9

8.7K 1.1K 408
                                        

—Miren quien decidió venir a saludar.

Se levantan, la emoción en sus rostros es obvia, acercándose a Yoongi y saludándole como si se tratara del presidente, él devuelve el saludo con la misma emoción.

Cuatro pares de ojos caen sobre mi anatomía, incómodo.

—Ella es Harie, es una amiga, trabaja conmigo y Jungkook— saludo, sonríen en mi dirección— de izquierda a derecha, Chris, Félix, Jisung y Changbin.

—Un gusto— dice Chris— estoy soltero, por cierto.

No tengo tiempo de reaccionar, pues Jisung se ríe con fuerza y suelta una tontería de tantas que vienen después.

—No seas idiota, Félix está más soltero que tú, consíguele novia a él.

—Lamento que la vida amorosa de Félix sea tan terrible como para que la tomen de chiste— comienza Yoongi— pero Harie no será tu próxima conquista, mejor díganme porqué demonios están concursando otra vez.

Changbin se ríe.

—Para ganarle a X&O's obviamente.

—Y que nos odien más.— completa Chris, encogiéndose de hombros— Pero será solo hasta que las descalifiquen, luego haremos como que Jisung se fracturó la mano y dejaremos la competencia a los novatos.

—No estaba informado de eso.— comenta Jisung— El punto es que es solo para fastidiar. Ellas nos han fastidiado la existencia por años, esta es nuestra manera de devolver el gesto.

—Eres juez, no deberíamos estar contándote nuestras fechorías.— Chris me mira— Buena suerte con este tipo, espero que sepas domar bestias.

—Tu jodidamente estresas a cualquiera.

—Es uno de mis encantos— suspira— espero que se queden a ver cómo Jack muere.

—¿Y escuchar tus estúpidas quejas y reclamos por lo mismo? no, gracias.

—¡Es que él también cabía en esa maldita tabla-

—Mira, vete a la mierda.

V●ᴥ●V

Aún es demasiado temprano, faltan dos horas para despertar a Jungkook así que estamos en mi habitación del hotel, Yoongi con la excusa de que no quiere perturbarle el sueño a Jungkook, se acuesta y ve la televisión un rato en lo que yo termino de bañarme.

He decidido colocarme la pijama porque aún hay muchísimo tiempo y enfundarme en mis jeans ajustados no suena muy atractivo.

Regreso y me siento en la cama junto a él, no soy mucho de ver televisión, por lo que no tengo idea de lo que está sucediendo en este programa.

—¿Te sientes cómoda estando aquí con nosotros?— pregunta de la nada— te vi muy animada hace un rato.

—Bueno, no ha habido nada que me irrite, esos chicos son graciosos.

—Les gustaste,— suspira, acomodándose mejor, como a mí me gusta arriesgarme, palmeo en el colchón entre mis piernas, invitándolo a acostarse en mi torso— pero bueno, a cualquiera le gustarías.

Su cabeza cae sobre mis tetas— el único atributo decente que tengo y del cual estoy orgullosa— mientras mis brazos rodean su cuello, mis manos descansan sobre su pecho.

Me emociono.

—No a cualquiera— continúo la conversación— hay un imbécil de piel pálida que me contrató en la calle hace unas semanas que me brinda un coqueteo confuso, no creo que le guste.

—Un gigantesco idiota, al parecer.— al menos lo admite— pero no creo que sea indiferente a ti.

Siento que ya escuché algo así antes y no me está gustando el rumbo que esto puede tomar.

Apaga la televisión, se sienta dándome la cara y sus manos toman mis tobillos, jalando de ellos, sacándome un grito cuándo su torso y el mío quedan adheridos uno al otro, no es que quiera sonar muy atrevida, pero un poco más y nuestros... puntos se rozan.

—No puedo gustarte, Harie— susurra, enarco una ceja, parece una especie de advertencia— no es como que tenga algo bueno que ofrecerte.

Basura. Mis dedos se pasean por sus hombros y una de mis manos termina rodeando su nuca, acerco su rostro al mío, ambas narices tocándose y por la forma en la que sus ojos se desvían de los míos a mis labios, no puedo creer mucho de lo que dice.

La atracción y tensión están ahí, hay que ser muy imbécil para no darse cuenta de ello.

—¿Entonces qué sugieres que hagamos? porque en mi experiencia, eso de resistirse y acumular solo es peor.

—Peor sería avanzar cuando ya sabemos los resultados.

—Pero aquí estás, apretándome contra ti para que no me aparte— suspira— tus palabras no van de la mano con tus acciones, deberías trabajar en eso.

Gruñe, sé que le molestó lo que dije.

—No andes provocando lo que no puedes controlar, eres más lista que eso—sonríe— no sirvo para jugar.

Me encojo de hombros, apartándome.

—Como quieras, no estoy para insistir, de todas formas.

No otra vez.

No otra vez

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mint and Tattoos»MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora