La caricia sobre mi mejilla y la melodía de la voz de Harry interrumpen mi sueño, somnolienta abro los ojos y su rostro frente a mi es lo primero que veo.
- Tenemos que bajar cariño. - susurra algo apenado, acomodando algunos mechones de mi cabello por detrás de mis orejas.
Asiento lentamente, retiro la cobija de mi cuerpo y me arrepiento al instante al sentir la ráfaga de aire de la puerta del jet, mi piel se eriza por debajo del suéter violeta y Harry parece captar dicha reacción de mi cuerpo, ya que vuelve a cubrirme con la cobija, pasándola sobre mis hombros y uniendo los extremos por mi pecho.
Cuando había dicho que en estas épocas Londres era más frío que Nashville había creído que era exageración de su parte, pero al parecer la equivocada era yo. Paul, su guardaespaldas, nos había recibido en el estacionamiento del aeropuerto junto con una bolsa de la cafetería preferida de Harry.
- Gracias Paul. - digo cuando he tomado un sorbo de té que calienta el interior de mi cuerpo.
- Supuse que lo necesitarían. - responde con una fugaz sonrisa sin dejar de ver el camino.
- Extrañaba esto. - comenta el rizado tomando el café contenido en el termo.
Cualquier rastro de sueño se disipa conforme avanzamos por el camino, por lo contrario Harry se queda dormido con la cabeza sobre mi regazo y le paso la cobija sobre su cuerpo para que no gane un resfriado. Poco más de una hora después nos detenemos en frente de su casa y Paul nos ayuda a llevar las maletas hasta la entrada antes de retirarse, ya que iba a pasar la tarde con su familia.
- La calefacción está encendida. - dice con el ceño fruncido al sentir el cambio de temperatura.
- Tal vez has olvidado apagarla. - me encojo de hombros para restarle importancia.
Él niega al instante y se queda con la palabra en la boca cuando la silueta de una chica aparece al final del pasillo.
- ¡Edward! - exclama la rubia antes de lanzarse encima de él, dejando a ambos en el piso por el impulso.
Un adolorido Harry se queja desde el piso pero aún así la rodea con sus brazos, tardo unos segundos en reconocerla al ver su rostro con mayor atención.
- ¡Gemma deja a tu hermano! - exclama la melodiosa voz de una mujer, quien camina hacia nosotros.
A diferencia de la joven, su atención se centra en mi presencia, con una cálida sonrisa se detiene a unos pasos de mi.
- Disculpa los modales. - desvía la mirada hacia el par que se ayuda entre sí para levantarse. - Soy Anne, la madre de ambos niños.
- Yo soy Taylor. - respondo y sin previsto la madre de Harry me rodea con sus brazos en un maternal abrazo.
- Harry no ha parado de hablar de ti por meses. - dice al terminar el abrazo. - Cuando nos dijo que llegaban hoy no quisimos esperar otro día para conocer a la chica que se ha ganado su corazón.
Mi mirada busca a Harry, quien se encontraba limpiando sus pantalones pero se detiene en seco al escuchar las palabras de su madre y se limita a sonreírme sonrojado.
- Por fin nos conocemos. - Gemma besa mi mejilla con demasiado ánimo y me toma del brazo. - Vi el show de noviembre y me encantó el último vestuario...
Gemma me lleva a través del pasillo en medio de una plática, dejando atrás a su hermano y a su madre, mostrándome cada rincón de la casa que parece conocer como a la palma de su mano, hasta que llegamos a la planta alta, donde se detiene en frente de una de las habitaciones y espera a que llegue su hermano para tomar su puesto.
- Espero que Gemma no te haya abrumado. - me atrae hasta su pecho en un abrazo.
- Para nada, me ha agradado mucho. - respondo con sinceridad e inhalo su aroma cuando mi rostro queda sobre su pecho.
Sin alejarme de su cuerpo abre la puerta, dejando a la vista una habitación blanca con adornos negros, al entrar sé que le pertenece a él cuando veo una fotografía de su familia con la fecha escrita en la parte inferior izquierda, me libero de su agarre y la sujeto entre mis manos. En ella estaba Anne y Gemma abrazadas y sonrientes a la derecha, mientras que en el lado contrario estaba Harry rodeando con sus brazos a Robin, quien en lugar de ver a la cámara lo observaba a él con todo el cariño que un padre le puede tener a su hijo.
Los brazos de Harry de rodean por la espalda y su atención también se centra en la fotografía, por el espejo puedo ver como una sonrisa llena de nostalgia se forma en su rostro pero no dice nada. Dejo la fotografía en su lugar y me giro para quedar en frente de él, sujeto su rostro con mis manos y dejo un beso en su mejilla, acción que lo saca de sus pensamientos y sus comisuras se elevan al conectar nuestras miradas.
- Mamá nos ha preparado un poco de comida para recibirnos. - cambia de tema tomando una de mis manos entre las suyas.
- Vamos entonces.
Llevándome sobre su espalda llegamos a la cocina entre risas, bajo la divertida mirada de Anne y Gemma. No sabía lo que pasaría en un futuro, pero deseaba seguir siendo una de las razones de su felicidad.
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Golden. | H.S. | ♡
Fiksi PenggemarGolden, golden, golden αs I open mч eчes Holdıng focus, hopıng, tαke me bαck to the lıght I knoɯ чou ɯere ɯαч too brıght for me I'm hopeless, broken, so чou ɯαıt for me ın the skч Broɯn mч skın just rıght You're so golden. ♡