Taehyung se quedó un rato parado en mitad de aquella calle, pensando qué hacer. Había asumido que se había perdido a causa de su tonto despiste y ahora tenía que ingeniárselas para encontrar el camino de vuelta. Estaba acongojado, por supuesto, pero no podía dejar que el pánico le inundara; esa vez no.
Así que hizo lo más sensato, siguió hacia delante en busca de alguna calle que estuviera más aglomerada y alejarse todo lo posible de aquellos callejones oscuros y solitarios. El sol se había escondido por completo y, ajeno a toda luz debido a que allí no había farolillos, Taehyung el cielo mostraba toda su grandeza a través de las estrellas. Pero no tenía tiempo en contemplar algo tan hermoso, así que caminó por aquellas estrechas calles un rato, hasta que por fin salió hacia una avenida más concurrida. No era la que él conocía, pero al menos sentía el resguardo de no estar solo en una ciudad que desconocía por completo.
Echó un ligero vistazo a lo que le rodeaba, había una pequeña plaza en el medio y un mercado rodeando éste, un par de sencillos y humildes puestos vendiendo desde comida hasta pañuelos. Taehyung no se detuvo en eso, no le interesaba lo más mínimo puesto que su principal objetivo era regresar al Raven Tail.
Aún se sentía mosqueado, tal vez por eso la rabia enmascaraba el temor de estar perdido, y encima sin nadie a quien recurrir. Podría preguntar a alguien de allí, pero no se atrevía; aquellos piratas le transmitían demasiado respeto.
Había un olor peculiar en el aire a hojarasca y serrín, y un bullicio potente. Taehyung caminó hacia el centro de la plaza con el objetivo de encontrar otra calle colindante que le condujera a la avenida principal. Cuantos más pasos daba, más se encontraba con hombres que estaban desperdigados, cerveza en mano, mientras parecían celebrar algo. Lo descubrió al poco tiempo, al ver que en un extremo de la plaza se estaba llevando a cabo una especie de baile festivo. Las mujeres bailaban en corro con una coordinación impresionantes, las faldas de sus vestidos eran voluminosos y manchados de barro por el filo, mientras reían y daban palmas al son de una banda callejera.
Taehyung se quedó quieto contemplando la danza. Era simple, pero tenía cierto encanto bajo la luz de los farolillos y los estandartes de la plaza. Veía las sonrisas en las quijadas de los demás y no temía, porque eran las mismas sonrisas que había contemplado en la tripulación del Raven Tail.
No estuvo mucho tiempo, al fin y al cabo, recordó que Jungkook había ordenado que todos estuvieran en el barco al anochecer, pero, aun así, no creía que se fuera sin él. A esas alturas, ya debía de haberse dado cuenta que Taehyung había desaparecido, así que tenía que confiar en que le esperaría.
Porque si de una cosa estaba seguro, es que no pensaba quedarse en el templo junto con los cardenales. No se separaría de Jungkook, se negaba a hacerlo, incluso si el azabache quería lo contrario, el muy estúpido. Aún seguía dolido por lo que había hecho y Taehyung era lo suficiente cabezota como para no dirigirle la palabra en unas horas después de eso, pero no podría torturarle emocionalmente si no regresaba al muelle.
Así que caminó, abriéndose paso entre la muchedumbre, ganándose miradas desconfiadas. Sentía manos rozarle el cuerpo, e incluso alguna que otra acariciarle el pelo. Entonces Taehyung reaccionaba de forma casi innata, girándose como si aquel tacto le quemara y le asustara hasta la santidad. Entonces descubría ojos llenos de curiosidad y asombro, mientras fijaban toda su atención en Taehyung y en sus rasgos delicados y perfectos, casi de porcelana. Obviamente, la sirena no estaba cómoda en esa situación, así que, entre empujones y disculpas por lo bajo, logró salir de la muchedumbre para alejarse de la plaza, de la música y de aquella danza improvisada.
No obstante, se encontró con su primer obstáculo; aquella plaza no tenía otra salida que la calle por la que había llegado. Taehyung suspiró con pesadez, y decidió que, si no podía encontrar el camino de vuelta al muelle, entonces retrocedería sobre sus pasos para encontrar el templo. Creía que estaba más cerca del templo que del barco si volvía sobre sus pasos, así que se dio media vuelta y volvió a adentrarse en la muchedumbre, ganándose de nuevo aquella mezcla de miradas odiosas, intrigadas y fascinadas.
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The secret of the sea》KookV
Fanfic❝Una sirena, un barco pirata y una carrera contra reloj por la inmortalidad❞ Cuando un barco pesquero sufre el ataque del pirata innombrable, Jungkook es rescatado de las profundidades del mar por una fuerza extraña. Quince años más tarde, se ha con...