》XXVIII

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14 de septiembre del 2019.

"You said you cared
And you missed me, too
And I'm well aware I write too many songs about you
And the coffee's out
At the Beachwood Café
And it kills me 'cause I know we've run out of things we can say."
- Falling.

Tras haber buscado a Shawn y Michael por repetidas veces sin tener éxito, se resignó a tener que subir a su habitación ya que, a pesar de estar en estado de ebriedad, sabía que había llegado a su límite por esa noche. Después de su copa número cinco había perdido la cuenta y probablemente al día siguiente pagaría las consecuencias con una merecida resaca.

Con cada paso que daba sus piernas se tambaleaban por su mal equilibrio, por lo que con tan solo llegar al elevador y adentrarse se recargó en los espejos para poder quitarse sus tacones que le estaban haciendo más difícil su camino. Sosteniendolos con una mano y con la otra su cartera, salió hacia el pasillo una vez que llegó al piso número 23, centrando toda su atención en el piso que se sentía como si se moviera de un lado a otro. Llegando a la puerta de su habitación designada buscó la tarjeta de acceso y al no encontrarla supo que no tendría otra opción más que esperar a que Shawn, que estaba en el mismo piso, apareciera; la idea de bajar hasta recepción por un repuesto había quedado descartada, apenas y podía mantener su equilibrio. Deslizando su espalda por la pared se sentó en la alfombra que cubría el piso y se reclamó a sí misma al haberse negado a bajar un abrigo, no pensó que terminaría en ese estado de ebriedad y cansancio.

No se percató del momento en el que había quedado con la cabeza recargada en la pared y con sus ojos cerrados hasta que el sonido de unos pasos la hicieron volver a la realidad. Por un segundo pensó que finalmente Shawn había llegado y que podría descansar, pero ese pensamiento se esfumó con tan solo ver las botas negras en frente de ella.

Harry había decidido dejar la fiesta al resentir el cansancio del viaje; además de que la imagen de la castaña sonriendo y riendo junto a Michael lo había estado atormentando todo el tiempo y prefería ya no volver a presenciar otro suceso relacionado a él. Al reconocerla y verla sentada en medio del pasillo no supo que decir ni como reaccionar, mucho menos cuando estuvo frente a ella.

- ¿Estás bien Marie? - la preocupación fue lo que lo hizo reaccionar, quedando en cuclillas frente a ella.

Taylor no contestó al quedar hipnotizada por sus ojos esmeraldas, una mirada y su cercanía fue suficiente para que se quedara muda, ese era el efecto que Harry seguía teniendo sobre ella. Al no recibir una respuesta la preocupación de él incrementó y se atrevió a tocar sus mejillas para inspeccionar su rostro, en busca de algún rasguño o golpe.

- ¿Te has lesionado? - volvió a insistir, escaneando su rostro.

- Estoy bien Harry. - respondió en un débil susurro, cerrando sus ojos y disfrutando de la calidez que le proporcionaban las palmas de sus manos sobre sus mejillas.

- ¿Qué haces sentada aquí?, estás muy fría y puedes ganar un resfriado. - su tono terminó en un reclamo.

Si ella hubiera estado sobria, esa acción le hubiera molestado y una respuesta sarcástica hubiera recibido el rizado, pero volver a sentir una caricia de él la tenía totalmente anonadada.

- Me he dejado la tarjeta y el celular adentro. - señaló la puerta de su lado derecho con rapidez. - El haber llegado hasta aquí me ha costado más trabajo del que te imaginas y decidí esperar a Shawn para que me ayude. - finalizó con un encogimiento de hombros, restandole importancia.

Al escucharla hablar confirmó que se encontraba muy lejos de la palabra sobriedad, asintiendo alejó sus manos de las mejillas de ella y se llevó una al puente de su nariz, ¿cómo era posible que su novio la dejara sola en esas condiciones?, se preguntó a sí mismo.

Golden. | H.S. | ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora