
—Jungkook.
—Además no tengo citas hasta el medio día, así que solo me aburrí y descanse porque el cliente que viene a esa hora...
—Jungkook.
—... pagó por un tatuaje gigantesco en el que se me irán casi tres horas, si mis cálculos son correctos y por supuesto que lo son, estaré aquí metido hasta mañana y...
—Por la mierda, cállate.
—Y no deberías regañarme a mi ¡noona llegó tarde!— carraspea— vale, me callo, perdón.
Pobre Jungkook, Yoongi siempre lo hace pasar mal rato asustandolo.
—Ve al auto y sube las maletas, déjalas en mi habitación— desordena su cabello— Harie se muda conmigo.
—Claro, claro— se sorprende y me mira— ¿Es enserio?— asiento— oh... esperen lo proceso.
—No hay nada que procesar ¿hablaste con tus padres? también iremos por tus cosas hoy mismo, arregla tu habitación, es un puto desastre— se estira, toma asiento— responde.
Jungkook sacude la cabeza volviendo en si.
—Mamá dijo que no había problema, ya consiguieron un buen lugar para empezar con los preparativos del restaurante y es bastante lejos, así que no tiene inconveniente con que viva contigo y me quede los fines de semana con ellos— eso lo dice con una sonrisa enorme, contento por haber podido ayudar a sus padres con el restaurante que tanto querían— ¡Pero esto es muy bueno! iré con noona por sus cosas, deja eso aquí.
Me quita los cuadernos y bolso, entregándolos a Yoongi, Jungkook puede pasar de una emoción a otra en tiempo récord y eso es muy chistoso.
—Te enseñaré mi habitación cuando la arregle, le pregunté a hyung si podía pintar las paredes y dijo que si, también quería contarte que mis amigos quieren conocerte...
Le escucho atentamente, si, definitivamente esto es muy emocionante.
También emotivo.
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