Y es por "Yell"

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— ¿En serio vas a terminar esto así? — preguntó Kanan, mientras se paraba frente al pupitre de Mari. Había esperado a que todos en la clase se fueran, así podría hablar a solas con ella.

— ¿Qué cosa? — contraria a su actitud alegre de siempre, la rubia guardaba sus cosas en silencio.

— Esto... nuestra relación... ¿En serio vamos a dejarlo? — la pregunta no disimulaba su desesperación.

— No vamos... tú lo quieres así— esos ojos felinos se enfocaron en Kanan, acusándola.

— ¡Vas a irte al otro lado del mundo! — las manos de la peliazulada tomaron los bordes del pupitre con fuerza, inclinándose hacia Mari.

— Ah, perdón, no sabía que no existe facebook, whatsapp, line, Google duo, hangouts, llamada internacional que estoy dispuesta a pagar.

— No se trata de eso, Mari... No vamos a estar juntas... ¿Cómo se supone que nos comuniquemos a larga distancia, de la misma manera que lo hacemos frente a frente?

— Confiando en nosotras, hablando con la verdad... ¿De qué tienes miedo en realidad, Kanan? ¿Qué encuentre a otra persona? — Mari se recargó en la mesa, intentando comprender a su casi ex novia.

— Puede pasar... vas a estar rodeada de gente... gente que...— Kanan se quedó callada, sin querer decir lo que estaba en su cabeza.

— ¿Gente de qué? ¿Gente rica? Dioses, pensé que ya habíamos aclarado este tema— la rubia apretó el puente de su nariz —. Ya te lo dije, no me importa lo que digan mis padres acerca de nuestra clase social; no me interesa. Te amo a ti, y lo haré por lo que me queda de vida, pero si no me vas a acompañar en los planes que tengo para mí, entonces... no puedo hacer nada.

— Es que es eso, es tu plan de vida, no el mío.

— ¿Y yo tengo que ser parte del tuyo entonces?

— ¡Que no es eso! — Kanan inhaló y exhaló — Se supone que tenemos que hacerlo juntas... las dos...

— ¿Y vamos a dedicarnos a lo mismo? ¿Te interesa el comercio internacional?

— No...

— ¿Y el que yo estudie otra carrera nos impide vivir juntas después?

— No...

— ¿Lo ves? — Mari tomó su mochila y se levantó — Lo que estás haciendo es atarme, yo te ofrecí continuar con nuestra relación, no dije que ya no íbamos a seguir juntas, sólo que, mientras hiciera mi carrera, me iba a ir a Estados Unidos con mis padres. Tú tienes miedo, y lo entiendo, pero también tienes que entenderme a mí. Si no puedes hacer eso, entonces sea hoy o sea dentro de cinco años, vamos a seguir teniendo problemas por tu inmadurez.

— Pero es que...

— Y si no puedes confiar en que te voy a amar estemos donde estemos, entonces no tiene sentido que sigamos como pareja.

Mari se fue del lugar, conteniendo las lágrimas. Eso le dolía probablemente más a ella que a Kanan, pero no podía basar su futuro en los deseos idealistas de su novia. Justo en ese momento necesitaba su apoyo, y si no lo tenía, no había más que decir.

Kanan no fue tras ella, tampoco fue a despedirla junto con las demás, y aunque Chika quiso crear mil y una excusas para su amiga, Mari sabía lo que pasaba. Y continuaba entendiendo.

Sólo esperaba que la peliazulada pensara en sus acciones algún día, pues la amaba, pero incluso el amor tenía fecha de caducidad. 

KananMari ABCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora