Taehyung jamás estuvo tan ansioso como en ese momento, sus manos apoyadas en la borda del Raven Tail, sus ojos expectantes, llenos de emoción, mientras veía tierra.
Hong Kong.
Por fin habían llegado a su destino, a la tierra de los piratas, aquella donde este tipo de personas podían quedarse y asentarse para echar raíces, convirtiéndolo en su nuevo hogar. Despejado de marineros y simples pueblerinos. Era otro mundo completamente diferente, otras normas, leyes y valores, e incluso el estilo de vida, por más banal que fuese, Taehyung sabía que no tenía nada que ver con lo que había visto más allá de ese barco.
Y estaba muy, pero que muy emocionado ante la idea.
Además, saber que Jungkook lo quería con él, en la reunión con los cuatro cardenales, inflaba su pecho aún más, si es que eso era posible.
—No te asomes tanto al borde, o te caerás—la voz de el médico sonó tras sus espaldas, con el fantasma de una carcajada en sus labios.
Taehyung giró su rostro, mostrando una sonrisa cuadrada, alejándose de la borda casi por acto reflejo, aunque era consciente de que no había ningún peligro para él.
—¿No es emocionante, Jin? —inquirió, evadiendo su advertencia, mientras sus ojos brillaban.
Seokjin carcajeó, sus anchos hombros se elevaron hacia arriba mientras la brisa se hacía más intensa conforme se iban acercando al puerto pirata. El mayor se acomodó al lado de la sirena, apoyando sus antebrazos y observando la enorme tierra que se extendía ante sus ojos.
—No veía Hong Kong desde hace dos años, por supuesto que me emociona volver. Al fin y al cabo, esta ciudad es el refugio de todo pirata—respondió, con una sonrisa ladina—. Puede que también se convierta en un refugio para ti.
—¿Incluso si no soy un pirata?
—Incluso si eres un simple humano, Taehyung—dijo, encogiéndose de hombros, mirándole por el rabillo del ojo—. Hong Kong es una ciudad sin reglas; puedes ser lo que tú quieras.
Taehyung asintió, de forma aniñada, y volvió a mirar el horizonte, emocionado, conteniendo las ansias de morderse el labio inferior.
No tardaron en llegar al puerto. Estaba repleto de barcos anclados, incluso ya se veía el movimiento de la gente, se escuchaba el ruido de los piratas, personas de aquí para allá, algunas descargando cajas y objetos de los barcos y otras simplemente pasando el rato allí. Casi había anochecido, por lo que el fuego de las antorchas y farolillos iluminaban las calles que, vistas desde la lejanía, a Taehyung le parecían de lo más atractivas.
Se reunió pronto con el resto de la tripulación, en el medio de la cubierta, a la espera de que el capitán llegara. Sabía que aquellas últimas horas Jungkook había estado reunido con Namjoon, tal vez para comenzar a trazar un plan de ataque contra Phantom Lord y acabar con Zeref, una vez que las copas inmortales estuvieran a buen resguardo. Taehyung era consciente de que debía de darle espacio al capitán cuando se trataba de planear estrategias, necesitaba concentración con su segundo al mando y, si bien había echado de menos a su chico todo el día, sabía que era por un bien mayor.
—Ey, bonito, ¿quieres un té para relajarte? Te veo inquieto—Valdus apareció a su lado, mientras esperaban en círculo, con una sonrisa burlona en su quijada.
—Más bien un buen somnífero. Uno para caballos—el tono repelente de Jaha se unió tras su espalda, y aunque lo había dicho para molestar a la sirena, Tae ni siquiera se inmutó. Se dedicó a poner los ojos en blanco e ignorar su presencia, como siempre hacía.
Había pasado un tiempo, pero Taehyung había aprendido a dejar de responder a sus provocaciones.
—¿Vendrás con nosotros, Val?—preguntó el peli azul, de forma amistosa, y el vikingo tuve que contenerse en girarse y mirar de forma vencedora a Jaha, el intendente.
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The secret of the sea》KookV
Fanfic❝Una sirena, un barco pirata y una carrera contra reloj por la inmortalidad❞ Cuando un barco pesquero sufre el ataque del pirata innombrable, Jungkook es rescatado de las profundidades del mar por una fuerza extraña. Quince años más tarde, se ha con...