5

8.7K 1.1K 355
                                        

Bueno, momento de confesar.

—La verdad es que tengo más tatuajes— estamos encerrados en el baño, una perfecta situación para ser malinterpretada— el único que ha sido un asco es el de mi pierna, tengo que bajarme el pantalón para enseñartelo y no quiero que Jungkook vea, no es tanto por vergüenza.

—Claro, que vas a conocer tu la vergüenza si andas por la vida diciéndole a los tipos que te encuentras en el supermercado lo guapos que son— le miro mal, por supuesto que él debía traer eso a colación— vale, prometo que no juzgaré nada aparte de la atrocidad que tengas ahí.

No es como que haya más que juzgar, imbécil.

Levanto el final del hoodie y el botón cede finalmente, traigo short de licra debajo, por lo que tampoco es mucho problema.

El asunto aquí es como me está mirando, ese si que es un problema para mis nervios.

Hago el pantalón a un y recojo el short hacia arriba, revelando la que considero la única parte fea de mi, él se arrodilla y resopla.

—Efectivamente, es una porquería sin dimensión— vuelve a resoplar— nisiquiera sé que es.

—Se supone que sería un libro.

—Pues vaya mierda, es un cuadrado, para colmo torcido y enorme— me mira, levanta la mano pidiendo permiso para tocar, se lo concedo— veamos...

Mala idea, malísima, pésima, fatal.

Su mano es muy grande, creo que fácilmente me rodearía el muslo, además su índice se pasea por las líneas mal hechas y una acción tan simple como esa hace a mí imaginación volar.

Necesito un psicólogo o algo.

—Puedo arreglarlo, no es tan complicado— se cruza de brazos— pero quiero algo a cambio.

—Si es dinero, lo siento, vuelve en otra ocasión.

Niega.

—Te lo diré después— camina hacia la puerta, termino de vestirme a las carreras y lo sigo— por cierto, encárgate de llamar a los clientes que tengo pendientes y organizales una cita, que sea entre las nueve de la mañana hasta las nueve de la noche, mientras haces eso, yo organizaré todo el lugar con Jungkook.

Qué mandón.

—Como ordenes.

—Supongo que te quedarás con nosotros esta noche— ¿Qué yo qué?— Jungkook vive bastante lejos, así que sus padres lo dejan quedarse conmigo.

—¿Dónde vives tú?

—Aquí mismo— señala al techo— mudé mis cosas hace una semana, siempre hago eso antes de mudar todo lo que respecta a Melínoe.

Es como que con cada cosa que suelta, solo se vuelve más y más increíble.

V●ᴥ●V

Acabé a las diez con cinco y ellos terminaron de instalar todo lo restante casi a las once, los ayudé un poco con lo que podía, pero solo un poco, pues ya estaba harta y quería tumbarme sobre cualquier superficie resistente que me permitiera dormir, levantarme temprano, ir a mi casa, ducharme, ponerme decente y volver.

—Muy bien, Jungkook— el pobrecito tiene los ojos a medio cerrar y aún así le presta atención, dispuesto a cumplir lo que sea que le pida Yoongi— vete a bañar y a la cama, mañana seguimos.

Se despide antes de que cambie de opinión y casi que corre lejos de aquí, chico listo.

—Tu y yo tenemos algo pendiente— me señala, no puede estar hablando enserio—esto sonará muy mal, pero quítate los pantalones.

—¿Vas a hacerlo ahora mismo? ¿No estás ni un poco cansado?—niega, encogiéndose de hombros— no tienes un diseño aún.

—Tengo miles y todo está listo, así que postrate ahí, será largo así que busca una posición cómoda.

Esa orden me hizo recordar a mi primera vez, la cuál fue horrible, aunque bueno ¿qué primera vez ha sido buena? espero que ninguna, porque me sentiré estafada.

No sé porque tuve ese recuerdo tan randoom, pero suelo tener esos líos mentales muy seguido.

Yoongi dice que se va a preparar y mientras lo hace yo me despojo de mis pantalones por segunda vez en el día, debo quitarme el short, Dios, que pánico, reviso la ropa interior que elegí esta mañana, no está tan mal, estrellitas púrpura.

Vale, es terrible. Yoongi regresa.

—¿Es estrictamente necesario que me quite el short?— pregunta tonta, pero la esperanza no se pierde.

—Teniendo en cuenta que cubre el desastre en cuestión que debo arreglar, tu dímelo— maldito idiota, le diré unas cuantas cosas cuando me saque de quicio su sarcasmo—¿De verdad te da vergüenza? no es como que no haya visto algo parecido a lo que escondes bajo la ropa interior, la cuál nisiquiera tienes que quitarte.

—No es eso.

—¿Entonces? ¿Se nota el vello púbico o algo así? ¿Traes tanga, encaje o no traes ropa interior en si?— si yo tuviera la capacidad de sonrojarme con facilidad, estaría a reventar de la pena— acuesta el culo ahí de una vez.

Él es definitivamente agresivo con todo el mundo, no importa quien seas, te tratará como se le venga en gana.

Encantador.

Encantador

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mint and Tattoos»MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora