Lo que sentimos... (parte 1)

272 11 4
                                    

(pov's Escritora)

(7:00 PM)

Miraste la dirección de Google Maps por décima quinta vez; claramente ya habías arribado al dichoso karaoke, tus piernas temblaban, bajarte de tu vehículo implicaba que ya no podrías escaparte con facilidad.
Dejaste salir un suspiro y descendiste, pusiste seguro y alarma al coche,  alisaste tu vestido con ambas manos y caminaste por el estacionamiento, pensando en que tú único propósito en ese lugar era dejar en claro la situación con Bigi, ya que no era sano para nadie, especialmente para ustedes dos. ¿Lo amabas? Joder, pero claro que sí, ¿Era posible otra vez? No, para nada. Su vida estaba hecha al igual que la tuya y creías que de ese modo debía continuar, tú estabas con Shawn, y lo querías, eso era más que suficiente. ¿Verdad? Deseaste estar en tu casa escuchando las risas y estupideces típicas del de apellido Wayans, eso te hacía sentir cómoda, en tu hogar; y no ahogada como ahora.
Sin ánimos subiste al local, teniendo el cuenta que el estacionamiento se hallaba abajo. Los tacones que tenías puestos hacían un escándalo en los escalones de metal, poco te importó el ruido ya que intentabas controlar tus nervios: Tus manos sudaban y el corazón latía desbocado, a mil por hora. Una vez habiendo subido las escaleras, pudiste ubicar a Frances, quien alzó la mano desde la mesa donde se encontraban todos sentados: Frances, TJ, Dee Dee, Jo Jo, Río, Prince, Omer y por supuesto la imbécil de Carol. Sonreiste, dando tu mejor actuación y te dirigiste a ellos; Bigi, tan guapo como siempre, lucía una camisa verde arremangada hasta los codos, un pantalón de mezclilla azul grisáceo y unos tenis color verde también; lo alcanzaste a ver debajo de la mesa.
Llegaste hasta ellos y los observaste unos segundos, por compromiso y al estar sentada en la orilla, Carol fue la primera en saludarte.
—Hola, linda. ¿Cómo estás?—La rubia se levantó sin ganas y te dió la mano.
—Supongo que bien, gracias.
—No te esperábamos, lamento que no te hayamos pedido una bebida. No me enteré de quién te invitó.
—La invité yo.— Hizo saber la hija mayor de TJ con tono brusco— Sin mi tía _______ no sería lo mismo.
—Con tu permiso—Te limitaste tomando asiento en medio de Dee Dee y Bigi, para tu mala suerte.—¿Cómo han estado todos?
—Dentro de lo que cabe, bien, ________, pero con este hombre hemos estado algo atareados.
—¿Atareados?—Preguntaste observando a TJ
—Es que...
—¿No te contó Bigi? Con eso de que son tan amigos, creí que te lo habría dicho. Él y yo nos vamos a casar, por motivo de eso mi papi vino desde Nueva York, queríamos que viniera pero insistió en quedarse en el hotel donde se hospeda.— Contestó la de apellido Anderson por él.
—¿Ah sí? Felicidades, entonces.
—Todavía NO ponemos fecha, Carol, deja de dar toda la información de cada cosa que haces.
—No importa, amor, mientras más personas lo sepan, será mejor.
—No importa Bigi— Dijiste seca— El compromiso es algo que no puedes tapar como si nada. ¿No?
—Ni un noviazgo ¿No, ________?— Bigi te miró desafiante, pero con dolor en el rostro. Sentiste tanto coraje, que pensaste por un instante en darle una bofetada de lo lindo. No solo te había convencido de estar en el karaoke, si no que se atrevía a cuestionarte. El ambiente se tensó, ya que ninguno de los dos estaba dispuesto a dejar su batalla de miradas fulminantes.
—Estamos aquí para cantar, no para hacer una situación complicada.— Prince rompió la tensión creada, el castaño y tú dejaron de mirarse por la paz y voltearon sus cabezas de lado contrario para no toparse.
Pediste una margarita, acariciaste el cabello de Dee Dee y simplemente la miraste con calidez, pensando en cómo terminaría esta velada. Claramente sería algo digno de recordar y al parecer no en el buen sentido.
—¿Quien se anima a poner la primer canción?—Quiso saber Frances con voz alentadora.
—Creo que primero debería ir mi tío Bigi.
—Jo Jo yo no... He calentado mi garganta lo suficiente.
—¡Por favor, por favor!—Suplicaron los tres hijos de TJ. Bigi se levantó, dejando salir un sonoro suspiro. Se encaminó hasta la tarima, dónde ya aguardaban la rockola y un micrófono inalámbrico. Observaste con determinación sus movimientos, era verdad que dolía como una mierda enterarte de su matrimonio que se encontraba a la vuelta de la esquina, las palabras de anoche por el teléfono no iban a significar nada si él de todos modos no se detendría para hacer algo al respecto. Éste no era el Bigi que conociste, era otra persona que ocupaba su nombre.

Only You And Me...(Bigi Jacksonxlectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora