V es por "Venecia"

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— ¿Cómo llegamos a Venecia?

— Bueno, Mari sacó unos boletos de autobús y...

— ¡No me refiero a eso, Kanan! Me refiero a cómo dejé que me arrastraran con ustedes— dijo Dia, mientras pasaba una mano por su rostro.

— No había de otra, ¡ella iba a casarse si no hacíamos algo!

— Y no vas a dejar que eso ocurra— Dia miró alrededor, asegurándose de que la situación era ideal—. Si tanto te molesta el compromiso de Mari, ¿por qué no te casas tú con ella?

Los colores subieron a la cara de Kanan, mientras su boca comenzaba a balbucear palabras que no llegaban a entenderse.

— ¿C-Casarme con Mari? — dijo, finalmente poniendo en orden sus ideas — ¿Por qué yo?

— ¿Crees que no me he dado cuenta de lo que sientes por ella? Llevas enamorada de Mari casi desde que nos conocimos— Dia cruzó los brazos —. ¿Por qué ni siquiera en este momento eres valiente y se lo dices?

— No es... no es tiempo, acabamos de prácticamente secuestrarla a los ojos de sus padres, ¿cómo se van a tomar que su hija se case conmigo? Para empezar, ¿ella querría?

— Es un poco repentino, pero sí, aceptaría— la voz de Mari sonó a espaldas de Kanan, haciendo temblar a la chica.

— ¡¿M-Mari?! — el color en la cara de la amante de los delfines pasó de níveo a rojo en un instante, parecía que se desmayaría en cualquier momento.

— Creo que ustedes tienen que platicar— dijo Dia, pidiendo a Mari la llave del cuarto del hotel y dejándolas solas.

Antes de entrar, miró hacia atrás y asintió a Mari, quien sonrió con timidez. El viaje a Venecia no había sido lo único planeado.

KananMari ABCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora