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01 de febrero del 2019.

Las calles de Holmes Chapel comenzaron a llenarse de murmullos al ver a una de las modelos más reconocidas del año caminar en dirección a la cafetería de su británico favorito, pero aún con la curiosidad al flote todos respetaban su privacidad y no revelaban su ubicación aunque las peticiones de fotografías no faltaban.

Entrando al local el aroma de café inundó sus fosas nasales, eran contadas las personas que se encontraban disfrutando de la calidez que les brindaba el contenido de sus tazas, por lo que no hizo falta formarse para ser atendida. La chica detrás de la barra con cierto nerviosismo tomó su pedido y al ser la única empleada en ese turno se dispuso a preparar las bebidas mientras Taylor se mensajeaba con Gemma.

La familia de Harry se encargaba de decorar y llenar de luces la casa de Anne para la cena mientras ella tendría que distraer al festejado por un par de horas, tarea que no era nada complicada ya que él se encontraba sumergido en el estudio que tenía en su propia casa. Por la mañana había sido recibido por un pequeño pastel, hecho por su novia, con una vela en el centro y con una caja de terciopelo que contenía un collar de perlas, detalles que lo hicieron adorar más, si aún era posible, a su pareja y tras agradecerle con un par de besos, había decidido terminar una de sus canciones mientras ella salía en busca de su café preferido.

Salió de la cafetería con una bolsa de papel en la mano, dirigiendo sus pasos de vuelta a su hogar y claramente no era a la casa, sino a Harry. Por sexta vez en el día su celular recibió una llamada de parte de su representante y sintiéndose culpable volvió a desviar la llamada, ese día era por completo del rizado y no quería pensar en nada más que en consentirlo y hacerlo feliz.

Harry dejó de tocar la guitarra al escuchar la puerta principal cerrarse, significando que su pareja había regresado. Salió de su estudio y estando a unos pasos de la cocina reconoció el característico olor del café de Beachwood, su cafetería preferida de Inglaterra y de cualquier otro país.

Al ver la encantadora sonrisa en el rostro del rizado supo que su caminata en busca de las bebidas había valido la pena, tomó entre sus dedos el termo que le correspondía a él y se lo extendió cuando lo tuvo en frente de ella.

- Pude haberte acompañado. - comentó antes de darle el primer sorbo a su bebida.

- Quería consentir a mi novio. - con cariño acaricio su mejilla.

Pudo sentir su corazón acelerarse al recibir aquella acaricia y sin darse cuenta, miró con fascinación como ella regresaba a la barra en busca de su té favorito y se preguntó si acaso ella era consciente de lo hermosa que se veía con su cabello recogido en un imperfecto chongo y una camisa de él metida en sus jeans.

- Si me sigues mirando así Anne se molestará por no ir a cenar. - dijo con las mejillas sonrojadas ante su propio comentario.

Una gran carcajada salió de los labios del rizado, haciendo vibrar su pecho. Con un par de pasos acortó la distancia entre ellos y la estrechó entre sus brazos, percibiendo como el olor de café se juntaba con el de vainilla que desprendía ella.

- No tendría problema en pasar el resto de la tarde y toda la noche sólo contigo.

Sus palabras le llenaron el corazón de felicidad y una sonrisa creció en su rostro, Harry cada día la enamoraba más con cada palabra o gesto que hacía.

- Me encanta esa idea pero tenemos que ir, tu familia espera pasar este día a tu lado. - se aleja tan sólo unos centímetros para besar su mejilla. - Iré a arreglarme.

- Pero si te ves hermosa así. - reprochó y la hizo dar una vuelta sobre su propio eje.

Negó con diversión y dejó un corto beso en sus labios antes de dirigirse a la habitación que compartían desde semanas atrás.

Ninguno había tocado el tema de vivir juntos pero prácticamente era lo que hacían desde año nuevo, de un día a otro la ropa de Harry se había reducido a la mitad del espacio del armario y de los cajones, al igual que sus objetos de higiene personal, hasta había comprado un organizador de maquillaje para ella.

Harry entró a la habitación minutos más tarde, cuando ella ya estaba con su vestido azul y finalizando de reafirmar las ondas de su cabello con ayuda de una crema. A través del reflejo del espejo lo observó acomodarse su camisa y colocarse su saco con mucha concentración.

El trayecto en auto hacia la residencia de Anne no duró más de 10 minutos, las calles estaban despejadas y el sol se ocultaba, dando inicio a la noche. No fue necesario tocar el timbre, los brazos de la madre del rizado lo rodearon cuando apenas llegaron a la puerta, Taylor pudo ver sus ojos llenarse de lágrimas mientras estrechaba a su hijo y sintió ternura por la escena.

A petición de Harry eran pocas las personas que se encontraban en la pequeña celebración, entre ellas estaba Niall y Barbara, él fue de los primeros en acercarse para felicitarlo junto con otros dos chicos, mientras Barbara se quedó atrás para darles su espacio.

Taylor se quedó con su amiga platicando, viendo por momentos a su enamorado y en ocasiones intercambiaban miradas que expresaban cariño. Desvió la mirada de Barbara al ver de reojo a una rubia que no lograba reconocer pero estaba segura de que la conocía.

- No sabía que era amiga de Harry. - comentó Barbara a su izquierda, mirando con la misma curiosidad a la rubia caminar hacia él.

- ¿La conoces? - preguntó, viendo cómo rodeaba al rizado en un cariñoso abrazo, muy cariñoso a su parecer.

- La vi un par de veces en la agencia pero no recuerdo su nombre, creo que era algo con C...

- Camille. - Gemma completó su oración apareciendo en frente con una mueca.

- ¿No te agrada? - cuestionó Barbara sin ocultar su curiosidad.

- Digamos que me cae mejor Kendall. - su respuesta hizo reír a las otras dos chicas al entender que ese era un rotundo "no".

La atención de Harry fue atraída por la familiar risa de su pareja, por un instante dejó de escuchar la voz de Camille y se quedó embobado viendo cómo Taylor ocultaba su sonrisa con una mano y sus mejillas se tornaban rojizas. Frunció el ceño al sentir la mano de la rubia sobre su brazo y con disimulo puso más distancia entre ellos. Con una disculpa se despidió de ella para poder seguir saludando a las demás personas.

Conocía a Camille desde hace más de dos años y por un tiempo habían mantenido una relación secreta basada en placer, sabía que estaba mal y por esos motivos le puso un fin, acordando seguir con la amistad que los había unido. Ignoró el hecho de su presencia, ya que él no la había invitado por obvias razones y estaba seguro de que ni su madre ni hermana fueran las responsables, debido a que la rubia nunca fue de su agrado.

Los pies de Harry lo dirigieron hacia Taylor, quien lo recibió con una encantadora sonrisa, rodeó su cintura con un brazo y se unió con facilidad a la plática que mantenía con su hermana y su mejor amiga, seguidamente también se unió Niall, quedándose a un lado de Barbara.

El resto de la velada estuvo llena de anécdotas, bromas y risas, sin saberlo Taylor le había dado el mejor cumpleaños de su vida con su simple presencia, dejando besos en sus mejillas y pegándose a su cuerpo cuando la temperatura había descendido.

Golden. | H.S. | ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora