Golden. | H.S. | ♡

》XXV

27 de junio del 2019.

Con ambas palmas de las manos cubría su rostro, sentada en el borde de la cama gris, cubierta con una sudadera de él que le quedaba hasta medio muslo y unos shorts cortos, y sobre todo sintiendo que el espacio de la habitación se reducía cada vez más. La mirada preocupada de Michael estaba posada en ella, sin decir nada se limitó a acariciar su espalda tratando de hacerle sentir su apoyo.

Cinco minutos atrás lo único que merodeaba en su mente era que estaba a tan sólo dos días de reencontrarse con Harry, quien estaba en Italia en la mitad de una campaña de Gucci, por días había llevado la cuenta regresiva de los días que faltaban y la emoción de volver a sus cálidos brazos era inmensa, pero ese sentimiento se había esfumado en un abrir y cerrar de ojos.

Su tono de llamada rompió el silencio en el que ambos estaban sumergidos, desplazando sus manos hasta su cabello vio su celular encendido y con el nombre del rizado a la mitad de la pantalla brillando. Estiró una mano hacia el objeto para silenciarlo, no supo si fue el enojo el que le impidió tomar la llamada ó si era el miedo de enfrentar la realidad.

Incontables fotos de él junto a Camille inundaban los medios de comunicación y realmente si hubieran estado en un restaurante cenando o caminando por las calles de Italia no hubiera existido ningún tipo de malentendido, pero al ver a la rubia con un abrigo que le pertenecía a él, con los brazos de ella rodeando su cuello y entrando a una habitación con sus labios unidos había sido el límite para Taylor.

Recargada en la pared, Ivy seguía viendo las fotografías con el fin de encontrar alguna prueba de que estuviera editada pero era inútil y al darse por vencida sintió cierta pena por la modelo, sintiéndose culpable por mostrarle las fotografías. Con pasos lentos se acercó a la cama y se detuvo cuando estuvo en frente de ella, colocándose en cuclillas.

- Puedo posponer la entrevista de hoy si así lo prefieres. - en un gesto maternal acomodó sus mechones castaños por detrás de sus orejas.

Aún con la mirada perdida Taylor escuchó sus palabras pero no dijo ninguna palabra, sólo negó ligeramente con la cabeza.

- Asistiré en representación de los dos. - le afirmó Michael a Ivy, ignorando la respuesta de su amiga.

Al saber que cualquier palabra que dijera sería inútil para convencerlos y no sintiendo energía para reclamar, asintió con los labios sellados.

Volviendo a quedar sumergida en sus pensamientos, apenas sintió los labios del chico sobre su cabello y la partida de ambos pasó  desapercibida. Acomodándose en el lado izquierdo de la cama cerró los ojos con fuerza, como si eso pudiera borrar lo sucedido, pero volvió a abrirlos al sentir su mejilla húmeda, con una mirada curiosa Tate volvió a lamerla.

Fue hasta el momento de tenerlo entre sus brazos  cuando finalmente dejó que las lágrimas recorrieran sus mejillas y cuando pudo sentir todo el dolor, cortos sollozos salían por sus labios y se obligó a calmarse cuando su respiración comenzaba a faltarle. El aroma de Harry desprendido de la sudadera la abrumaba, incorporándose se retiró la prenda de su torso en su camino al clóset, en su lugar tomó un suéter negro y volvió a colocarse a un lado de Tate en la cama, perdiendo la noción del tiempo y cayendo en un sueño profundo.

Unos ladridos la obligaron a volver a abrir los ojos, los últimos rayos del sol se colaban por las cortinas que no estaban cerradas por completo y al sentirse más despierta notó que estaba en el lado contrario de la cama. Otro ladrido se hizo presente después de el sonido de unos golpes en la puerta, sujetando su cabello en un desordenado chongo y limpiando cualquier rastro de lágrimas que la evidenciara caminó hasta la puerta.