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05 de marzo del 2019.

Cuando la noche estaba por caer, ya no quedaban rastros de la celebración en el jardín mientras que el salón de la casa Hill estaba lleno de risas. Tras descansar por la mañana y parte de la tarde, cada uno de los presentes llevaba ropa de mayor comodidad, tan sólo la familia y amigos cercanos estaban ahí, brindando un cálido ambiente.

Taylor descansaba su cabeza en el hombro de su mejor amigo, mirando con diversión la peor actuación del personaje de Blair de Gossip girl por parte de Logan. Harry y Chase habían desaparecido minutos atrás para buscar bebidas pero claramente ya se habían demorado, cosa que pasaba desapercibida para todos excepto para ella, lo cuál le parecía extraño.

- Shawn... - el mencionado miro a su amiga con curiosidad. - ¿no crees que ya se tardaron?

- Seguramente no tardan. - respondió con rapidez antes de volver a desviar la mirada.

Si no lo hubiera conocido como a la palma de su mano, esas palabras habrían logrado calmarla, pero su rapidez al responderle y un levantamiento de cejas había demostrado que estaba mintiendo, sólo que ella no sabía la razón.

Estando a punto de volver a insistir Chase entró a la habitación junto a Harry, quien sostenía con seguridad una gran caja dorada con un moño rojo. Los ojos de ella brillaron con emoción cuando su amado dejó la caja en frente de ella y todos miraban tratando de ocultar la emoción de sus rostros.

- Feliz cumpleaños amor. - Harry se puso en cuclillas en frente de ella, dejando la caja en medio de los dos.

- Tu presencia fue el mejor regalo de todos, no era necesario que... - su oración se quedó a la deriva cuando vio la caja moverse por sí sola.

Al prestarle más atención a la caja pudo notar que, además de moverse, tenía orificios en sus paredes. Con curiosidad deshizo el moño que la adornaba y levantó la tapa con rapidez, un gran par de ojos la observaron y seguidamente el cachorro movió su colita.

- Oh por dios... - teniendo cuidado de no lastimarlo lo tomó entre sus brazos. - Es adorable Hazz.

El cachorro lamió su mejilla, obteniendo una risa de parte de ella y pegandolo más hacia su pecho. Esa acción derritió el corazón del británico, verla sonreír en esa manera y escuchar su risa, se puso de pie para sentarse en el espacio libre a un lado de ella.

- ¿Ahora quién es el mejor regalo? - preguntó con diversión Barbara al verla tan feliz.

- Por supuesto que tú lo eres, ¿verdad...? - respondió dirigiéndose al cachorro.

Harry fingió un gesto de ofensa ante su respuesta, pero en el fondo estaba igual de emocionado.

- Tiene carita de Tate, ¿no es así Hazz? - desvió la mirada hacia él, dejando ver que no le había prestado atención.

- Claro que si amor. - respondió atontado con la sonrisa de ella.

Los demás intercambiaron miradas entre sí al ver al rizado hipnotizado por la castaña, con discreción se fueron retirando del salón para darles mayor privacidad a la pareja, acción que ellos no percibieron, ella por jugar con el cachorro, ahora llamado Tate, y él por observarla con adoración. Llevando su camisa azul de cuadros con unos shorts y su cabello recogido en un moño sobre su cabeza, para él era la definición de perfección.

- Muchas gracias Hazz. - lanzó una pelotita que había dentro de la caja hacia el otro extremo de la habitación, haciendo que Tate fuera corriendo entre tropiezos hasta ella. - No te imaginas lo mucho que me ha encantado esta sorpresa.

- No hay nada que agradecer. - sujetó una de sus manos y la llevó hasta sus labios para besarla.

Tate regresó con la pelotita entre sus dientes hasta Harry, quién lo sostuvo entre sus brazos por segunda ocasión en el día. Ella se acomodó a lo largo del sillón, con las piernas extendidas y Harry colocó su cabeza sobre ellas, dejando al cachorro sobre su abdomen.

El salón había presenciado el inicio de una pequeña familia; mientras en la misma casa pero en la cocina Jen y Elizabeth discutían por ocultarle ciertas cosas a la castaña, la madre de ella expresaba su inconformidad al ocultarle la situación a su propia hija y la abuela se justificaba con no querer arruinar su felicidad, pero realmente se negaba a ser la razón de la tristeza de su amada nieta.

A unos cientos de kilómetros estaba un presionado Jeff tratando de remediar la ausencia del cantante ante los molestos directores del programa que se realizaría esa misma noche, a pesar de la situación no podía enojarse con Harry, en su lugar también hubiera cancelado todo por su esposa pero esas decisiones siempre traían consecuencias y esperaba que no fueran tan graves.

Y finalmente, en el otro lado del mundo, la nueva representante de Taylor, Ivy Smith, aceptaba un contrato con una agencia de París para mediados de año. Sabiendo que era una gran oportunidad para la modelo, no rechazó la propuesta sin consultar primero a la modelo.

Golden. | H.S. | ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora