siete

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Taehyung sintió un espasmo en sus piernas que hizo que retrocediera unos pasos, ante la mirada atenta del capitán.

—¿Por qué me has traído aquí?—preguntó temeroso, sintiendo su garganta secándose por momentos.

Podía soportar estar en el Raven Tail, allí estaba Jimin y otros piratas en los que empezaba a confiar, pero jamás pisaría un antro lleno de temibles desconocidos. No quería ir, pero la mirada de Jungkook fue suficiente para saber que no tenía otra alternativa.

—¿No quieres averiguar qué querían hacer contigo los marineros?—respondió Jungkook, con el ceño fruncido y mirada misteriosa, reprimiendo una ladina sonrisa.

—Prefiero mantener la cabeza sobre los hombros—espetó de mala gana, y su comentario provocó el fantasma de una risa salir de los labios del capitán.

—No te harán nada.

—¿Cómo estás tan seguro?—respondió con desconfianza.

Jungkook encarnó una ceja y con aire de superioridad se cruzó de brazos sobre su pecho frente a él.

—Porque vienes conmigo, Taehyung—contestó, con una seguridad en su voz que hizo que la sirena tragara saliva a duras penas—. Tú simplemente no hables, no mires a nadie y no te separes de mí; te prometo que todo irá bien.

Le parecía irónico, cómo Jungkook parecía hablar como si pudiera y quisiera protegerle, cuando realmente no hacía mucho tiempo le había amenazado con entregarlo a los marineros Independientemente de todo lo que le había contado Namjoon y de la probabilidad de que el capitán lo hubiera dicho como un mero arrebato, nada le daba la suficiente seguridad a Taehyung de confiar en él, mucho menos de que a su lado estaría a salvo, cuando había visto un cartel de busca y captura con su rostro.

¿Es que acaso no le preocupaba el hecho de ser visto?

Taehyung llevaba una capa que cubría su rostro, a pesar del calor del verano, en cambio Jungkook no llevaba nada que lo camuflara, como si realmente no le importase ser visto.

Aún por todas sus dudas, a Taehyung no le quedó más remedio que asentir, obedientemente, y entrar en aquel local tras los pasos de Jungkook, mientras el murmullo de su conciencia le repiqueteaba en su mente que aquello era como entrar directamente a la boca de un lobo hambriento.

Y no se equivocaba. Nada más entrar en la taberna pirata, el sofoco y un olor extraño y desagradable, una mezcla entre cerveza mal fermentada y sudor humano, invadieron todos y cada uno de sus sentidos. Estaba lleno de temibles piratas—si bien no tenían tan mala pinta como imaginaba—pero piratas, al fin y al cabo. Vio espadas, navajas, cuchillos y hachas sobre las mesas, colgadas de los cinturones de los hombres de todas las edades, y ojos egoístas, deseosos de proclamar el mal.

Fue poner un pie allí dentro y Taehyung sintió cómo una decena de ojos se fijaban en él con curiosidad. Fue obvio, cuando pasaron por delante de una mesa, un par de murmullos dirigidos a Jungkook, a quien parecían haber reconocido. Por fortuna, el capitán del Ravel Tail se llevó la mayor parte de miradas, pues no se veía a uno de los piratas más conocidos pisar una taberna cualquiera, y menos acompañado de un joven misterioso con la cabeza gacha.

Taehyung tuvo el reflejo de agarrarse a la tela que cubría la espalda baja de Jungkook, cuando sintió un silbido a sus espaldas.

No los mires. No los mires.

Se dijo a sí mismo, mientras se concentraba en contener la respiración y pegarse a Jungkook tanto como pudo. Podía escuchar la satisfacción del capitán tras él, y no supo qué le molestó más, si tener que depender de Jungkook como si fuera su único salvavidas, o pensar que allí dentro él era realmente el único que podría protegerle en caso de que ocurriera algo.

The secret of the sea》KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora