Love For Sea

18- Más regalos.

Estaba con Jule en el hospital, hace poco un policia había venido a "interrogarnos" y lo único que hizo fue divagar, nada  de lo que dijo me convenció, ni sabíamos si iban atrapar a los culpables.

—Entonces Hilda paso toda la noche acá— Dije contenta mientras tomaba su mano.

—Y me trajo desayuno, es una linda chica— Sonreí —¿Que tal Denisse?

—Pues esta bien, tiene una entrevista hoy y me dijo que iba a estar en el estudio, así que iré a tu casa y luego al nuevo departamento.

—No no— Se altero y luego respiro —Tranquila, quédate conmigo ¿Si? Sabes que no me gustan los hospitales.

—Bien me quedare contigo— Me acomode en la silla y saque mi celular.

—Liam pasara el día con la chica de la playa— Me dijo y reí.

—Debemos buscarle otro apodo, ese es malisimo— Ella y yo reímos.

Comenzamos hablar mientras yo veía instagram y le mostraba algunas cosas, hasta que un numero desconocido me llamo, aproveche que le trajeron su comida y que justo Hilda llegara y salí del hospital para atender.

—¿Si?— Conteste.

—Querida Melisa No se si me recuerdas, soy Virgil— Casi grito —Ese silencio me asusta ¿Estas bien? ¿Llamo en un mal momento?

—No, es decir estoy bien, tu llamada no interrumpe nada— Suspire —Te iba a preguntar como tienes mi numero pero es obvio.

—Exacto tu novia me lo dio— Reímos —Quería saber si puedes pasar por mi oficina esta tarde, te he mandado correos pero eres más difícil de contactar que la misma Denisse.

—Lo siento no reviso el correo— El comenzó a reir.

—Tranquila, estamos igual pero dime ¿Estas libre esta tarde? Quiero ofrecerte una oferta que quizás te interese.

—Claro, me das la dirección y paso en un rato.

—Perfecto, nos vemos— Y corto.

Entre casi que a saltos de nuevo en la habitación contándole a mis amigos lo que había pasado, Jule casi grita si no fuera por el regaño de Hilda que estábamos en un hospital, hable con ellas un rato más hasta que era hora de verme con Virgil, intente llamar a Denisse pero no contesto supuse que estaba ocupada así que me toco ir sola.

Estar con Virgil en su oficina era un sueño que era tan loco que no era capaz de soñarlo, pero lo estaba haciendo, y estaba con él aquí.

—Denisse me hablo de que quieres poner una marca de ropa— Asentí —Y como vi tu talento y te voy a ser sincero eres una competencia bastante digna para mi marca, quiero hacer un trato desde ya contigo.

—Si esto lo pensó Denisse por más bueno que sea el trato no aceptare— Le dije.

—De hecho, Denisse me dijo que ibas a decir eso— Me sonrió —Pero no, no tiene nada que ver, solo le pregunte si eso que vi en el restaurante hace meses ya estaba como una empresa, me dijo que tu lo tenias en mente pero que tus inversionistas...

—Me dejaron— Lo interrumpí y el asintió —Al punto— Le dije y me sonrió.

—Quiero tener exclusividad con tu marca, vi lo que se te ocurre en esa cabecita, vi como lo manejas y seguramente si los inversionistas no te hubieran dejado fueras una de las marcas que más debo temer porque eres buenisima, entonces para que estemos tranquilos los dos, no crear un rivalidad, y que todo fluya en paz, quiero que tu primera colección la saques conmigo.

—¿Que?— Hable sin entender.

—Quiero que vengas aquí, diseñemos juntos, esa sea tu primera colección y tu cara al mundo, y que mejor que conmigo puedo guiarte, enseñarte, claro si tu me lo permites.